viernes, 23 de diciembre de 2005

Pérez Reverte ha debido de vivir en Segorbe

Daños colaterales en Farfullo de la Torda

Qué peligroso es este país. Qué contaminable de todo, cuando andan de por medio la estupidez, la ruindad o la demagogia. Gracias a la televisión, se multiplican aquí hasta la náusea las modas chabacanas, la jerga de informadores analfabetos, los latiguillos idiotas de políticos y humoristas. Toda gilipollez arraiga, crece y se hace gorda y lustrosa. Imitadísima. Hay que tener un cuidado de la leche cuando abres la boca; todo se manipula y acaba teniendo efectos secundarios. O, como dicen ahora los miles gloriosus, daños colaterales. Entre esos efectos, el nacionalismo tiene algunos especialmente perversos. No podía ser de otro modo cuando se llevan años en primera página y en tertulias de radio. Algo tendrá el agua cuando la bendicen. Y al final, hasta el alcalde de Villacantos del Vencejo termina copiando a Xabier Arzalluz en su modalidad más pueblerina, esperpéntica y cutre. En España da lo mismo que se trate de tele rosa, ecologismo, Izquierda Unida del payaso Fofó; líneas aéreas y aeropuertos, fuerzas armadas, nacionalismo radical o lo que sea. Casi todo es caspa, y al final acaba igual: en mucha más caspa.

No sé si se han fijado ustedes -imagino que sí-, en esa nueva forma de nacionalismo rampante que se multiplica como setas venenosas. No hablo de los pueblos y las lenguas de toda la vida, que ésa es otra historia, sino de esa fiebre ultranacionalista local, más de andar por casa, que se apropia del mismo discurso para aplicarlo a la fiesta del santo, ala era, a la matanza del gorrino, a la alberca municipal, con el aplauso de docenas de imbéciles e imbéciles. Si uno presta atención a lo que dicen algunos presidentes regionales, consejeros, alcaldes de pueblo, concejales de esto o lo otro, resulta estremecedor detectar ahí, sin rebozo alguno, una adaptación calcada de la insolidaridad periférica más cerril y ultramontana: nosotros y ellos. Ahora todo cristo hace un discurso cantonal, autista. Lo mismo el presidente de la autonomía regional que el alcalde de tal o cual pueblo. Y como no hay Rh a mano, la limpieza de sangre se sustituye por la de opinión: uno es más andaluz, más canario, más gaditano, más burgalés, más de Sangonera la Seca o de Villatocinos, cuanto más ciegamente sigue a los cabestros de su dehesa. Y esa obediencia, que incluye la adopción de símbolos nacionales propios como la Virgen patrona del pueblo, llamar godos a los de afuera o el pañuelo verde que usan las peñas en ferias , está reñida con cualquier crítica. Cualquier disidencia se conviertete en alta traición; en herejía ideológica y casi religiosa. Y a partir de ahí, la eliminación del sujeto -o sujeta, como ya dicen algunos subnormales- se convierte en necesaria. Higiénica. Cualquiera que denuncie los chanchullos de un concejal, la ineficacia de un alcalde, la corrupción de tal o cual ayatolá local, es marcado y proscrito, a fin de que su mal ejemplo no contamine a los ortodoxos, para quienes Farfullos de la Torda -nada que ver con Perales de la Torda, que está al otro lado del río; que cada cánido se lama su pijo- es lo más grande del mundo, con historia, tradiciones e himno propios. Por eso la concejalía de cultura farfullense, por ejemplo, pretende ahora que sea obligatorio estudiar en la escuela la geografía, la historia, los bandos de la huerta y los villancicos locales; y como materia optativa, la lengua propia: el farfullo. Que sería una pena para la cultura occidental que se perdiese; pues los pastores locales han llamado con ella a sus ovejas, que se sepa, al menos desde el siglo III antes de Cristo.

A partir de ahí viene la huida hacia adelante y el enloquecimiento. Todo exquisitamente de manual: de una parte, la limpieza étnica de todos los farfullenses que no tragan; de la otra, la instauración de un régimen populista que recurre al clientelismo descarado para crear una trama de adhesiones inquebrantables. Eso incluye comprar el periódico local con publicidad institucional, tapar canalladas ecológicas de compadres, recalificarle terrenos a los constructores leales, etcétera. Cualquier denuncia de estos monipodios irá automáticamente a la cuenta del antifarfullismo traidor al pueblo, que es la última y esencial patria, y como tal deberá atenerse el delincuente a las consecuencias. De esa forma los díscolos pueden verse marginados, vigilados, denunciados, excluidos de licencias municipales y préstamos de las sucursales bancarias locales, entre otras delicadas represalias, hasta que traguen. E -incluso, si les gusta escribir, quedar fuera de la magna antología Cien Poetas Farfullenses imprescindibles que, prologada por el alcalde, edita el cuñado del concejal de cultura. El mismo que tiene en preparación, con cargo a los mismos fondos, el Diccionario Farfullo-siete onomatopeyas y un verbo-, y preside el Premio Internacional de Novela Farfullos de la Torda. Cuya edición del año pasado, por cierto, ganó él. Con pseudónimo.

Daños colaterales, golfos colaterales. Al final resulta que el problema no son los nacionalismos. El problema es tanto aprovechado y tanto hijo de la gran puta.


Arturo Pérez-Reverte

El Semanal

15 de diciembre de 2002

Un frío que pela

Sigo aquí. Día 23, sin ser millonario y con prácticas hasta las 7 y media de la tarde. Es una larga y gloriosa tradición. Sigo enmarañado en el marasmo de los que vienen y los que se van, alojado en una noche toledana. Un frío que pela mientras veía los campos blancos de escarcha, de rosada, casi como de nieve, durante 20 kilómetros. con charcos llenos de cristales rotos.
Tengo muchas cosas que escribir, como ya os adelanté en la anterior entrada. Pero el miércoles no iba el servidor, y los días están cada vez más turbios y de nuevo necesito tiempo para ordenar mi alma, aunque esta vez sea porque demasiadas cosas ajenas a mi interios han cambiado y amenazan con sepultarme.
Pero estos días me llamó la atención la actitud de los políticos, esa plaga de langosta que está acabando eternamente con este país tan desgraciado. Con los fondos de la UE. 15 ó 20 años recibiendo dinero que trincaban los de siempre; despilfarrando, untando y disparando con pólvora de rey a diestro y siniestro sin pensar en el futuro. El futuro dura 4 años, según ellos, porque los pobres desgraciados, la fiel infantería jamás ha tenido futuro.
Pero lo que tenía que llegar ha llegado, y el grifo se cierra. No sólo eso: tenemos que empezar a contribuir. ¿Pero en qué puede contribuir esta inmensa casa de putas que a veces nos atrevemos a llamar España? No invertimos bien el dinero que vino del frío, y ahora nos vamos a quedar. Nosotros, porque los hijos de la gran puta siguen viviendo a cuerpo de rey.
Pero lo España no me sorprende, he vivido mucho tiempo aquí y sé la calidad del percal. Lo sorprendente ha sido el sentimiento general de la negociación de los fondos europeos. Algo que los científicos y la gente de bien sabemos es que la estrategia óptima para que un individuo sobreviva no es aquella que le beneficia, sino la que además beneficia al grupo. Algo de lo que parece que se han olvidado los gerifaltes europeos. Me han hecho creer que lo que les movía en esa negociación eran los egoísmos nacionales, y no la contrucción de una Europa. En una época en que la humanidad debía empezar a tomar conciencia como especie, como planeta, cada uno arrima el ascua a su sardina. Si tenían razón: lo hispano triunfa.

martes, 20 de diciembre de 2005

Soy padre

El lunes, 12 de diciembre de 2006, vino al mundo Javier, mi hijo. Vino de sorpresa, como a mí me gusta. Y en diciembre, quizá también para agradarme. Fue rápido y todo fue bien. Hemos estado una semana en el hospital y ya ayer lunes llegamos a casa.
Yo decía, antes de que naciera, que no me sentía muy padre. Y era cierto, como también es cierto que ahora sí lo siento; que cambian mucho las cosas cuando te ocurre a ti, cuando entra alguien nuevo a vivir en tu casa. No sé si te cambia la vida, supongo que sí, pero aún no me ha dado tiempo a entenderlo.
Ahora tengo, si cabe, más responsabilidad. O la misma, a fin de cuentas, pero con más preocupaciones. Ahora ya son dos las personas a las que tengo que cuidar y defender y por las que tengo que pelear. Dos personas que, en cierto modo, dependen de mí. Me da mucho miedo.
Me prometí que no iría colgando las fotos en internet, o enviándolas por correo, y sigo empeñado en no hacerlo. Ni tampoco en contar las infinitas, nimias anécdotas que ahora creo que no olvidaré nunca y que pronto se perderán, como lágrimas en la lluvia.
Estoy feliz por mi nuevo hijo, que espero que no sea el último. Pero la avalancha no cesa. No hay descanso, supongo que es la vida. El domingo salimos del hospital y hoy entra mi abuela, que cada día va a menos y no quiero pensar cuánto durará. Aun con el dolor, hay que pelear y detener la avalancha. O al menos intentarlo.

Mucho que contar y tan poco tiempo

¿Qué queréis que os diga? Sin tregua. Ya tenía que tocarme. He sido padre esta semana pasada, así que abandoné esta bitácora para atender tan urgentes menesteres. os lo iré contando. También cómo llegué a sospechar que Pérez Reverte vivió en mi pueblo, cuánto le dan de vida los del PP a este país, asuntos de fe y monjas... Pero la avalancha continúa y no hay tregua. Y de nuevo estoy en un día aciago y perverso en que no hago más que contener el mundo que nos azota con su negro guantelete...

Ya os cuento. Gracias.

lunes, 5 de diciembre de 2005

Caso flagrante


El jueves estuve todo el día como vocal en una mesa electoral de esta inmerecida UV.. Asistí con una sonrisa a la procesión de funcionarios que me habían adelantado en la carrera académica, aunque no sé por qué extraños caminos. Estuve hablando con gente, la mayoría mejor posicionada que yo. Cuando logro sacar el tema entre los poderosos, siempre me compadecen y consuelan, y se escandalizan de mi caso sangrante, de la flagrante injusticia cometida conmigo.
Normalmente suelen ser los mismos que colaron por la puerta de atrás a todos sus amigos y acólitos, pero que no movieron un dedo por hacer un poco de justicia. "Donde hay poca justicia es peligroso tener razón".
A veces me doy miedo cuando por mi mente pasa la idea de llegar a funcionario. Supongo que no pasará nada, y no mandaré a nadie a donde se merece. Pero una cruzada de cables y quizá despierte el monstruo que vive en mí. Y eso puede ser muy, pero que muy divertido.

