miércoles, 23 de marzo de 2005

Vacaciones

Me despido de vosotros, probablemente hasta el 5 de abril. Sed todo lo malos que podáis. Al final, es de lo poco que queda.

martes, 22 de marzo de 2005

-¿Sabes lo que me gustaría ser? ¿Sabes lo que me gustaría ser de verdad si pudiera elegir?

-¿Qué?

-¿Te acuerdas de esa canción que dice, "Si un cuerpo coge a otro cuerpo, cuando van entre el centeno"? Me gustaría

-Es "Si un cuerpo encuentra a otro cuerpo, cuando van entre el centeno" -dijo Phoebe- . Y es un poema. Un poema de Robert Burns.

-Ya sé que es un poema de Robert Burns. Tenía razón. Es "Si un cuerpo encuentra a otro cuerpo, cuando van entre el centeno", pero entonces no lo recordaba.

-Creía que era, "Si un cuerpo coge a otro cuerpo" -le dije- , pero, verás. Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo esté donde esté y los cojo. Eso el lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería, pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura.

J. D. Salinger. "El guardián entre el centeno".


Esto no va bien

No soy yo uno de esos beatos o meapilas que se encargan de denostar a aquellos que no guardan la moral y la ética como Dios manda. Pero de ahí a prohibir las expresiones religiosas, va un trecho...
...Y me preocupa, porque es una actitud tan radical como el racismo, o el nazismo, o la política. Porque, realmente, atenta contra la libertad. A mí no me gusta que cierta gente tenga como opio particular el salir por ahí a adorar a un santo de madera. Pero son libres de hacerlo, creo que cada uno es libre de hacer lo que le apetezca mientras no pejudique a los demás, nos guste o no. Porque a mí no me gustan las manifestaciones, de ningún tipo, ni los eventos deportivos, ni los mítines políticos. Ni siquiera los políticos. Pero sé, soy consciente de que no puedo prohibirlos, porque atentaría contra su libertad. No me gusta la religión, pero defiendo a quien quiera practicarla que pueda hacerlo públicamente, y que la ley lo respete, y defienda esa libertad. Por no hablar de la tradición, la historia y otros aspectos más del acervo popular, que sólo por ello valdría la pena mantener.
No, creo que el PSOE está metiendo la pata, y confunde progresismo con imponer a todo el mundo su unformidad de pensar. Casi como hizo Ansar.
No, esto no va bien.

lunes, 21 de marzo de 2005

La masa pegajosa que se proclama mundo

Hoy soy un poco feliz (o menos infeliz, según se mire), y me es más difícil escribir. Aunque siempre hay gente que te ayuda a hacerlo. Hoy le toca el turno a los ayudantes...
..., tengo uno o varios posts en los que presento este tema. A finales del 2001 la LOU cayó como una apisonadora sobre la universidad pública española. En esta universidad, ruin y mezquina, menguada y cobarde, no hicieron lo que se hizo en el 95% de las universidades españolas. Nos dejaron a los pies de los caballos. Lo peor de todo es que era de esperar, y yo lo sabía. Pese a ello, se hizo una plataforma de ayudantes para defender nuestros intereses que acabo no defendiendo a nadie. Sólo se salvaron los enchufados, como el 3% manda. Se veía venir, y todavía había adalides de la libertad preparando sus estrategias, sus conversaciones, sus defensas...Nadie hizo nada por nosotros, ni siquiera nosotros mismos. Mucho hablar y no hacer nada, como buen político que se precie. Si queréis, os lo cuento delante de un café. Así que todo se fue al garete y de nuevo la fiel infantería se quedó allí, a aguantar el chaparrón. Si se hubiese hecho de otra forma, no estaríamos peor. Os lo aseguro.

