De nuevo aquí nada cambia. Como si de una pesadilla recurrente se tratara, los abnegados ayudantes envían cartas al rector para decirle cuán defraudados nos sentimos, qué injusta es la vida y cuántos honores merecemos.
Necios.
Siguen con esa miope perspectiva de la situación, con esa utópica realidad que les supera, siempre que esta se asemeja a la vida.
Esto y Radio5 todo noticias me hacen pensar sobre la tiranía de la democracia. De como una mayoría puede, democrática y legalmente (que no justamente), tiranizar, sojuzgar, discriminar a una minoría sin que ésta última pueda hacer nada legal contra eso. Salvo la lucha, la secesión, el éxodo...
Los políticos y gobernantes acaban corrompiendo hasta el aire que respiramos.
Feliz gripe del pollo, a ver si sobrevivimos...
jueves, 13 de octubre de 2005
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