La tarea de ablandar el ladrillo

Sigo aquí, afrontando este larguísimo puente que puede ser todavía más, batiendome el cobre de nuevo. Siempre en primera línea, como esos corresponsales que viven con la adrenalina a flor de piel, saltando de trinchera a trinchera, de guerra a guerra.
De nuevo se me está saliendo de punto la cabeza, se me va la pelota y empiezo a añorar las vidas que no viví, a renegar de la que ahora llevo. Antaño, esto me causó no pocos problemas.
Todo es una lástima

jueves, 1 de diciembre de 2005

Mesa electoral

Me voy. Con la gran suerte que tengo, me voy a pasar el día como vocal de una mesa electoral para el claustro de esta nunca bien ponderada UV. No sé para qué. Mejor coronar como caudillo plenipotenciario al gran Dan, y que haga lo que hace hasta ahora sin tener que mantener las apariencias. ¡Qué lástima de país!

martes, 29 de noviembre de 2005

Una semana algo compleja. Soy una persona de mente cuadriculada (y escasa), que me gusta tenerlo todo bajo el más férreo control. Todo tiene que superar mis baremos, mis criterios y tiene que pasar por mí. Eso me incapacita para dirigir empresas (ya hablaremos sobre esto) porque no sé delegar.
Por eso, en semanas como ésta, en que todo se desencaja y se descuadra, me pone de los nervios. Fontanero, mesa electoral, médicos, clases y unas cuantas más contingencias que alteran el orden preestablecido que tanto ansío.
Me gusta ser un cabeza cuadrada.

lunes, 28 de noviembre de 2005

El mundo se ha vuelto loco

Tras la tempestad, una calma tensa que tachona la playa con los restos del naufragio. De tenebris. Esta mañana oía la radio, RNE Radio 5 Todo Noticias. La Cumbre Mediterránea intenta acordar un texto de condena del terrorismo, tan de moda en estos tiempos en los medios de comunicación. Los países árabes quieren decir que defender su país ante un invasor, dentro de su territorio es un derecho. Algo creo que lógico. Pero no quieren. El mundo civilizado y, últimamente, invasor, no quiere. Así que no hay acuerdo. Hagamos una reunión para lucirnos y decir lo que el primer mundo quiere. Esto no va bien.
Luego los agricultores. Veo a los portavoces que hablan en nombre de todos ellos. he visto en mi vida muchos, muchísimos agricultores y ganaderos de Aragón y Valencia, y no se parecen en nada a esos que dicen representarlos. Casi como los ciudadanos y los políticos que nos representan. He visto como poco a poco han desmontado al pequeño agricultor y ganadero y han convertido todo ello en una gran empresa que, cómo no, se dedica a explotar la tierra. Se ha perdido también esa faceta, ya no hay agricultores como antes.
Todo va tendiendo a esos panoramas que describen algunos escritores, visionarios de la ciencia ficción, que describen sociedades en las que el individuo está completamente alienado, atravesado, diluido por una sociedad tirana, oligarquizada, totalmente sumida en una vorágine de despropósitos que el poder mantiene a toda costa simplemente por mantenerse en el poder. Esto es algo Kafkiano, Orwelliano, Valleinclanesco, Huxleyano. O peor.
No lo veo claro, cada vez nos hundimos más y más como sociedad y como especie. Y esto sólo lleva a la extinción.

miércoles, 23 de noviembre de 2005

Sigue la avalancha


Ahora, cuando casi todo ha ido alcanzando su estado estacionario, comienza la guerra de baja intensidad. Esa sangría, esa salmodia que salpica de barro día tras día las fachadas y que no te deja vivir, que presagia el inevitable fin, el hundimiento definitivo.
Aun así, sigo restañando heridas, con la esperanza de que todo acabe, por fin, un día de estos. De que todo se arregle de una manera u otra y deje de doler. Hasta entonces, sólo queda el método, el protocolo, las ordenanazas y manuales que te permiten actuar de manera mencánica y mantener un nivel aceptable de dolor, de orden y de caos.

lunes, 21 de noviembre de 2005

Discurso funerario

El sábado murió mi tío Enrique. Ayer lo enterraron (o lo enterramos). No puedo decir que se murió como del rayo, como dijo Miguel Hernández, porque arrastraba su calvario ya un año y, como él mismo dijo: "No sabes lo que cuesta morirse".

Desde niño lo recuerdo como el capitán Tan de los chiripitifláuticos, creo que por las gafas de pasta. Pero me encantaba, porque era una persona que transmitía ilusión y fuerza, y animaba a todos a conseguir lo que se proponía, de mente abierta. Ir a su casa, de niño, era un premio con el que de vez en cuando nos recompensaban: los juguetes de mis primos, la terraza con la tortuga y los miles de cactus, aquel mundo maravilloso y ordenado.

Ahora él se ha ido, muy mayor, el penúltimo de 6 hermanos y de un tiempo pasado. Pero quedan sus hijos, Quique, Luci y Noé, que son como él, gracias a él, y de los cuales estoy muy orgulloso que sean mis primos, porque continúan su labor y, en cierto modo, él siempre estará en ellos.

viernes, 18 de noviembre de 2005

Avalancha

Dichoso el mal que viene solo.

Jueves y viernes han sido días muy duros, de ésos en los que hay que apretar los dientes y bregar sin pensar, mantener las filas cerradas y descargar de forma mecánica, sistemática y aprendida. Porque si piensas abandonas, desesperas y te hundes más en el fango que ya te atrapa y asfixia.

Hacer lo que uno debe hacer, porque esa es la obligación, es el deber. Sin escatimar costes. Cuestión de sacrificio. Es lo que se espera y no se puede fallar. Ahora sí, de verdad, somos la última línea de defensa que debe contener esta avalancha que se desata y se multiplica y nos sepulta y sacamos la cabeza y respiramos y volvemos a cargar y a disparar y a cerrar vías de agua y a restañar heridas y a amputar miebros... No podemos fallar, porque somos a quienes se aferran todos los que nos rodean. No podemos hundirnos porque ya no nos afecta sólo a nosotros, es una cuestion de responsabilidad.

No es justo, pero ¿quién dijo que la vida fuera justa?

miércoles, 16 de noviembre de 2005

Es difícil encontrar el norte. Caminas perdido por los lugares habituales y todo, absolutamente todo, te recuerda tu mala suerte, te recrimina tu actitud, te recuerda lo que fue y lo que pudo haber sido. Tristísima remembranza que signa el corazón con cicatrices vergonzantes.

Todo es difícil, y todavía más luchar con lo invisible, con lo interior, con uno mismo. Crearse los retos, creerse los retos; luchar contra todo y contra todos y seguir creyendo en lo que uno hace.

Sigo con mi empresa, con mi universidad, con mis luchas. Algún día saldrá la luz; mientras tanto busco razones para no dejar de caminar

martes, 15 de noviembre de 2005


Hoy la cosa está grave. Sin tiempo y sin ideas para escribir la entrada. Me voy al ginecólogo, una revisión programada. Se acerca el momento del parto y esto va a ser un lío. Se acabará mi tiempo, se sumarán nuevas preocupaciones y habrá un cambio de perspectiva, de prioridades...

Hoy han venido a verme Tintín y Haddock. Los conocí hace demasiados años. Supongo que como casi todos, Reverte incluído, uno empieza degustando la asepsia de Tintín, las líneas claras y precisas de la aventura. Acabas comprándote todos los volúmenes y te los sabes de memoria y los relees una y otra vez. Luego envejeces, maduras o en el peor de los casos pasa el tiempo; los hojeas menos y te vas identificando más con Haddock, ese cascarrabias humano, cargado de defectos y con virtudes que contrarrestan, con creces, a los primeros.

Conocí a Tintín; ahora soy cada día más Haddock.

lunes, 14 de noviembre de 2005


Hoy es un lunes de nuevo, un lunes de verdad, de los que dan pistoletazo de salida a semanas interminables que acaban con toda la esperanza habida y por haber. Al menos llueve, llueve de una manera salvaje que me reconforta, que me da nuevas esperanzas de que la tormenta acabe con este país mezquino y todo vuelva a empezar.
La mañana pasa, ha pasado rápida y de manera poco productiva, y sigo atascado en todos los frentes, personal, profesional 1 y 2...
Hay que redoblar los esfuerzos por centrarse, por sacar toda esa basura que nos sepulta, que constriñe todos nuestros movimientos, toda nuestra actitud. Simplemente hay que acabar lo que llevamos entre manos, sacar la cabeza y fijarse nuevas metas.
Encima la nueva LOU va a caer como una apisonadora. Dichoso el mal que viene solo. Estoy empezando a pensar dónde huir para hacer una estancia. Tantos años aquí, mal o bien peleados, y todavía uno sigue teniendo que batirse en palestras bastante desagradables. Tendré que hacer una estancia en el extranjero, porque eso es lo que consideran importante para que uno sea un buen profesor. Ahora todo cambia, y me pillan los cambios en una situación personal que no pone las cosas sino mucho más complicadas, y ahora afecta a más de uno.
Y para terminar, no me va la calefacción del coche, lo que implica que en días lluviosos, como estos maravillosos días que me toca vivir, se empañan los cristales y no veo ni torta.

Segorbe, heavy rain, 12º.

miércoles, 9 de noviembre de 2005


"No puedo dejar de pensar en ella. Ya son demasiadas las veces que en la soledad de mi habitación imagino su cuerpo, frágil y mínimo, arrebujado contra el mío. Palpar hasta la última de sus costillas, de sus comisuras; todas las curvas escuetas que la definen... Pero nada es ya posible. Nunca fue posible, o sí; esa es la lacerante duda. Quizá sí, quizá ahora estaría a su lado añorando la soledad, añorando otro cuerpo como el suyo, completamente diferente en tamaño, color y sabor. Idéntico. Pero la realidad sigue siendo otra, con la que hay que convivir todos los días. Hay que convivir con ella, aunque nunca lo sepa. Hay que refrenar al corazón que galopa desbocado por las llanuras de la soledad. Hay que templar el ánimo y limitarse a soñar días tras días, a refugiarse en mínimos gestos, en símbolos a veces creo que incluso inexistentes.
Añoro en la soledad la siempre desconocida, y por tanto inañorable tersura de su cuerpo, los labios correctos e incorrectos, la orografía suave y melancólica.
Sé que no debo hacerlo. -De otro, será de otro-. Sé que es la gran paradoja, el gran error. -Cómo no haber amado sus grandes ojos infinitos-. Sé que todo y nada vale la pena y que sería otro infierno, de los muchos que Dante contempla, el que ahora me daría morada. -No, no es el amor quien muere, somos nosotros mismos-.

Sí, sueño con ella, aunque ella no lo sepa"

Robert A. Telemann

Aunque tú no lo sepas,
me he inventado tu nombre.
Me drogué sin receta,
y he dormido en los coches.
Aunque tú no lo entiendas,
nunca escribo el remite en el sobre
por no dejar mis huellas.

Aunque tú no lo sepas,
me he acostado a tu espalda.
Y mi cama se queja,
fría cuando te marchas.
He blindado mi puerta,
y al llegar la mañana
no me di ni cuenta
de que ya nunca estabas.

Aunque tú no lo sepas,
nos decíamos tanto,
con las manos tan llenas,
cada día más flacos.
Inventamos mareas,
tripulábamos barcos
y encendía con besos
el mar de tus labios.
(y toda tu escalera...)

Aunque tú no sepas, Los Secretos, compuesta por Quique González

martes, 8 de noviembre de 2005

Como veis, le he pegado un mini-repaso al blog. Sigo viéndolo todo negro, pero ahora un poco más grande (¿o más negro?)

Sigue este aburrido blog, en el que siempre acabo hablando de mí mismo, de mis problemas. Realmente se ha convertido en un diario personal en el que se consignan los acaeceres diarios. Ahí es nada.
Ahora, para variar, llevo un mes algo perdido. Esa andanada que nos largaron por sorpresa en la línea de flotación, o ese bajío, o mejor ese arrecife que no venía en las cartas y nos rajó el casco hasta la mismísima entraña, pues ese suceso me ha hecho caer en un sopor, en una inacción, en una especie de abandono total, a la espera ya no se sabe de qué.

Muchas veces ya tengo de impresión de participar en una carrera en la que la meta se aleja cada vez me que acerco a ella, con unas reglas del juego cambiantes y mutables.

Hay gente que corre la misma carrera que yo y no parece tan perdida. Sigue aguantando, mejor que yo, y eso me hunde más y más. Procuro reorganizar mis filas, hay un mar de fondo, hay algo que todavía me empuja, quizá la inercia. Poco a poco intento dirigirme, dirigir mi carrera profesional hacia un sitio en el que al fin pueda sentarme a descansar. Ése es el actual fin de todos mis desvelos. Tristísimo, desesperante para alguien que se juró, antaño, no caer en este juego sórdido e inicuo.