En esa tesitura me encontraba, tras ver la cortedad y la inutilidad de todos los que estaban en mi mismo barco; huí del mundanal ruido, y pasé por las típicas fases de rabia y dolor y odio en primer lugar, resignación en segundo lugar y soledad y lucha en tercera y actual. Llegué por mí mismo a la conclusión que un antisocial y misántropo como yo no tiene por qué relacionarse, y que lo mejor es luchar en soledad, porque al final, en esta puta vida, uno no tiene lo que es justo o lo que le dan, sino única y exclusivamente lo que él se gana.
Así que ahí estoy yo, haciendo la guerra por mi cuenta. No espero que nadie ni nada venga a salvarme. Yo llevo a cabo mi propia y escasa labor salvadora.
Ahora los ayudantes, los pocos que quedan, se escandalizan de la precaria situación en la que estamos, y le piden al rector justicia. Lo mismo que se le pidió hace 4 años. Y contesta, el muy necio, lo mismo que contestó entonces: Claro que sí. ¿La quieres verde? Ay, eso era la esperanza, ¿no?

No esperes mañana lo que no te dio ayer. Nos van a volver a vender. Pero ahora no voy a perder mi tiempo bregando con estúpidos en ambos bandos. Estoy solo, lo estoy desde que nací y así lo estaré en toda mi vida. Y, asustáos, lo estamos todos. Y hasta que uno no toma conciencia de esa fría, descarnada y despiadada soledad, hasta que uno no asume su fragilidad y su debilidad, no está en condiciones de salir a pelear con esa horda de lobos, políticos y rectores, no está en condiciones de ayudar a nada ni a nadie.

¡Feliz día de la marmota!

Tras unos días de vacaciones, el descanso físico ha hecho su efecto y estoy ligeramente animado, como el tiempo...
...De todas formas, la vuelta a la realidad volverá a despertar a esos viejos, queridos y acostumbrados fantasmas. Volvemos a la lucha.

martes, 15 de marzo de 2005

Sin novedad en el frente

Seguimos tan enfangados como siempre, pero vivos, que al final es lo único que queda. Después de todos los nervios y mala leche, uno acaba enterándose de cosas, aparte de sobrevivir, que es lo que cuenta...
Y es que resulta que esa famosa inspección de Hacienda que me quitó el sueño y las tijeras se debe exclusivamente a que mi ínclita Universidad demandó al Ministerio de Ciencia y Tecnología por un "quítame allá esas pajas" y el ministerio decidió, como contrapartida, revisar minuciosamente algún que otro proyecto. Así que me comí mi parte del marrón un poco de baldes. Es lo tiene trabajar aquí, a pecho descubierto. Al final el "Hombre de Hacienda" fue más que amable conmigo, comprobó que el material estaba, se despidió de mí y se dedicó tranquilamente a devorar a los de contabilidad, que es su función. Las bombas han pasado por encima de mi trinchera y han caído tres posiciones más atrás, en retaguardia. Son de los míos (teóricamente), pero mejor ellos que yo.

Aún así, aún después de haberme preparado para lo peor y salir por la puerta falsa sin cornada, me asusta lo fácil que es verte envuelto en medio de una pelea de bandos rivales, y tú en medio, capeando el temporal, esquivando las balas y muriendo sin haber tomado nada en esa fiesta. He tenido suerte, pero ¿cuántos hay que caen por culpa de otros?

Siempre lo paga pocarropa. Aún tiene que llegar el día que vea yo escarnecer públicamente a titulares y catedráticos de esos del 3%. Que haberlos, haylos.

Gracias a todos. Voy a limpiar mi trinchera.

lunes, 14 de marzo de 2005

Horas bajas

Estoy con la moral bajo mínimos. Por primera vez en mucho tiempo (11 años ya), estoy arrastrándome por pura inercia esperando que, de una vez por todas, algo salga bien.

Profesionalmente, mañana viene un inspector de Hacienda a revisar un proyecto que dirigí hace 3 años. Tengo la conciencia tranquila, pero no hay nacido de madre al que no le tiemblen las rodillas cuando el fisco te busca las cosquillas. Y, si se lo proponen, te las encuentran. No hay nada que temer, pero una mezcla de rabia y miedo exuda por mis poros. También hace 5 años que perdí el norte. No encuentro tema estable para investigar, y no hay por donde coger esta situación tan incierta e injusta. Voy a la deriva, descentrado y desmotivado Por último en este apartado a, con el sueldo de esta mezquina universidad no llego a fin de mes. No el sueldo de funcionario, sino el de esos contratos basura que me vienen haciendo desde 1995, trabajando a mitad de precio y sin continuidad.

