jueves, 13 de octubre de 2005

De nuevo aquí nada cambia. Como si de una pesadilla recurrente se tratara, los abnegados ayudantes envían cartas al rector para decirle cuán defraudados nos sentimos, qué injusta es la vida y cuántos honores merecemos.

Necios.
Siguen con esa miope perspectiva de la situación, con esa utópica realidad que les supera, siempre que esta se asemeja a la vida.

Esto y Radio5 todo noticias me hacen pensar sobre la tiranía de la democracia. De como una mayoría puede, democrática y legalmente (que no justamente), tiranizar, sojuzgar, discriminar a una minoría sin que ésta última pueda hacer nada legal contra eso. Salvo la lucha, la secesión, el éxodo...

Los políticos y gobernantes acaban corrompiendo hasta el aire que respiramos.

Feliz gripe del pollo, a ver si sobrevivimos...

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