Pero ahora uno sólo desea sobrevivir, y confiar en que la esperanza aparezca de nuevo, en forma de lo que sea: un niño, un negocio, lo que sea con tal de que sea esperanza e ilusión.

10. Hotel Solitarios

Yo toco en el hotel de los solitarios
Después de las medallas y el cabaret
Le pido al camarero que llene el vaso
Y luego repartimos la propina

Tengo bastante con morder
algún pedazo de sueño
Para no olvidarme de las cosas importantes
Y tener encaje, sin perder empaque

Mi chica es la encargada de la cocina
Se la robé al gerente del restaurant
Le cacé con un libro sobre autoestima
Y no volvió a sentirse nunca un líder

Tengo bastante con morder
algún pedazo de sueño
Para no olvidarme de las cosas importantes
Y tener encaje, sin perder empaque.


Música y letra: Quique González

lunes, 7 de noviembre de 2005

Abandonos

Hay muchas, quizá demasiadas formas de abandonar. Agunas son dignas, y honran a quienes se rinden, como las lanzas de Breda y la vieja piel del tambor. Gente que planta cara y acepta la derrota, su abandono. La hace pública y notoria para todos aquellos que le rodean empieza su nueva diáspora, su travesía en su desierto, su huída.


Otras son indignas, silenciosas y hasta rastreras.

Abandonar, rendirse, capitular, claudicar, hundirse, ceder, doblegarse, reblar... Cualquier palabra vale para cuando uno no encuentra ya razón alguna para seguir, salvo ese instinto, ese algoritmo impreso de manera indeleble en los genes de seguir caminando, de seguir luchando porque es eso lo que hay que hacer.

Hay rendiciones en silencio, interiores, de esas en la que toda la estructura interior se desploma, dejando un edificio, un cuerpo vacío, todo fachada, representando ante los demás la misma pantomima de la vida mientras por dentro uno ya está vacío del todo, ya no queda nada, absolutamente nada que le llene, que le dé razones válidas, o tan sólo justificables para salir una vez más.
Son rendiciones de cobardes. De los que no son capaces de romper abiertamente con todo y con todos, claudicaciones que esconden por vergüenza, miedo o tibieza la propia derrota, el propio abandono. Continúan representando su papel mientras dentro todo está ya perdido, y no tienen en valor de reconocerlo y huir, para luchar quizá en otro lado.

La gente continúa
luchando en la vida,
la gente se viste
mas por dentro envolvemos
el alma en un traje a medida.

La gente persiste
en tener alegría,
la gente asegura
que mañana será
finalmente su gran día.

No perdemos la manía
de tener esperanza.
Que el dios de nuestra infancia
nos venga a enseñar
otro lugar más allá.

No da para más,
no da para más,
que aparezca un alien divino
y nos haga soñar.

Alien Divino, Germán Copini

viernes, 4 de noviembre de 2005

Desazón

Siempre con esa desazón, esa sensación de abandono y de derrota pese a todo, de nunca estar haciendo
lo que te gusta, de soñar, dormido y despierto, con nuevas vidas y rostros y amaneceres y horizontes y jadeos y abrigos que te arropan en lo más frío del frío invierno, del frío infierno,
Ahora estoy jugano a un juego llamado Syberia. Dejando aparte la dinámica del juego (creo que es una aventura gráfica su definición), los decorados, ambientados en los Alpes Franceses y la ruta que une éstos con Siberia, es alucinante. Todo un mundo imaginario recreado con un detalle minucioso y cuidadoso.
Me gustaría poder crear mi mundo y recluirme allí hasta el final de los días y los tiempos

miércoles, 2 de noviembre de 2005

En la línea de flotación

Un miércoles que es lunes y es viernes, un día más en que lo inesperado te hace madrugar y renegar una vez más. Aunque eso no es lo hoy me preocupa.
Creo que ya comenté que me había acreditado en todo lo habido para ser profesor de universidad, y ahora había que esperar al año que viene en que pediría mi ascenso a contratado doctor. El viernes por la tarde leí el borrador de la nueva LOU que quiere hacer el PSOE. Desaparece el contratado doctor. Lo que yo tengo es papel mojado.
Papel mojado que encima se convierte en lastre y te sumerje, ya que se acaba mi máximo tiempo de contrato y nadie sabe qué tipo de plazas van a salir ni qué narices van a exigir a las mismas.
Lo mío es de película. Cada vez que voy a llegar a la meta veo como la pancarta empieza a moverse y se aleja. Cada vez que supero los 12 trabajos de Hércules o las 12 pruebas de Asterix me dicen que no valen, que borrón y cuenta nueva y a ver qué hacemos ahora. Llevo dos cambios de ley que han tirado por tierra todo lo que he hecho, poco o mucho, en los últimos 8 años.
No es de recibo. Llevan cambiando las reglas del juego a su antojo mientras soy marioneta del destino, de los políticos o del azar. Estoy muy harto de tanta injusticia. De que esta universidad, por mezquindad, no hiciera lo que debió hacer en el momento adecuado, que siga sin hacer aun ahora.
Ya no sé qué hacer. Se me acaba el plazo y encima no sé ni a qué puedo optar, lo que va a sacar esta ley al mercado. Otra vez a reforzar la trinchera porque esto no va a hacer sino empeorar. Estoy empezando a cansarme.
He tendo mucha suerte en la vida: nada me ha sido fácil. Pero a este paso prefiero dejar de tener tanta suerte.

viernes, 28 de octubre de 2005

Mi primera clase

Hoy doy el primer laboratorio de este curso. Lo tengo todo concentrado en el segundo cuatrimestre, en el cual vivo sin vivir en mí.
Ahora me voy a clase con los de primero, sin nervios, que uno ya está curtido en ciertas lides, pero siempre pensando que si algo puede ir mal irá. Y además en el peor momento.

miércoles, 26 de octubre de 2005

Sacrificio

Es difícil detectarlo, cuantificarlo, incluso recompensarlo. El sacrificio tiene un sabor, tacto, aroma y textura que es diferente para cada comensal. Pero está ahí. Dependiendo de las personas en cantidades ingentes, o solamente trazas, pasando por el inabarcable espectro de matices.
Todo lo que nos rodea está hecho de sacrificio. Altruista o mercenario, todos los sacrificios son igual de valiosos, porque es algo que se otorga de manera personal, ese toque de distinción que hay en todo lo que hacemos.
Me gusta pensar que yo lo practico, en mayor o menor medida. Pero viendo la paja en el ojo ajeno, este mundo, esta sociedad se está quedando totalmente desprovista de cualquier rastro de sacrificio, de ese oligoelemento que sostiene lo que nos sostiene. Vamos cuesta abajo en la rodada.
PD. Ayer casi se me quema el coche. Empezó a salir humo, producto de la combustión de cables eléctricos, por la zonde del volante y los conductos del aire. Ya me vi salvando los muebles y descargando el extintor, aunque todo acabó al quitar el contacto. Luego vino el pensar en cambiar ese coche con 2.9x105 kilómetros. Pero piensas lo que te cobran por un coche nuevo, lo que cuesta ahorrar ese dinero y pagarlo, el sacrificio que requiere, tan preciado en estos tiempos...Todo es cuestión de sacrificio. O de falta de éste.

martes, 25 de octubre de 2005

La chica de Cafés Valiente

Hoy va por ella. No sé cómo se llama, creo que nunca lo sabré. Y además mañana ya dejaremos de tomar café en ese local de Cafés Valiente que hay al lado del nuevo Corte Inglés de la Avenida Francia, en la zona de descarga.
Todos los días nos vemos obligados a contemplar su denodado esfuerzo por atender a esa inmensa caterva que populan los bares a horas intempesivas. Llegamos a las 7 y media, y ella ya está allí, atendiendo al personal, haciendo curasanes y tortillas y trabajando de manera eficiente. Demasiado eficiente. Por desgracia es muy, pero que muy extraño ver en estos tiempos a alguien que se esfuerza al máximo por rendir en su trabajo. Que intenta cumplir con su tarea, sea cual sea, independientemente de lo que le paguen, de lo injusto de su situación o de aspectos personales. Que sin rechistar, impasible el ademán, cumpla con su deber tal y como se comprometió. Es algo muy extraño en un tiempo y un país en el que la mediocridad se ha instalado en todos los estratos sociales, en todas las administraciones, en todos los círculos intelectuales, culturales, laborales, espirituales... Esta chica cumple con su deber, además con corrección y algo de simpatía, por lo que no deja de despertar mi admiración.
Y pese a concitar mi atención y respeto, creo que podemos estar equivocados. Si bien admiro a los hombres (y mujeres) que se visten por los pies, y son consecuentes y honrados y amigos de sus amigos y enemigos de sus enemigos y al pan pan y al vino vino, creo que esta sociedad penaliza este tipo de comportamiento, de actitud tan honrada y honorable. La tan manida mediocridad de la que politicos, gobernantes y prohombres han hecho enseña, esta cultura picaresca, del pelotazo, de la sinvergüencería, del toma el dinero y corre, todo ha hecho que para medrar en esta sentina hay que ser un crápula sin escrúpulos, un malfatán sin respeto, honor, decencia, coraje ni pundonor. Puto país aquel en el que los hombres honrados y trabajadores están a merced de los necios y de los egoístas.
Quizá en otro país, civilizado y maduro, esas personas alcancen su objetivo, su estabilidad y esa paz interior que da el sueño de los justos, Pero aquí no, es imposible, con esos exégetas de Gran Hermano, los demiurgos de la patria y los paladines de la justicia y la ley.
Aún así, admiro a esa gente que hace lo que debe, aunque su señor sea tan malo y necio como el mío, aunque nadie le recompense con lo justo ni le reconozca lo debido. Si uno se compromete, si uno da su palabra, tiene que cumplir su parte del trato, por mucho que la otra se llame a andana. Uno hace lo que debe, sin rechistar, porque a ello se comprometió, independientemente de lo que haga el otro. Y si estotro no cumple, un día, sin previo aviso, uno toma sus bártulos y se va. No hay que avisar, tuvo tiempo de hacer lo que era justo y no lo hizo, así que esa persona no merece los avisos. Seguramente los utilizará para seguir sojuzgando con egoísmo e iniquidad a los demás, no esperes mañana lo que no te dio ayer.
Negociar. No me gusta negociar. Me gusta lo que es justo, y siempre hay una posición de equilibrio, de equidad, de justicia entre dos posturas. Si hay que sentarse a negociar es que una de las partes tiene un concepto algo egoísta de lo que es justo. O en este país desgraciado, las dos.

lunes, 24 de octubre de 2005

Odio a los perros

En realidad no les odio directamente a ellos sino a sus dueños. Aunque no me gustan los animales. Mis animales favoritos son la ternera, el solomillo de cerdo, el cordero, el pollo y el conejo.
Yo no sé si es aberración, o mi infancia en el campo, donde los animales y las personas tenían sitios y funciones diferentes, perfectamente delimitados. No comprendo a esas personas que son capaces de defender a toda costa los derechos de un animal y que odian a sus semejantes y no tienen en cuenta ninguno de sus derechos. Los veo paseando los perros, alimentando a los gatos y admirando a todos los animales en la gran ciudad o en granjas escuela. Me dan ganas de vomitar. Me dan ganas de meterlos a todos ellos en una granja de campo y obligarles a vivir la vida de verdad que circula por allí. Es muy bonito ver los toros desde la barrera y opinar. Son como los eunucos de un harén: saben lo que se hace porque lo han visto mil veces, pero son incapaces de hacerlo.