En el plano profesional número 2, que trataba de aportar fondos e ilusión al plano número 1, las cosas no pintan mejor. Mi primera empresa, la radio, que aunque económicamente rentable, todo ha salido putapénicamente por culpa del egoísmo de uno y la falta de dotes sociales del otro. Yo esperaba venderla este fin de semana y acabar con una pesadilla y algo de dinero en el bolsillo; pero al final voy a acabar con otro socio más, sin ver un duro y en la tesitura de ponerme otra vez a las riendas del jamelgo si quiero que ande. Esperaba descansar y me veo peleando otra vez. Suerte que mis trincheras están homologadas. En la empresa nueva, cien mil cosas se siguen confabulando para que todo se demore y la ilusión se mine y no mine y no salga nada adelante. Todo es esperar.

En el plano familiar todo va bien. Hay una pequeña guerra callejera de baja intensidad que duele en horas como esta. Hay errores y decepciones pero se llevan con dignidad.

Y en el plano personal… Hay un tipo llamado Johnny Warrior, que soporta con entereza y estoicismo ejemplares las puñaldas cainitas que le da la vida. Afirma que las personas normales tienen tres vidas: la profesional, la familiar y la personal. La personal es la que dedicamos cada uno a ocuparnos de nosotros mismo, en soledad. No se puede quitar demasiado tiempo a ninguna de las tres para dárselo a las otras. Se necesita un equilibrio, y si se rompe todo acaba por venirse abajo. Pues mi plano personal está muerto. Con los antecedentes presentados, la tranquilidad de espíritu y paz interior es un concepto que hace tiempo que olvidé. No leo cuanto deseo, ni paseo por my mist covered mountains, ni uso el Land Rover, ni tengo soledad suficiente para conjurar mis fantasmas y mis sueños y mis desilusiones, y etiquetarlas y almacenarlas para que no molesten, para que no duelan. No andan bien las cosas.

Y asociado en sociedad con tales socios, se pueden imaginar…

viernes, 11 de marzo de 2005

11-M

Lo que viene a continuación es duro. Simplemente poque no es políticamente correcto, pero por ello no creo que deje de ser verdad.
Hoy se cumple un año de los atentados de Madrid. Soy misántropo hasta la médula, y he visto cosas que vosotros no creeríais. Comer pan de muchos hornos es lo que tiene, en estos tiempos de mear colonia y cogérsela con papel de fumar.
He visto a la gente, solidaria y aún conmocionada, manifestarse pública y notoriamente. He visto a los políticos, nacionales e internacionales, flagelarse y comprometerse para luchar contra el terrorismo. He visto velas y oído campanas y sentido minutos de silencio y olido flores y leído panegíricos lacrimales acerca del mal, el bien, la justicia y la ley.
Todo me da arcadas. Porque el dolor es una cosa, y toda esta pantomima es otra.
Primero, los políticos y gobernantes. Diciendo que hay que luchar contra el terrorismo, y apoyar a las víctimas, e integrar todas las culturas en un marco de amor y paz. No es que apoye el terrorismo, pero lo comprendo. Porque cuando los países ricos, civilizados, cultos y solidarios deciden que tal o cual país del tercer mundo debe ser "reajustado" para garantizar el abastecimiento de la opulencia, se está favoreciendo la iniquidad, la injusticia, la lucha. Esa gente no tiene nada que perder, lo ha perdido todo no por el azar o la catástrofe, sino por un primer mundo egoísta, injusto, inicuo, cruel, solidario sólo de boquilla, que aguanta su tren de vida a costa de lo que sea. Mientras los gobiernos no atajen eso (algo imposible), no dejará de haber terrorismo. Mientras haya injusticia y gente que pierde a sus seres queridos y bienes para que otros mantengamos nuestro statu quo, siempre habrá alguien dispuesto a volarnos los huevos de la manera más dolorosa. Y en cierto modo, algo de razón no le falta. Que la vida es dura y mala puta, y no la telenovela descafeinada que nos están vendiendo.
Luego el populacho. Solidario hasta la médula, con las pancartas, velas y manos blancas, saliendo a tapar la calle. Mucha solidaridad de salón, pero luego todos volvemos a casa, y seguimos soportando a gobiernos que favorecen la injusticia, no sólo con los de fuera, sino hasta con nuestros paisanos. Todo se nos olvida, todo es accesorio, y volvemos a nuestro mundo artificial y perfecto, deseando que el estado nos proteja, nos indemnice por el pedrisco o el tsunami o el ataque de los pavos asesinos, y que vengan los inmigrantes a limpiar nuestra mierda, pero que no molesten...Somos unos hipócritas mayúsculos, pero acallamos la conciencia con escenitas estereotipadas, muy americans del mundo libre y demás. ¿Tiene que haber mierda? Pues que la haya, pero no en el campo de detrás de mi casa.