No vayan a pensar que odio y maltrato a los animales. Salvo a los gatos, a los que odio de manera atávia y mortal, al resto de animales los admiro y los respeto, y les otorgo el lugar que creo que merecen.

Pero odio a los que dicen que les gustan los animales.

miércoles, 19 de octubre de 2005

Ayer no puede escribir nada. Falta de tiempo, exceso de estrés. De nuevo se me ha vuelto loca la brújula y estoy un poco sin norte, achicando agua sin parar...

lunes, 17 de octubre de 2005

Nunca los lunes han sido santo de mi devoción. Ni mía ni de nadie. Pero a medida que el tiempo pasa, se van degradando más y más, en una espiral desgarrada hacia el menos infinito. Busco alcorzos en la semana que se asoma tenebrosa desde esta primera ventana, con un repiqueteo sórdido, lúgubre y burlón, dolorosamente burlón.

Ya no llego a nada nunca. Nada alcanzo, a nada alcanza mi pobre y desvaída sombra sino a difuminarse más y más conforme el agua se desprende desde la clepsidra.

jueves, 13 de octubre de 2005

De nuevo aquí nada cambia. Como si de una pesadilla recurrente se tratara, los abnegados ayudantes envían cartas al rector para decirle cuán defraudados nos sentimos, qué injusta es la vida y cuántos honores merecemos.

Necios.
Siguen con esa miope perspectiva de la situación, con esa utópica realidad que les supera, siempre que esta se asemeja a la vida.

Esto y Radio5 todo noticias me hacen pensar sobre la tiranía de la democracia. De como una mayoría puede, democrática y legalmente (que no justamente), tiranizar, sojuzgar, discriminar a una minoría sin que ésta última pueda hacer nada legal contra eso. Salvo la lucha, la secesión, el éxodo...

Los políticos y gobernantes acaban corrompiendo hasta el aire que respiramos.

Feliz gripe del pollo, a ver si sobrevivimos...

lunes, 10 de octubre de 2005

estoy cansado yo no sé si es esta inacabable tarea de tapar agujeros de cegar vías de agua esta tarea inabarcable de pelear contra la vida y no ver resultados y aun asi seguir peleando ver cómo en el campo de batalla todos se retiran y te quedas en tu trinchera en plena vanguardia dudando de si huir o no pero no hacerlo y pelear el mundo se construye dia a dia con esos solitarios que no abandonan su trinchera pese a todas las razones y pelean por todos por todos nosotros y por ellos mismos todos peleamos por los demas en el mismo momento en que peleamos por nosotros mismos en el mismo momento en que simplemente peleamos

no debia leer oficio de tinieblas 5 no debo leerlo y aun así lo hago no os conviene que purgue mi alma es muy fácil para mí hacerlo volcar en esta bitácora todos sus contenidos toda esa hiel verdosa que me corroe las entrañas que me agosta el ceño que me enhebra cien mil arpones que suturan esperanzas a la vez que restañan heridas es fácil para mi para todos escribir así lo que tiene mérito es que te paguen por ello que la gente te pague te compre te lea te critique lo que hizo Cela tiene mérito y no lo tiene pero quién soy yo para discutir a un Nóbel sólo uno más sin sombra y sin espejo

miércoles, 5 de octubre de 2005

Acreditado

Siempre creía que cuando algo me saliera bien sentiría una gran alegría interior, un descanso, un relajo, una suerte de liberación espiritual y paz de espíritu que ansío de manera enfermiza.
Pero no ha sido así. Ahora estoy acreditado para cualquier tipo de plaza universitaria no funcionaria habida y por haber. Tengo prácticamente asegurado mi sustento en las universidades españolas, y no ha desparecido ni un ápice de ese vacío interior que hace mucho, casi desde que nací, se alojó en mi interior como una tenia y se nutre de mis sueños y esperanzas.

Ya no hay alegría, ni esperanza. No debe haberla, y no la hay. En cierta medida estoy feliz, o medianamente satisfecho porque algo me ha demostrado que el camino andado no estaba errado. Pero sólo sigo viendo dolor, desesperación y una sed de venganza insaciable.

martes, 4 de octubre de 2005

Pasan los días. Hoy he podido tachar otra tarea de mi agenda. También le he dedicado algo de tiempo a altopalancia.info, y he pensado acerca de esa empresa que hemos montado, y que cada vez va peor por nuestra desorganización, por nuestra falta de compromiso y de responsabilidad. No sé lo bien que acabaremos. Un lástima, con todas las buenas expectativas que hay. A ver si mañana somos capaces de hacer examen de conciencia y matar a esa bestia que se nos ha escapado de control. ¿Llegaremos a navidades?
Hoy es el cumpleaños de Pili: felicidades.

On every street

Dire Straits

There’s gotta be a record of you some place
You gotta be on somebody’s books
The lowdown - a picture of your face
Your injured looks

The sacred and profane
The pleasure and the pain
Somewhere your fingerprints remain concrete
And it’s your face I’m looking for on every street

A ladykiller - regulation tattoo
Silver spurs on his heels
Says - what can I tell you as I’m standing next to you
She threw herself under my wheels
Oh it’s a dangerous road
And a hazardous load
And the fireworks over liberty expode in the heat
And it’s your face I’m looking for on every street

A three-chord symphony crashes into space
The moon is hanging upside down
I don’t know why it is I’m still on the case
It’s a ravenous town
And you still refuse to be traced
Seems to me such a waste
And every victory has a taste that’s bittersweet
And it’s your face I’m looking for on every street

lunes, 3 de octubre de 2005

El Final

Fredric Brown

El profesor Jones había trabajado en la teoría del tiempo a lo largo de muchos años.

Y he encontrado la ecuación clave dijo un buen día a su hija. El tiempo es un campo. La máquina que he fabricado puede manipular, e incluso invertir, dicho campo.

Apretando un botón mientras hablaba, dijo: Esto hará retroceder el tiempo el retroceder hará esto dijo, hablaba mientras botón un apretando.

Campo dicho, invertir incluso e, manipular puede fabricado he que máquina la. Campo un es tiempo el. Hija su a día buen un dijo. Clave ecuación la encontrado he y.

Años muchos de largo lo a tiempo del teoría la en trabajado había Jones profesor el.

Brown Fredric

Final El

Al fin el cielo te envía la señal que estabas esperando

Es curioso que escriba esta entrada el día del eclipse, pero no tiene nada que ver con él.
El miércoles pasado llegaron 3 cartas del Ministerio del Amor (en realidad no recuerdo qué ministerio envió las cartas, pero poco importa). En ellas se me reconoce como acreditado para ser profesor en cualquier universidad. Ya puedo ser ayudante doctor, contratado doctor, colaborador y profesor en universidad privada. Desde el punto de vista práctico, significa que en condiciones normales de presión y temperatura voy a ser profesor de universidad para rato.

Una canasta de 3 puntos, aunque lo que importa es si hay tiro libre adicional.

Moralmente, es para mí una señal de que no todo lo que he hecho estaba mal. Una señal de que parte del camino andado, por poco que crea en él, no ha sido tan malo. Que el servicio a tan mal señor nos ha servido para que otros, ajenos y desconocidos, nos reconozcan.

No lo he recibido con gran alegría. Al menos no lo he exteriorizado, aunque por dentro estoy tranquilo al haber logrado un pequeño objetivo que me propuse. No es garantía de nada, y menos en esta UV, pero he acallado a fantasmas y demonios interiores que me asediaban de día a noche.

Voy a seguir peleando por esos cuantos objetivos que me marqué. Hoy es un día de transición, duro y desalmado, heredero de un mal fin de semana y de una desazón interior insondable, abismal, que me corroe.

Algo ha salido bien. Pero no nos creamos nada. Sólo significa que hay que seguir tirando, que hay que seguir aguantando el tirón.

sábado, 1 de octubre de 2005

Sábado en la noche

Sábado por la noche. Momento de insondable melancolía, de un dolor indescriptible, de esos que sólo un poco de alcohol puede producir. Hora de escuchar a Los Secretos más atávicos, más entregado al desamor, al dolor, Los Secretos más secretos. Quiero beber hasta perder el control. No me falles. Déjame. Por el túnel. Hoy la vi.
Momento de recoger velas durante una noche, contemplar la luna llena rielando en la lona, decidir que todo fue una lástima, una confabulación aviesa del destino la que nos hizo hollar estos paraísos, y a la vez contemplar esos paraísos perdidos, más dolorosos aún porque perdidos no significa perdidos sino jamás conocidos.
Todo fue una lástima. Quizá en otro tiempo y otro lugar nuestra realidad sería otra, tan amarga como la que hoy degustamos y hasta resabiamos; pero otra, al fin y al cabo, que es lo que importa. Nadie puede evitar recordar viejas fotos, que pronto estarán en la bitácora, con una galería de los tiempos perdidos. Recordar lo que fue, lo que pudo haber sido. Cada fin de semana acariciar un sueño y sentir que él te acaricia y no estar seguro de nada, ser un puro adolescente y llorar como amargamente nunca lo has hecho.
Porque a pesar de todo eres feliz y no debes tentar a la suerte. Y aun así te lo preguntas cada vez, y sueñas con Los Secretos: No me imagino, Sucedió al revés, En la ciudad, Ráfagas, Buena chica, Sin dirección, Volver a ser un niño, Sobre un vidrio mojado, Por el túnel, Cerrar los bares, Callejear, nada más, Si te vas, Quiero beber hasta perder el control, No digas que no, Volver, No supe qué decir, Otra tarde, Nacional VI, Ella me dijo, Ojos de perdida, El primer cruce, No me falles, Déjame.
Adiós. No sabéis cuánto os necesito, cuánto necesito la esperanza, Los Secretos, los sueños que mal maté y peor enterré, los amores que no amé.
Qué injusto es todo. Llegaréis a viejos para descubrirlo.
El mundo es del cristal (era) con que se mira.

miércoles, 28 de septiembre de 2005

Incertidumbre

Hoy, 28 de septiembre de 2005, aún no sé con certeza que pasará con mi contrato el 1 de octubre. Ya dije que no dudo de que esta universidad me renueve,
y no tengo miedo a que me eche, ya que no les importo un pimiento. Soy uno más de esos uno, sin sombra y sin sueño,
un solitario que avanza
sin camino y sin espejo. Por tanto nadie se molesta en acabar conmigo ni en brindarme su favor. Porque no les importo. A veces, las pocas, eso es bueno.

Pero lo que me duele es la incertidumbre. Ese no saber nunca qué va a ser de ti. Esa agonía que se prolonga eterna como horizontes sin alma. Ese juez sin rostro que pospone sine die tu ejecución sin saber cómo acabará todo, aunque todos acabamos muriendo.

Pero me gusta controlar mi momento de muerte; saber cuándo uedo hacer mutis el foro. O no saberlo, y confiar en que sea un accidente, una casualidad, una traición...pero nunca en manos usurpadoras e inmerecedoras.

preferiría que me echaran de una vez. Al menos reharía mis filas y plantaría batalla en otro sitio, con una incertidumbre en manos del destino, de la fortuna, de los hados, del maligno. Pero nunca en manos de los hombres a los que no les importo. Eso no.

Los tres días del cóndor

El título se refiere a que llevo tres días sin publicar. Lo remediaremos en la medida de lo posible, añadiendo las dos entradas que me debo.
¿Por qué no he escrito aquí en mi bitácora? Dos días de mucho trabajo, de muchos nervios. No duermo bien por las noches, y empiezo a creer que es de estrés. Últimamente, aparte de los asuntos laborales que me devoran fieros, mi nueva flamante empresa sigue siendo una amante salvaje y caprichosa que no terminamos de domeñar. Hoy es 28 y esta universidad no me ha comunicado nada acerca del contrato que termina el 30. Quiero suponer que me renovarán, pero a fuerza de golpes uno aprende a que nada es nada hasta que realmente lo es. Ya os dije que lo que más odio es la incertidumbre.
He resuelto acabar poco a poco, sin prisa pero sin pausa, con todo lo que me rodea. Me explico. Cada curso hago examen de conciencia, y decido empezar a poner orden en esta vida que se precipita en barrena hacia abismos insondables. A veces controlo la trazada, la trayectoria, a veces me lleva ella en desbocada vorágine. Lo bueno que tiene la vida (aunque dudo de que sea bueno) es que puedes no dejar de caer; puedes seguir cayendo durante tiempos casi infinitos; cuando crees que has tocado fondo, vislumbras que hay gente más abajo que tú. Siempre ocurre.
Así que tengo tiempo para controlar esa nave en picado y remontar el vuelo (supongo que igual que puedes no dejar de caer podrías no dejar de subir; no lo tengo claro). Y he decidido ir poco a poco. Definiendo microtareas, microhitos que cumplo a rajatabla; finiquito todo lo que puedo antes de que me finiquite a mí. Batallas muy pequeñas que me aseguro de poder ganar, pero lo suficientemente grandes como para que valgan la pena. Y así voy. Día a día, paso a paso.
Antes mi idea era tomar el año que viene aquella colina, en general, como gran objetivo en la vida. Ahora mi idea es cada día dar un paso adelante. Sólo eso.
Si lo logro, cada día estaré un poco más cerca de algún sitio.

miércoles, 21 de septiembre de 2005


Dándole vida al asunto

Hoy Sabina publica su último disco

Parece un tío cojonudo. Hoy va por él.

Aznar

No me parece bien que esté 8 años gobernando con mano de
hierro este país y ahora, que no manda, no se quede aquí a vivir en lo que él construyó o destruyó, a dar la cara ante sus acólitos y detractores. Mucho más facil y rentable irse a otro país, gracias a las relaciones que fraguó poniendo este país al servicio de intereses bastardos. Ese tipo no tiene honor; sólo muy mala leche y poca vergüenza. Lo del honor y la poca vergüenza está claro: es político, lo que, en términos prácticos, lo pone al final del escalafón moral de la sociedad, por detrás de pederastas y becarios FPI. Lo de la mala leche era predecible, aunque él siempre lo negara.
Y ahora el PP, con esa pesada herencia, con esa rémora de políticos corruptos, sin carisma y con demasiados intereses personales, demasiada ansia de poder como para quitarse de enmedio y sanear el partido. Demasiado orgullo, soberbia y envanecimiento para decir: me equivoqué.
El PP lo tiene claro. Lo tendría más claro aún si ZP hiciera lo que tiene que hacer, y no se dedicara a levantarse cada mañana, tirar los dados y decidir qué hace o no hace en función d eéstos.
Rectifico. Quienes lo tienen claro somos nosotros.

martes, 20 de septiembre de 2005

Abandonar

Hoy estaba muy cansado. Agotado anímica y mentalmente.
Tanto que tenía asumido ya abandonar todo esto, tratar de vivir mi vida por mí mismo, y no ceder a chantajes.
Hoy es 20, mi contrato acaba el 30 de septiembre y nadie me ha dicho nada. Creo, sinceramente, que me renovarán, pero dice poco en favor de esta institución ese abandono, esa despreocupación que es márchamo propietario de la UV. Cada vez tengo menos ganas de hacer buena cara, decir gracias y por favor, y no gritarles que esto que hacen no está bien, y que en otro tiempo o lugar, más civilizado, hubiesen sido castigados ejemplarmente en escarnio público. Pero éstos son los tiempos oscuros, extraños, perversos que nos toca vivir.

Hoy he decidido que me voy. Tarde o temprano, con plaza o sin ella, saldré por la puerta de atrás, sin cajas destempladas espero. Y me iré a vivir un tiempo, no sé cuánto, con mi esposa y mi prole, a un país civilizado en el que me limite a trabajar y preocuparme por lo que merece la pena, y me aleje de esta guerra tercermundista, esta guerra de guerrillas en la que vivo inmerso día a día, siempre alerta, nunca en sosiego. Esta vida en la frontera que acaba por devorarnos a todos y a todo.

Adiafa

(Del ár. hisp. aḍḍiyáfa, y este del ár. clás. ḍiyāfah, [presente de] hospitalidad).
1. f. Regalo o refresco que se daba a los marineros al llegar a puerto después de un viaje.

lunes, 19 de septiembre de 2005

Decir adiós


Creí, iluso de mí, que no iba a volver a ocurrir. Ocurrió en 1992, recién salido del cascarón, cuando en AIDO encontré un entorno que me acogió y me dio esperanzas e ilusión y un grupo de gente como tanto habia deseado. Aquello duró 11 meses, gracias a la pésima gestión de Juan Carlos Soriano, así que el 14 se septiembre de 92 nos dijimos adiós. Aqullo dolió mucho, me costó dos o tres meses darme cuenta de que en la vida todo es decir adiós. Luego trabajé en varios sitios, con gente maravillosa, me acuerdo mucho de vosotros, pero había blindado mi corazón para el momento del adiós. Más tarde recalé en esta universidad maldita. Lo mejor, los compañeros de viaje. Se han convertido en mi familia. Y nunca esperaba, nunca me planteé el momento del adiós.
Pero ayer tarde tuve otra vez miedo. Esa sensación en la boca del estómago, el sabor metálico en la boca y la desazón inefable, indescriptible, de la mirada del adiós.
Un buen compañero, un buen amigo, uno de los tíos más válidos que conozco y al que le han dado las suyas y las de un bombero los inútiles que hay a las riendas de la universidad y sus judas acólitos, que populan esta universidad para su orpobio y vergüenza.
A este tío ahora alguien le otorga la confianza que durante tiempo se ha ganado y esta universidad le ha negado, pienso que por ese miedo atávico y cerval que tienen los inútiles cuiando aparece alguien válido en su derredor. Ahora, para sacar los colores a muchos de aquí y de allí, consigue algo por lo que vale la pena pelear. No se va, pero yo sé que esto va a ser un paulatino adiós. Que su nueva dedicación le va a ir ocupando más y más tiempo y más y más y más viajes, que nada será como antes. Que en cierta medida, en aquel aparcamiento nos estábamos diciendo adiós.
Eso duele, pero que el cielo sea para otros, aunque yo vaya al infierno. Bravo por él. Nada será como antes, pero puede que algo vaya bien. Hoy va por ti. Duele pensar que no nos veremos tanto como antes, pero me alegro.



miércoles, 14 de septiembre de 2005

Hoy hace un año

Hace exactamente un año terminamos por dejar de darle vueltas al asunto y crear este blog.
No sé si pensaba que esto iba a durar. Es difícil encontrar tiempo y razones para continuar consignando en la bitácora las cosas consuetudinarias que acaecen en la rúa. Pero me lo propuse, me obligo a escribir aunque no sepa qué decir, y al final hemos llegado a esta primera Itaca. Estación de tránsito.
Obviamente, voy a continuar. Supongo que egoístamente. Este blog lo lee muy poca gente; no me relaciono con otras bitácoras ni con otros capitanes de navío, por lo que poca gente pasa por aquí. Sólo unos pocos amigos, almas perdidas y corazones solitarios en busca de paz y sosiego. Con eso tengo bastante. No necesito al mundo, suele hacer bastante daño. También, egoístamente, estoy guardando todos mis recuerdos, estoy confeccionando un diario.
Gracias a los que os pasáis por aquí. Iremos haciendo esto un poco más acogedor para aquellos que necesitan un buen fuego y la compañía escasa de un buen vino y un par de lobos solitarios en la penumbra.

Gracias a todos. Seguimos en la brecha.


Hace un año (Hombres G)

Hoy, hace un año, las calles frías me han visto pasar...
las niñas bajan por la cuesta... de uniforme...
la gente corre, y la lluvia está empapando el parque...
pero hoy, me has hecho daño, hoy, estoy llorando...
los autobuses pasan salpicando y no... no te veo bajar
un olor a ciudad mojada me está asfixiando y tú... no llegarás.

Voy corriendo al parque, a ver si estás...
hoy no se ve a nadie en la oscuridad...
Sólo aquel macarra... que lo ves de lejos... te das media vuelta
y serán... más de las nueve... estarás en casa y te llamaré...

Tú... no estás en casa, Dios sabe qué mentira contarás
tus amigas focas, se ríen cuando me ven pasar
Doy otra calada a mi cigarro y me voy quedando solo.... en aquel bar.

Pero hoy, tampoco llegarás, sé que nunca más volverás
he sido un gilipollas por querer hacerte tan feliz
pero ahora sé que tengo que matar la serpiente que hay en ti

Ya no volverás a verme jamás.
Las huellas en el parque se borrarán
ya puedes cerrar los ojos... ya puedes besar a otros
no hace falta que te escondas porque hoy, hace un año...

Y yo no, no, no... te llamaré... (llamaré...)
Te llamaré... (llamaré...)
Hoy... hace un año...
Hoy... hace un año...

A punto de abandonar

Estoy totalmente superado por este marasmo que me rodea. No es que me falten las fuerzas, pero estoy cansado, sin absolutamente ninguna ilusión. Cansado de pelear en algo en lo que ya no creo, en esta universidad mezquina y cobarde, como el mundo. Tengo que lamer las heridas, necesito soledad y una señal de que no voy por mal camino. Porque de lo contrario voy a tener que abandonarlo, al precio que sea.

martes, 13 de septiembre de 2005

Han sido unos días de infarto. Días grandes de Teresa. Inicio del curso, examen de mi asignatura, fiestas de mi pueblo,...
me falta tiempo, necesito 40 horas al día. El lunes fue un día aciago, con un transformador incendiado y un día entero perdido. Los nervios a flor de piel, la empresa recién montada que es un caos absoluto y se precipita en barrena, sin control ninguno, como un enorme caballo desbocado. Todo se escapa de mi control, de nuestro control, todos los planos de mi vida se difuminan, son una función de ondas sin definir... Estoy poniendo orden en este blog, que tanto ha acusado este infausto inicio. Añado entradas que debieron aparecer la semana pasada, que se gestaron en ese mes de agosto perdido en el final de los tiempos. Lo estoy intentando, lo estamos intentando todos; todos arrimamos el hombro para hacer que esto funcione, y sigo necesitando poner orden en 100 sitios a la vez. Hay que seguir peleando.