Así que a mí me la suda toda esta movilización social. Porque no sirve absolutamente para nada. Porque el dolor de verdad va por dentro y el movimiento se demuestra andando, no encendiendo mecheros y entonando "Al vent".
Y ahí, hay todo un cuerpo de infantería veterano en estas lides. Ya los conocen: la gente del alambre.

miércoles, 9 de marzo de 2005

Laertes

Estos días me veo azotado por problemas profesionales. Puede que hasta incluso sean graves, así que me quitan el sueño...
...y el tiempo, y maldigo a diestra y siniestra. Quizá por eso se haya agrisado aún más mi carácter, y haya hecho, con razón, propósito de enmienda.
He aprendido, he aprehendido que no puede cuestionarse uno mismo su propia realidad, su propia naturaleza. La lucha consigo mismo es, como diría Perogrullo, suicida, o fratricida. He aprendido a comprenderme como soy, casi aceptarme, y a tratar de cambiar la forma sin que afecte al fondo.

Así que ayer estuve haciendo examen de conciencia, apuntando en tres columnas mis defectos, mis virtudes y los problemas graves del etorno laboral que me rodea. Obviamente, hay que cambiar, pero la pereza y la indolencia hacen que nos acomodemos, que me acomode en cualquier situación, por peligrosa que ésta sea.
Hay que dar un golpe de timón. Aunque duela. Aunque me hunda. Hay que cambiarlo todo para que todo siga igual.
Como veis, tengo problemas...

martes, 8 de marzo de 2005

Necesito que algo salga bien

Además, con carácter de urgencia. Esta travesía...
...en el desierto está durando ya demasiado. Noto como me fallan las fuerzas, cada vez más menguadas. Hasta lo que en un tiempo parecieron aciertos se tornan hoy en errores garrafales, en muertos mañ enterrados que salen de vez en cuando a cobrarse sus diezmos.
No sé lo que les parece desde fuera, pero para mí esto tiene un regusto amargo a derrota. Uno empieza a preguntarse si tanta mala suerte es posible, o plausible; si estoy achacando esto a la voluble Fortuna cuando en realidad soy yo el único culpable de esta debacle. Algo habré hecho mal. Empiezo a plantearme si estoy equivocado de cabo a rabo, si llevo 18 largos años cominando en la dirección equivocada, y el camino se ha acabado y yo sigo ciego en mi terco empeño. Quizá sea eso. O quizá sea la prueba del conquistador, o morir de sed a la vista de las palmeras.

Por eso digo que necesito que algo salga bien, que algo confirme que este camino no es peor que ningún otro. Necesito esa señal para seguir caminando, no una señal divina ni de fe, sino una señal de que no todo lo hago mal.

Me faltan las fuerzas, y esta vez estoy muy muy cansado. Más que nunca.

lunes, 7 de marzo de 2005

Gabinete de crisis

Al parecer, va a haber que leer una vez más "El señor de los Anillos" para levantar la moral.

Cómo cambian los tiempos

Pues sí. O cómo cambian los tiempos a las personas. Tantas horas de vuelo, tantos sueños, tantas determinaciones, que luego, cuando el tiempo y los acontecimientos las han batido como las olas del mar hace con las playas, las miras detenidamente, siendo sólo espectros de lo que un día fueron. Piensas que ya nada vale la pena. Que no estas dispuesto a abandonar, pero que, si hubiera que hacerlo, no sería deshonra ni desdoro ni rendición, que sólo se pierden aquellas guerras en las que se abandona...

Algo que hace ya 8 años que no hago pasa por mi mente. Soltar lastre, llevamos mucho tiempo sin ascender, así que una solución será soltar lastre. Otra, meditar acerca de todo y ver que hay algo que está mal en mí.

En fin, eso, que hoy he empezado un poco a rendirme. Veremos lo que trae el nuevo día.

jueves, 3 de marzo de 2005

Egoísmo

Creo que es uno de los defectos que menos tolero. Puedo soportar la envidia, adoro la lujuria, tolero peor que mejor la soberbia. Pero odio a muerte el egoísmo.

Y si el egoísta es corto y mal plegado, saca lo peor de mí.

Por ejemplo. Mi actual socio, aunque espero que por poco tiempo, Jesús Martín... Es una persona cuya cortedad de miras es proverbial. Aparte de ello, el esfuerzo y él están reñidos a muerte y se huyen como ángeles y demonios. Y aún sabiendo esto, aunque varias personas de confianza me predijeron esto, aún así confié en él. Nunca creí que nadie, trabajando para sí mismo, fuera capaz de traicionarse.

Pero no conté con su desmesurado egoísmo, su descomunal pereza y su inexistente amplitud de miras. Así que me harté de mantener a flote el barco y lo dejé a él al frente, Me bajé del burro.

Lo mío es triste. Tuve una idea, la fragüé en soledad, la estructuré, me ayudó a ponerla en marcha, a arrancar un 5% de lo que yo tenía en mente. Yo lo había concebido todo y ahora, un vago, egoísta e inútil decía que su futuro era vivir de mi idea sin trabajar, y que por él ya estaba todo dicho. Y encima se lo doy todo.

Desde entonces, 1 de noviembre de 2004, no he aparecido por allí. Ha acabado el año y el administrador de mi empresa no me ha comunicado absolutamente nada de lo que ha hecho en esos 4 meses, no ha habido junta de accionistas, no sé lo que ha hecho ni deshecho con total impunidad y ninguna vergüenza sin contar conmigo. Egoísmo concentrado.

Hoy he tenido que ir al estudio a dejarle la correspondencia y las escrituras de la empresa. Se me ha caído el alma a los pies. He visto vertederos con más dignidad que ese piso. La basura se amontona por doquier, falta material que compramos, ha aparecido material nuevo del cual yo dudo de su utilidad o conveniencia, se ha subido el sueldo sin decir nada a nadie a 900 euros… Simplemente se ha confirmado las peores de mis sospechas, aparte de los detalles que la gente me va contando por ahí, que el mundo es un pañuelo y la gente es viperina y les gusta la comidilla.

He alcanzado el techo. Casus belli. Acabo de decidir que en esta historia hubo, hay un listo y un imbécil. Así que cuidado con los compañeros de viaje. Cuando una persona es inútil y perezosa y egoísta venderá hasta a su alma. Espero que tenga exactamente lo que se merece. Voy a encargarme personal y enconadamente de ello.

Delenda est Carthago

miércoles, 2 de marzo de 2005

"Puedes huir de aquello que corre detrás de ti, pero no puedes huir de lo que corre dentro de ti." Antiguo provervio ruandés.