Terese con el pelo liso
en año 73
incendiando el paraìso
con la huella azul de sus pies
tan bonita y tan frágil
bailando con extraños
es difícil que no se haga daño
es un pastel de cumpleaños
invitado a un huracán

Eran días grandes de Teresa
disparando contra el cielo de Madrid
eran días grandes de Teresa
yo estaba cerca y la seguí

Teresa y sus poemas rotos
de heridas y oscuridad
ha esperado tanto el desfile
que empieza a desfilar
a los veintiun años
con su vestido blanco
hay un coche para cada chica guapa
un anillo de hojalata
y una soga para collar

Eran días grandes de Teresa
disparando contra el cielo de madrid
eran días grandes de Teresa
yo estaba cerca y la seguí

Teresa haciendo chocolate
en el año 92
para su pequeño niño apache
que está tocando el tambor
ya lo sabes Teresa
como tu siempre dices
lo que quema deja cicatrices
y ahora sentada en la ventana
llegan cartas de tu hermana
puedes esperar sin prisa
que deje de llover

Eran días grandes de teresa
disparando contra el cielo de Madrid
días grandes de Teresa
yo estaba cerca y la seguí

"Días grandes de Teresa", Christina Rosenvinge

jueves, 8 de septiembre de 2005

Canciones de amor para tiempos difíciles

Es el título de una canción y de un disco de Miguel Ríos. Es una de esas frases que se han clavado en mi cerebro, que a buen seguro el Alzheimer desenganchará tarde y temprano (se me va la cabeza demasiado últimamente). Frases de esas en las que me refugio cuando arrecia la tormenta. Todos necesitamos construirnos refugios, almenas, fortalezas para mantener fuera el frío invierno, el frío infierno. Construir un refugio, una guarida con canciones de amor para tiempos difíles. Además, lo estoy haciendo. Estoy buscando y almcenando canciones para tiempos difíciles, de esas que consiguen que un día se enlace con otro día y salgamos indemnes, o al menos lo mejor posible de estas batalla, de esta guerra. Preparando 1 giga de canciones directas en vena para evitar que la sangre se coagule y deje de respirar.

miércoles, 7 de septiembre de 2005

Me equivoqué

Este mes de agosto asistí a una boda, y la noche fue embebiendo en mí la absoluta, la pasmosa y terrorífica certeza de que en esta puñetera vida mía me equivoqué. He fracasado, me he equivocado de la peor forma. En toda mi vida, todo aquello que he tocado, por allí por donde he pasado, todo se ha agostado, se ha convertido en estatuas de sal, como la esposa de Lot. No sé dónde estoy, no estoy donde quiero, no sé a dónde voy y ni siquiera a dónde voy a ir. Sólo quiero huir, esconderme, ser cobarde hasta la médula y embriagarme de soledad, de melancolía, de tristeza. Este comienzo, sin saber si la depresión postvacacional existe y es culpable de algo, como decía este comienzo me ha desarbolado de nuevo otra vez. En aquella boda vislumbré otra vida, otra gente y otro mundo, otro entorno que añoraba sin haberlo conocido. Soy consciente, siempre soy consciente de que nadie está contento con lo que tiene, nadie está contento con el lugar en el que está. Aborrezco a las personas que son felices, conformes con todo aquello que la vida les otorga o la fortuna les niega. Que lo aceptan todo.

Será que les tengo envidia.

martes, 6 de septiembre de 2005

Las vidas que no viví, las mujeres que no amé

Ya os he dejado entrever que este mes de agosto ha sido penoso. Incluso más que el pasado agosto de la radio a medida.
Debe de ser porque este mes todo se ha limitado a una pelea continua sin fe, sin objetivos, a un desgaste físico y anímico, tan sólo pundonor y un sentido el honor un poco ya fuera de lugar.

Por tanto, ha sido un verano sin vacaciones, sin descanso, sin paz. Sin poder encontrarse con todo lo que uno ha ido perdiendo durante todo el año y guarda la esperanza de recuperar, al menos en parte. Tan sólo, este fatídico mes, hubo una escapada a Barcelona en la que no conseguí desconectar de nada; un viaje artificial al barrio gótico de esa ciudad que no pudo con mi melancolía.

Fue incluso peor. Con el ánimo a ras de suelo, en un decorado de innegable belleza indescriptiblemente atestado de gente y de tiendas, terminé por fijarme en todas las personas que me rodeaban; terminé por imaginar sus vidas imaginarias, terminé por imaginar las vidas que no viví en la piel y el alma de los otros.

"Cuando abra la puerta y me asome la la escalera, sabré que abajo empieza la calle; no el molde ya aceptado, no las cosas ya sabidas, no el hotel de enfrente: la calle, la viva floresta donde cada instante puede arrojarse sobre mi como una magnolia, donde las caras van a nacer cuando las mire, cuando avance un poco más, cuando con los codos y las pestañas y las uñas me rompa minuciosamente contra la pasta del ladrillo de cristal, y juegue mi vida mientras avanzo paso a paso para ir a comprar el diario a la esquina."



Miles de ojos, de cuerpos. Personas a las que no conozco ni conoceré y que guardan esa intimidad que uno crea y recrea, imagina, figura, que la compara con las vidas que alguna vez soñó y que se quedaron atrás por y para simepre. Vidas bohemias, desocupadas, urbanitas, elitistas, arrastradas; vidas fáciles y difíciles. Intelectuales, despreocupadas, de color de rosa o de color de hierro. Vidas con los cientos de mujeres que desfilaban antes mis ojos, imaginando todas las posibles historias para escapar de esta realidad que me sigue amenazando fiera.

Lo peor de todo es ese rememmorar pasados y futuros que no volverán ni acaecerán; es añorar la compañía de desconocidos e imaginarios compañeros de viaje que completan tus noches encadenadas de dolor. Lo peor de todo es eso: estar atrapado en aquello que tú mismo has elegido.


No soy un fulano con la lágrima fácil de esos que se quejan sólo por vicio,
si la vida se deja yo la meto mano, si no, aun me excita mi oficio.
Y como además sale gratis soñar y no creo en la reencarnación,
con un poco de imaginación partiré de viaje enseguida
a vivir otras vidas, a probarme otros nombres,
a colarme en el traje y la piel de todos los tipos que nunca seré.

Al Caponne en Chicago, legionario en Melilla, pintor en Montparnase,
mercader en Damasco, costalero en Sevilla, negro en Nueva Orleans.
Viejo verde en Sodoma, deportado en Siberia, sultán en un harén,
policía ni en broma, triunfador de la feria, gitanito en Jerez.
Tahur en Montecarlo, cigarrillo en tu boca, taxista en Nueva York,
el más chulo del barrio y tiro porque me toca, suspenso en religión.
Confesor de la reina, banderillero en Cádiz, tabernero en Dublín,
comunista en las Vegas, ahogado en el Titanic, flautista en Hammelin.

Pero si me dan a elegir entre todas las vidas yo escojo
la del pirata cojo con pata de palo, con parche en el ojo, con cara de malo,
el viejo truhán, capitán de un barco que tuviera por bandera
un par de tibias y una calavera.

Billarista a tres bandas, insumiso en el cielo, dueño de un cabaret,
arañazo en tu espalda, tenor en Rigoletto, pianista de un burdel.
Bongosero en La Habana, cazador en Venecia, anciano en Shangri La
polizón en tu cama, vocalista de orquesta, mejor tiempo en Lemans.
Cronista de sucesos, detective en apuros, conservado en alcohol,
violador en tu sueños, suicida en el viaducto,guapo en un culebrón.
Morfinómano en China, desertor en la guerra, boxeador en Detroit,
cazador en la India, marinero en Marsella, fotógrafo en Play-Boy.

lunes, 5 de septiembre de 2005

El final del verano

Acaba agosto, y con él las vacaciones. Como muchos años. las de ésta han sido espantosas.
Deseando que llegara de nuevo el trabajo, que la rutina pusiera algo de orden en este tráfago ya insostenible. La nueva empresa comienza con demasiados bríos, con escasa organización. No ha habido descanso. Ya he dicho antes que mis vacaciones ideales son un mes de total soledad con música, libros, DVDs y un ordenador. Tiempo para pensar, para limpiar el alma de tanta contaminación que nos rodea. Para que el espíritu descanse.

Este mes me prometí no añadir entradas a la bitácora, y lo conseguí. Pero guardo unas cuantas que debo rememorar. La visita a Barcelona, los errores del pasado, algo más que he olvidado....

Me voy a pelear con mis alumnos, que mañana tienen examen.

jueves, 1 de septiembre de 2005

Vuelta al trabajo

Volvemos, una vez, que es algo que me alegra poder decir. Hoy es un día extraño, como casi todos los que me rodean. Mañana empezarán las entradas con más seriedad. Hoy no me pongáis falta.

miércoles, 27 de julio de 2005

Verano

Posiblemente éste sea mi último post este verano.
La gente que trabaja en enseñanza acaba por medir su tiempo en cursos, y los años empiezan en septiembre y terminan en julio. Quizá éste sea mi caso. Hoy comienza a terminar un curso y en octubre empezará otro, nuevo e incierto y doloroso, como todos los principios que ya tienen de antemano un final asignado, un papel consuetudinario y abúlico.
Quien más y quien menos necesita ese descanso; quien más y quien menos necesita soñar, escaparse de esa realidad que lo anula y atenaza, que lo aliena y lo diluye en el marasmo generalizado que se proclama mundo. Necesita poner el alma en carena y ajustar velamen y jarcias, darle un poco de suavidad al corazón acartonado y desfallecido.
Ayer recibí una visita especial, la de un amigo al que aprecio y con el que creo que comparto una afinidad especial. Un buen tipo, que ha salido a hombros de muchas plazas y que tiene las ideas claras. Uno de los tantos buenos que se han ido más allá de esta menguada universidad, a otro país. Un tipo duro, que no deja de pelear allá con los flamencos. Hoy va por él, porque significa mucho de aquello que soñé, por lo que luché y que posteriormente mi cobardía me impidió perseguir. Él tuvo todo el valor, quizá toda la necesidad de abandonar tan mala tierra y tan mal señor.
A veces pienso en abandonar todo esto y empezar allí...
Gracias, Santi. Por todo, pero principalmente por la esperanza.

Enlaces interesantes

http://www.xbox-linux.org/wiki/Getting_Started

http://www.elmundo.es/navegante/2005/07/27/empresas/1122457215.html

http://www.elmundo.es/navegante/2005/07/22/empresas/1122042823.html

http://www.elmundo.es/navegante/2005/07/18/esociedad/1121696833.htmlLink

martes, 26 de julio de 2005

Muchas veces, creo que incluso demasiadas, reniego de la vida que me ha tocado vivir. Añoro, si de alguna manera se puede añorar lo que nunca se ha tenido, lo que jamás se tendrá, añoro las otras cien vidas que en algún momento deseé o deseo y que ya no tengo posibildad de vivir.
Soy consciente de que, posteriormente, todas esas vidas se diluyen, como todo aquello que el hábito lame hasta convertirlo en acostumbrado, anodino, grisáceo; que renegaré de ellas porque todavía no me acostumbro a la miseria de Ítaca, a su paupérrimo aspecto y desharrapada silueta recortada cada amanecer como un gigante desdentado. Considero que he vivido muchas vidas, he comido pan de muchos hornos ya. No es algo meritorio, ya que se obtiene simplemente con la dudosa habilidad de permanecer suficiente tiempo sobre la faz de este ajado planeta. He vivido muchas vidas; me aferro a la experiencia cuando relato la vida en la trinchera, la vida en el otro lado, la vida en la cresta de ola... A veces uno se cansa de la vida que lleva porque simplemente somos ya viejos, demasiado conocidos para nosotros mismos. Porque uno necesita empezar otra vez y recobrar algo de la ilusión perdida, ilusoria. O conservar la esperanza de poder hacerlo en algún tiempo, en algún lugar. Porque uno se cansa, a veces hasta lo más recóndito del alma, y no hay forma de encontrar el camino de regreso a casa.

lunes, 25 de julio de 2005

Tareas pendientes

Se acaba mi día laboral, día en el que no he hecho nada, me he limitado a dejarlo languidecer lenta, despidadamente bajo este sol de verano implacable mientras yo lo veía morir desde mi desordenada habitación con aire acondicionado.
Tengo varias cosillas que hacer. Me quedan unas cuantas vidas, esta vez vividas, que consignar en esta bitácora. Tambiñen quedan unas cuantas promesas interiores para este mes de agosto que temo plasmar aquí, porque luego no suelen cumplirse y me siento cada vez más culpable. Tengo una capacidad interna limitada para asuntos de culpabilidad y la tengo al límite de saturación. También tengo que escribir. Escribir, escribir, Eldorado siempre está más allá, más allá...