Big Fish

Ayer hurté algo de tiempo a otras tareas y vi esta película. Muy de Tim Burton, muy del Rafa que existió hace tiempo.
Es todo un canto a la fe, a la esperanza, al corazón ligero y alegre. Es una película preciosa. Me recordó que la vida, en muchos aspectos puta y perra como la meretriz de Babilonia, puede ser bella y maravillosa y rica. Que, viejo y manido aforismo, la vida es del color con el cristal con que se mira. Que tener fe, ilusión, esperanza, es una garantía impepinable para pasar de manera aceptable la mala noche en la mala posada.
Y no digo que esa teoría sea errónea, que creo sinceramente que no lo es. Lo que pasa es que la vida es bella y es puta, y no necesariamente a partes iguales. Y que, cuando uno lleva ya tiempo recogiendo los pedazos de la esperanza y la alegría, recomponiendo ese remedo de felicidad como único, solitario escudo, y volviendo a recoger los pedazos como Sísifo, es difícil no echar el agua por la última tabla, mandarlo todo a freír espárragos y ponerse la armadura más espantosa para pelear. Con un par.
Y por desgracia, simplemente por estar ahí, los años pasan y las esperanzas, que hay quien dice que son verdes, se van rompiendo y se van acabando, y la alegría no trae el pan a la casa del pobre. Al final coges lo poco que te queda, porque esperanza siempre queda la mínima, la guardas en un pozo en lo más hondo de tu castillo y sales a pelear, sin candongas, alharacas ni flores en el pelo.
Admiro, envidio a esa gente con esperanza, ya sean cristianos, soñadores o tontos del pueblo. Pero yo, con tantas heridas en el costado, con el casco tan maltrecho y desarbolado y remendado, pido permiso a vuesas mercedes para pelear a cara de perro, que otra cosa ya no śe hacer.
A Dios vais.

martes, 1 de marzo de 2005

3%

No tienen vergüenza. Ni la tienen ni la han conocido en su puta vida. Son unos hijos de la gran puta. Me refiero, como no, a los políticos.
A esos que ahora se rasgan las vestiduras y, apelando al honor, la honradez y la decencia, están armando la de Dios es Cristo.
A estas alturas no les cree nadie. Toda España sabe que decir político es decir corrupción, deshonor, comisiones, vivir a cuerpo de rey, con Audi oficial, dietas y demás prebendas costeadas por la vieja piel de tambor, humilde, esforzada y pobre. Y oiga, somos tan lerdos que lo aceptamos. Aceptamos que en la política de este país medre la escoria humana, y que hagan y deshagan a su antojo, y roben a manos llenas. Lo sabemos todos, hasta el más inocente infante. Quizá lo sabemos porque nosotros haríamos lo mismo, vaya usted a saber.
A mí no me importa que me tomen el pelo, pero me molesta que crean que soy tonto. Así que, ahora, señores políticos, no me vengan con que han ofendido su honor al acusarles de cobrar comisiones. Ustedes no tienen honor; si un político lo tuvo en su día, lo perdió o lo echaron, porque en la cesta de manzanas podridas no queda una sana, es ley de vida. Así que callen y sigan robando, que para eso entraron ahí. Pero no se las den de prohombres, que eso ya no cuela.

La culpa la tenemos nosotros. Seguimos permitiendo que la política en este país sea una casa de putas de dimensiones bíblicas. Permitimos que la morralla de este país detente el poder. Nos da igual, han de robar unos u otros, así que dejemos la cosa como está. No me parece bien, pero es una forma de sobrevivir, tan digna como otra. Mucho más digna que la de ser político de carrera.
Yo no he votado en mi vida. No acepto este sistema, al menos no con esos candidatos. Pero sé que no tiene solución. Tomás de Lampedusa, en su Gatopardo, acusaba a los revolucionarios: "Queréis cambiarlo todo para que nada cambie, para que todo siga como está" Arrojaríamos a unos políticos corruptos para poner a otros iguales en su lugar.
Me gustaría ponerlos a prueba. En unas elecciones generales, que votara sólo el famoso 3% de la población, léase políticos y familiares. Verían ustedes como clamarían al cielo pero ninguno se bajaría del burro, ninguno reconocería que "algo habremos hecho mal"; si no, vean a Gallardón. Seguirían chupando, porque al fin y al cabo es lo que quieren.
Nos estamos argentinizando, querido Flint, así que empezad a almacenar armas y comida, que el día menos pensado acabamos como en Irak. Y yo ya tengo varios objetivos en mente, varias deudas que cobrarme a sangre y fuego, con la mayor sevicia de que sea capaz. Por mis muertos. Que a mí la solidaridad y la civilización me la trae al fresco.
PD.: Todo esto ha sido por leer al comedido Serafín. Yo no me bajo del tren: lo hago descarrilar.