La cuenta atrás

Hoy empieza la última semana antes de agosto. Un mes de vacaciones por delante que traerá, cómo no, más trabajo.
Empiezo a tener ganas de escaparme de la tiranía de ese pequeño sádico que es el despertador. Ya sé, suele ocurrir que los veranos acabo trabajando tanto o más que el resto del año. Pero lo hago, lo haré a gusto. No habrá vacaciones por Europa, aunque sí por España (África). Pero no va a ser tan malo, espero.

El aviso es que este mes de agosto la bitácora va a estar huérfana de entradas, Pero no por eso habremos dejado de pelear. Simplemente estará cerrado por vacaciones.

viernes, 22 de julio de 2005

30 siglos a subasta II

Publicado por Arturo Pérez Reverte en El Semanal, Número: 925
del 17 al 23 de julio de 2005



Al hilo de lo que escribía la semana pasada sobre la responsabilidad de la derecha y de la izquierda en el desmantelamiento de la vieja palabra España, no creo, como algunos cenizos, que tanta bazofia política nos lleve de nuevo al año 36. Vivimos demasiado bien como para pegar tiros en las trincheras de la Ciudad Universitaria. Si hubiera bronca, la gente se echaría a la calle, en efecto; pero para comprobar si le había pasado algo a su coche. El estallido, cuando llegue, vendrá de las grandes bolsas de inmigración marginal desatendidas socialmente, y de los conflictos irreparables que éstas generen. Pero otra guerra civil no es el problema. Y a lo mejor de ahí viene el problema: de que ya no es un problema.

Lo que nos espera es el desmantelamiento ruin de la convivencia. Egoísmo. Insolidaridad. Atentos a las necesidades del negocio, a los socios y a la clientela, y a fin de salvar el pellejo legislativo, algunos imbéciles han decidido que la España que conocemos desde hace quinientos años está mal construida, que Isabel de Castilla y Fernando de Aragón no captaron la esencia del asunto, y que la única vía hacia una España feliz y auténtica es la liquidación del Estado y su sustitución por una confederación de naciones y nacioncillas donde cada perro se lama con sonoros lengüetazos su cipote. Esos cinco siglos de error histórico, el partido en el gobierno está dispuesto a despacharlos en una legislatura, sin despeinarse. Pero no creando antes las condiciones adecuadas –ésa sería una opción política tan respetable como cualquier otra–, sino imponiendo primero el concepto, vía artículo catorce, y luego dejando que la realidad se adapte, retorciéndose como pueda, al esquema general. Como ven, hablamos de política de alto nivel al mínimo costo. Y luego, a la hora de reclamar daños y perjuicios, a saber dónde estará cada cual. Con el maestro armero.

De cualquier modo, el sistema tiene un grave inconveniente: necesita hacer a la derecha culpable de lo que se pretende destruir. Por eso al partido en el gobierno no le preocupa que, de paso, toda la memoria histórica, toda la cultura, todo cuanto es patrimonio común y vertebra la unidad nacional de la verdadera nación, la española, se vaya a mamarla a Parla. Son daños colaterales. El precio a pagar, argumentan los gánsteres que se frotan las manos dispuestos a beneficiarse de la subasta. Y mientras, los aprendices de brujo, enredados en un cóctel de probetas y líquidos de cuyos efectos no tienen la menor idea –entre otras cosas porque no han leído un libro de Historia en su puta vida–, proponen sustituir quinientos años de unidad y otros dos mil quinientos de memoria bíblica, grecolatina, árabe, mediterránea y europea, la España perfectamente definida y real, por una cultureta descafeinada y mierdecilla, por lo socialmente correcto que permite arañar votos de buen rollito, por la soplapollez de diseño que tanto llena la boca, en foros multiculturales y otras demagogias, a tanto ministro y a tanta ministra.

Hay algo que algunos no perdonaremos nunca a la presunta izquierda de este país desgraciado: que con su miopía y su mezquindad haya cedido a la derecha el monopolio de la palabra España. En vez de limpiar los símbolos y las palabras contaminadas por el franquismo, a la izquierda le convino siempre que la engreída derecha siguiera usurpando palabras como patria y bandera nacional, y que se reafirmara como supuesto centinela de los valores tradicionales, de la memoria histórica, que es la médula de cualquier nación seria. Ignoro las veces que Felipe González pronunció la palabra España siendo presidente. Pocas, desde luego. O ninguna. En cuanto a Rodríguez Zapatero, cada vez que lo hace, me pongo a temblar. Esa España suena ahora a pasteleo coyuntural. A chanchullo de taberna.

Y ése es el verdadero problema. El pudrimiento de ciertas palabras y los treinta siglos que simbolizan: tres mil años de extraordinaria herencia dilapidada por izquierdas y derechas incapaces de comprenderla y de conservarla. Ésa es la maldición histórica –la misma Historia que en los colegios y universidades nos niegan y borran– de esta tierra desgraciada donde, cada vez que algo bueno levanta la cabeza, hay innumerables hijos de puta –reyes idiotas, validos arrogantes, curas fanáticos, generales matarifes, políticos miserables– que, guadaña en mano, siguen dispuestos a cercenar la esperanza.

miércoles, 20 de julio de 2005

Viernes remendón

Hoy miércoles termina mi semana. Tengo que ordenar las cosas, pero no sé qué escribir. Acerca de nuestro nuevo proyecto/empresa. O acerca de nada.
Leo las bitácoras amigas. Me gustaría escribir cosas así, un poco surrealistas, menos serio. Pero no puedo, me es imposible. Y creo que me es imposible porque ésta es la bitácora de mi vida, esa habitación donde yo me encierro y medito sobre lo que me rodea. Y cuando me quedo solo, no se me ocurre nada gracioso. Mejor, nada me hace gracia. Y todos los chascarrillos que se me ocurren en sociedad se tornan banales y opacos cuando me encierro en mi retrete (bonita palabra, hay que saber lo que significaba en sus orígenes).

Vale, nos vemos al lunes.

O antes.

martes, 19 de julio de 2005

¿Quiénes son los peligrosos?

Hoy el día viene cargadito de bombo. Para mi desgracia, he oído la radio mientras bajaba y llego a la sempiterna conclusión: todo son capulladas para distraernos mientras nadie mueve un dedo por lo que importa.
Por ejemplo, Reino Unido, que va a endurecer sus leyes para castigar a los terroristas. Pero no las endurece para fortalecer el derecho internacional, no entona el "mea culpa" por sus atropellos e iniquidades por el mundo. No quiere oír hablar de las guerras de Iraq o Afganistan. Eso no ha sido, según ellos, y es que los terroristas son malos de cojones. Están equivocados, el terrorismo no se soluciona así. Tampoco negociando. Se soluciona siendo justo.

O lo del incendio de Guadalajara. De nuevo un veraneante, que ama la naturaleza un huevo, que ni conoce ni le importa la zona que visita pero exige a su gobierno que la conserve ideal para sus fines de semana, a costa de quien malvive allí desde hace varias generaciones, le da fuego a todo porque son más listos que nadie. Luego el lamentable incidente, que dispara la demagogia. Se queman 11 personas, creo que por mala suerte, por accidente o, a lo sumo, por un error suyo, aunque creo que esto último lo menos. Y ya están los ayuntamientos diciendo que había pocos medios, los gobiernos autonómicos y nacionales echando balones fuera y el PP echando leña al fuego. En mi comarca ha habido incendios y todos los recursos se han ido al lado de Valencia, más rico y más poblado y con mayor impacto mediático, mientras en mi comarca el fuego llegó hasta que lo detuvieron los cultivos. Y gracias. En mi pueblo, como somos pocos, pobres, cortos y malplegados, no pasa nunca nada, no hay impactos medioambientales ni negligencias, y se sigue construyendo rotondas con fuentes y farolas como en el 90% del país.

Estamos apañados. Pero a base de bien.

lunes, 18 de julio de 2005

Fin de semana

Otro más y otro menos. No ha sido ni mejor ni peor. Tan sólo un fin de semana triste, confuso como todos, renegando de mi vida, añorando nuevas vistas, a sabiendas de que el error está en mí, que no debo quejarme y que renegaría, renegaré de cualquier otra situación al cabo de un tiempo razonable. Estoy mejor que quiero, puede que hasta sea feliz, y no me doy cuenta de todo ello.


El viernes acabé un curso que me robó mucho tiempo pero me ha dado pasta, y como tengo que comer como todo hijo de vecino, me vendo al mejor postor mientras no pueda evitarlo.

Este curso ha hecho que flaqueen las entradas en la bitácora, aunque las voy metiendo en diferido, con fechas de cuando tocaba, Me gustaría destacar la serie de vidas que van a ir entrando, que reflejan estados personales por los que pasé, por los que la gente puede que pase y puede que se indentifique. Todos vivimos muchas vidas, pero sólo una nos mata.

Para terminar esta entrada legítima, el jueves tuvimos el primer sinsabor de nuestra empresa, un negro presagio que se hizo realidad. Por desgracia, la traición es pan de cada día y hay que saber reaccionar, hay que plantar cara con la esperanza de que eso cambie algún día, de que les salga caro. Por lo menos, tuvimos suerte y pusimos coto a tales desmanes, pero esto no es sino el preludio al día a día. Aprendamos la lección.

jueves, 14 de julio de 2005

La vida en la frontera

Hubo un tiempo, tiempo ha, que viví en la frontera. El límite, el filo de la navaja. Aquello no duró demasiado.
Nunca llegué a averiguar qué separaba aquella frontera inefable, aunque era, es inconfundible. Ese regusto metálico en la boca del miedo, esa incertidumbre, la continua asechanza. La frontera presenta un patrón característico, inequívoco.

Vivir en la frontera deja secuelas permanente. Se puede distinguir a aquellos que han cumplido su servicio en la frontera. Siempre vigilantes, cubriéndose las espaldas, la mirada huidiza, evaluando todo cuanto les rodea y etiquetándolo, clasificándolo como hostil o neutral. Nunca hay amigos en la frontera.

La vida en la frontera es mutable, te impele a navegar siempre entre dos aguas, en la ambigüedad, en la ilegalidad. Te obliga a hacer cosas cuestionables. Te obliga a mercadear con todo aquello que se pueda vender. Incluso con tu alma.

De la vida en la frontera recuerdo la incertidumbre, la espera, las traiciones y delaciones. Conservo recibos de empeños imposibles, vendí mi conciencia y mis sentimientos para poder sobrevivir, para evitar pesadillas y vómitos en las largas, insomnes noches. Vendí todo aquello que pudiese comprar, a todo aquel por el que dieran algo. Vendi mi alma y vendí al propio diablo.

La vida en la frontera rompe a los hombres. Les corroe las entrañas fiera, los deja tan sólo con una cáscara huera, vacía, rostros demacrados, cuerpos sin alma ni corazón que pululan como mercenarios en esa tierra indefinida que son todas las fornteras.

La vida en la forntera es el trasiego, el gatillo rápido, lo desconocido que te anuda el estómago, los rostros mutables y la rapidez de aquello que está perennemente de paso. Cada mañana es una nueva visión, una incertidumbre distinta a la de todos los días, una tensión perpetua que te hace gozar de los escasos momentos de descanso, de los relajos perversos y pecaminosos, de la forzada camaradería con otros deshechos fronterizos, con otros rostros sin alma ni escrúpulos.

Nadie dura mucho en la frontera. La frontera acaba con aquél que no huye a tiempo, con los pusilánimes. La frontera devuelve guiñapos por hombres. La frontera es una escuela que cobra caras sus clases.

Siempre me preguntaba qué había al otro lado de la frontera. La vida al otro lado.


"A veces sopla un viento triste y frío
los días son igual que una condena
de noche se oyen voces que murmuran
un nombre donde sólo hay silencio
si cruzas por aqui, se precavido
si alguien te sale al paso no le des la espalda
es bueno hallar con quien hablar, a veces
pero es mejor callar cuando es preciso
no sueñes con el final del camino
pues ya, maldita sea, otros aguardan
para tomar su parte y ganarte
la mano sin moverse del sitio.
La vida en la frontera no espera
es todo lo que debes saber.
Hay hombres con mirada que fulmina
como el rayo penetra en carne viva
si matas generas un espectro
que siempre ya persigue y acecha
bailan las mujeres en la hoguera
desnudas con el rostro cubierto
aquella que concibe tu hijo tambien
acaba con las voces de lo incierto en ti
si tienes que jugártelo a una carta
ve de cara al decir tu palabra
pero antes de que el eco la repita
dios y el diablo te ayuden a estar lejos.
La vida en la frontera no espera
es todo lo que debes saber.
La vida en la frontera no espera
es todo lo que debes saber."

Álbum De un País en Llamas, 1985. Tema 10
Intérprete Radio Futura

miércoles, 13 de julio de 2005

La vida en la trinchera

Vivo en una trinchera. Vivo inmerso en una guerra en la que no recuerdo cuándo empezó, no preveo cuándo acabará.

Vivo en una trinchera. Recuerdo con monotonía, con languidez, todos esos días que discurren como perezosos trenes de mercancías que se deslizan pesados, mastodónticos, por la lejanía, como monstruos antediluvianos de hierro y dolor.

La vida en la trinchera embota los sentidos, herrumbra el cerebro. Pensar está prohibido, no se sabe bien por qué ni por quién. Pero es mejor no pensar. Es mejor sobrevivir. La vida en la trinchera te enseña a sobrevivir, a sobrellevar esta guerra infinita que cae por ambos bordes del horizonte.

Conozco todos sus recovecos. Conozco cada pella de barro que macero mientras camino; conozco todas y cadas una de las tablas, todos los refugios, los pasadizos, los puestos de socorro y los amunicionamientos. Siempre hay quien habita en la trinchera, quien habitó antes que yo.

Muchas veces me asomo a la escarpa. Hay otra trinchera al otro lado. Otra trinchera como la nuestra, con sus galerías, refugios y aspilleras. Con sus defensores. A veces me pregunto si será la misma, si yo estaré en aquella trinchera, mirándome a mí mismo, con el universo replegado en una voluta imposible.

A veces la artillería enemiga nos machaca de forma traicionera, rutinaria. Graniza metralla y el barro salpica como sangre todos los rincones, como si no lo hubiera hecho nunca, como si ese macabro mono que juega con nosostros quisisera asegurarse de que no queda rincón alguno ajeno al barro. A veces hay bajas.

Otras veces cambiamos disparos, de una manera abúlica y desganada. Oyes repiquetar las balas con un chapoteo sordo, irreal y fantasmagórico.

Nunca he salido de la trinchera. Al menos no lo recuerdo, como tampoco recuerdo haber entrado. No hay muchas mujeres,por lo dudo de que yo naciese allí. Pero me es imposible recordar qué existió antes, ya he dicho que la trinchera embota el cerebro. Sé que hubo un antes, pero no lo recuerdo. Nunca sé si existe un después.

Hay mas trincheras, detrás de la mía. Es una red, una maraña, un laberinto de pasillos, cables y madera que se aleja de la guerra, que se aleja del frente, se esconde en retaguardia como los gusanos se cobijan en las rendijas. Cuanto más atrás, las trincheras son menos trincheras, los hombres menos soldados y más corruptos, la guerra es menos sucia, más elegante.

La trinchera acaba en un hermoso palacio donde generales y coroneles toman café sobre mullidas alfombras, charlan sobre la guerra, deciden el nacimiento y la muerte de otras trincheras mientras miran por la ventana el otoño en los álamos. En ese palacio acaba la trinchera, la guerra misma acaba, y empieza el mundo.

La vida en la trinchera es consuetudinaria, acostumbrada. El hombre se acostumbra a sobrevivir, eso no tiene mérito. Morir tampoco tiene mérito. Ni siquiera luchar lo tiene. Todo lo llevamos impreso en nuestras circunvoluciones, en nuestro instinto.

Recuerdo compañeros caídos, con honor o mala suerte. Recuerdo compañeros que ascienden, se alejan un nivel, una trinchera más atrás, hacia el palacio donde termina la guerra. A veces eran buena gente, a veces fue la suerte. Pero cada día te quedas más solo, apelando al honor y refugiandote en la supervivenvia, en la lluvia callada que suaviza el paisaje como extendiendo una manta.

No hay vida en la trinchera, hay supervivencia. No pidas a un superviviente otra cosa más que sobrevivir.

Nadie sale de la trinchera, la guerra no acaba para nadie. Sólo para los muertos.

Otra vez.
la lluvia me acompaña en casa
un café y un cigarrito pa estar bien
y tú estás aún dormida en la cama y bien.
Voy a ver quién pasa en la ventana.

Escribir, tengo que escribir a mi hermana
y comprar azúcar que se acabó ayer y pasear
al perro en la mañana, pero no.
Creo que me volveré a la cama

Y acurrucados el mundo es diferente
calor humano y hambre que compartir
y adormecidos y amontonados
de esta trinchera no quiero salir.

Está bien. Ordenaré mi mesa pronto
Sí, mujer, no te preocupes que lo haré.
Por favor, llama a Nacho Castro y dile que
ahora voy a ensayar en la moto.

Te he dejado una nota con los recados.
Por favor, no olvides recogerme a y diez.
Yo también te quiero, dame un beso que me voy.
Cuídate, nos vemos en la tarde.

Y acurrucados el mundo es diferente
calor humano y hambre que compartir
y adormecidos y amontonados
de esta trinchera no quiero salir

"Cálida trinchera" de "Celtas Cortos"

martes, 12 de julio de 2005

Cuando emprendas el viaje hacia Itaca
ruega que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de descubrimientos.

A Legistrones y a Cíclopes,
o al airado Poseidón nunca temas,
no hallarás tales seres en tu ruta
si alto es tu pensamiento y limpia
la emoción de tu espíritu y tu cuerpo.
A Legistrones y a Cíclopes,
ni al fiero Poseidón hallarás nunca,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no es tu alma quien ante ti los pone.

Pide que tu camino sea largo.
Que numerosas sean las mañanas de verano
en que con placer, felizmente
arribes a bahías nunca vistas;
detente en los emporios de Fenicia
y adquiere hermosas mercancías,
madreperla y coral, y ámbar y ébano,
perfumes deliciosos y diversos,
cuanto puedas invierte en voluptuosidades y delicados perfumes;
visita muchas ciudades de Egipto
y con avidez aprende de sus sabios.

Ten siempre a Itaca en la memoria.
Llegar allí es tu meta.
Más no apresures el viaje.
Mejor que se extienda largos años;
y en tu vejez arribes a la isla
con cuanto hayas ganado en el camino,
sin esperar que Itaca te enriquezca.

Itaca te regaló un hermoso viaje.
Sin ella el camino no hubieras emprendido.
Mas ninguna otra cosa puede darte.

Aunque pobre la encuentres, no te engañará Itaca.
Rico en saber y en vida, como has vuelto,
comprendes ya qué significan las Itacas.

K. Kavafis

Treinta siglos a subasta

Por Arturo Pérez Reverte, en El Semanal número 924, del 10 al 16 de julio de 2005.


Hoy me he levantado reaccionario, así que reacciono dándole a la tecla. Cada uno reacciona como puede. Y la verdad es que tengo uno de esos días en que abres los periódicos, ves los titulares y las fotos de los protagonistas del asunto ibérico, y te entran unas ganas salvajes de ir a la puerta de las Cortes a ciscarte en los muertos de todo el que pase por allí

La primera pregunta que cualquiera con sentido común se hace ante el panorama es: ¿de verdad no se dan cuenta? Luego, al rato de meditarlo, llega la atroz respuesta: se dan cuenta, pero les importa un carajo. Esa peña de golfos apandadores vive de su negocio, de currarse una España que nada tiene que ver con la real, hasta conseguir, por insistencia, que sí lo tenga. Que esa España falsa en la que medran, la que les paga el coche oficial, el estatus, la vanidad y la arrogancia, se vuelva real y terrible hasta darles la razón y justificar su estupidez, su ignorancia, su incultura, su demagogia de leguleyos sin escrúpulos.

Y así, como en el mito de los leprosos medievales, esa pandilla de sinvergüenzas contamina todo cuanto toca, arrojándolo al cubo de basura, que cada vez se parece más a una fosa común: educación, historia, idiomas, convivencia. En una España inculta y de instintos ruines como la nuestra, donde el equilibrio y la solidaridad requieren encaje de bolillos, eso equivale a ponerse la pistola en la sien. Virgen santa. Hasta han conseguido que las víctimas del terrorismo se tiren los trastos a la cabeza, y se dividan ahora en víctimas de derechas y víctimas de izquierdas.

Todo iba demasiado bien. Los ciudadanos votaban y estaban dispuestos a seguir votando a unos u otros según el momento y las circunstancias, con las alternancias lógicas en cualquier democracia. Lo normal. Pero ese proyecto lento, tranquilo y acumulativo, no encajaba en los planes de esta gentuza. Necesitaban movimiento inmediato, vidilla, oportunidades de sacarle los dos ojos al adversario con tal de que a ellos les quedase uno. Hablo de los profesionales de una izquierda desorganizada, demagoga e incompetente; de los pringados de un socialismo sin proyecto que aún rumia el rencor por el desastre felipista; de los meapilas de una derecha justamente despojada del poder a causa de su estupidez, su soberbia y su cobardía; de la infame peña totalitaria periférica que, después de treinta años de victimismo y gimoteo, ya no tiene nada que reivindicar salvo las situaciones extremas. Todos barajan demasiado resentimiento, demasiadas cuentas que ajustar, como para dejarnos al margen. Necesitan una España encabronada para justificar el tinglado, el voto, la legislatura. Y en eso andan.

No puedo compartir la opinión de ciertos analistas de la derecha que atribuyen al Pesoe la responsabilidad exclusiva del putiferio. Es cierto que la mediocridad de algunos ilustres –e ilustras– miembros del Gobierno resulta nociva y devastadora, que el daño hecho en los últimos tiempos a la convivencia, la educación, la enseñanza, el idioma español, la cultura y el sentido común son irreparables, y que resulta evidente el manejo vil de un resentimiento y una dialéctica de militancia que se remonta a la guerra civil; algo que parecía superado por la mayoría de españoles, y a lo que eran ajenas las nuevas generaciones.

Pero también es cierto que todo esto ha sido alentado y favorecido por una derecha desprovista de inteligencia, de maneras, de sentido del Estado y de conocimiento del país que gobernaba. Me refiero a ese Pepé autista que perdió el poder por obcecación, oportunismo y falta de coraje político, tras gobernar arrojado sin pudor en brazos de los obispos más carcamales y de los movimientos religiosos ultravaticanos, de la educación privada en detrimento de la pública, del dinero fácil, del urbanismo salvaje, del España va bien, de la imprevisión suicida frente a la inmigración, de la ausencia de una verdadera política social y de la incapacidad de distinguir el españolismo rancio, de cabra legionaria con viento duro de levante, del legítimo y necesario sentido de la palabra España.

Una derecha que ahora las pía de seis en seis, pero que cuando fue débil en la antigua oposición y en la primera fase de su gobierno, tampoco tuvo empacho en mirar hacia otro lado, tragar y pactar con quien hizo falta, o intentarlo. Incluido aquel glorioso Movimiento Nacional de Liberación Vasco con el que nos obsequió, en su momento, el comparsa de George Bush. El amigo Ansar de los cojones.