viernes, 24 de diciembre de 2004

Hoy la vi. Hoy no estaba previsto que apareciese una nueva entrada en esta bitácora. Pero Nochebuena dista mucho ...
...de ser sólo una noche, y todavía más de ser buena. Y de nuevo la desazón y la tristeza se han enseñoreado de mi alma. Sí, hoy la vi. La vida es triste y de vez en cuando la vez cara a cara y añoras lo que fue y lo que pudo haber sido.


Quizá algún día cuente todo lo que almecena mi corazón en polvorientos anaqueles, quizá algún día sea capaz de ordenar todos mis sueños, catalogados minuciosamente como fracasos, quimeras, posibles y éxitos. Aunque duele cuando el sabor de la victoria es agridulce.


Hoy la vi, y aunque no lo supe luego no pude dormir, yo creía que podía después comprendí que si ahora estoy así es porque hoy la vi.
Aparece un nuevo libro en la bitácora del navegante. Hoy, en la nochebuena de 2004, tiene su persona asignada. Mi mayor problema es que la mujer de mi vida aún no tien el suyo.


O sí, que es lo peor.

jueves, 23 de diciembre de 2004

"Fue recogiendo lentamente todo aquello que durante 12 años había formado parte de su vida. Eran tan sólo...
...unas magras cajas que destilaban amargura por las costuras. Las despedidas, o más bien las partidas, nunca significan demasiado. Como tampoco lo significan las arribadas a nuevas tierras, las caricias en nuevos cuerpos, los denuedos en nuevos trabajos. Siempre es ese mismo sabor azogado del miedo llenando de mercurio la garganta, una nerviosa sensación de incertidumbre, de inseguridad, de dependencia. Ambas son dos expresiones diferentes de una misma rendición ante la realidad que nos avasalla.

Aquella caja fue la última. Sin decir adiós, abandonó el edificio con la caja en sus brazos como un indefenso retoño y se sumergió con resolución entre la marabunta de la acera hacia el aparcamiento.

Nunca llegó al coche, y jamás nadie volvió a verlo."

Fragmento de "La extraña desaparición de Robert Teleman",
obra apócrifa y anónima, siglo XXI


miércoles, 22 de diciembre de 2004

Se acercan las navidades...

...y es muy posible que no escriba mucho más hasta el año que viene. Así que, como cantan en mi tierra, allá va la despedida:
Tan sólo hemos pasado juntos (yo, yo mismo y nadie más) un par de meses. Como se ve, estoy quemado, muy quemado. No sé si con motivos o no. Esta universidad y el gobierno popular me traicionaron, y no se lo perdono, no lo perdonaré nunca. A ninguno de los dos. Estoy intentando solucionarlo, pero a veces por mala suerte y a veces por negligencia, todo va manga por hombro. Estoy intentando montar empresas para financiarme, y la primera que monto el socio me sale rana (no sin aviso), y estoy desesperado por venderla, funcionando a la perfección. Ahora estoy con 4 desubicados más. nos llamamos la Brigada Orca y al menos tenemos ganas de pelear. En esta puta universidad no hago más que intentar publicar (que no investigar) para ser funcionario. A eso nos arrinconan en este puto país.

Pero lo tengo claro. Las únicas batallas que pierdes son aquéllas en las que dejas de pelear.

Feliz navidad.

martes, 21 de diciembre de 2004

Esta es una vieja historia

Cada vez que salgo a la calle los fantasmas me asaltan. Me rodean, ululan en mis oídos y me sacan sus lenguas de trapo transparentes. Es lo que tiene vivir en un agujero, vivir en el dolor, vivir en esas escaleras que no dejan de bajar, nunca, hacia abismos jamás hollados.

Entonces me doy cuenta de lo cerca que estoy del punto de partida, de lo vano y futil y banal y trivial y estéril que es vivir en negro. De que uno no es mejor ni peor que la media de banalidades que pululan en este zoo, y que todo pierde su sentido.

A veces pienso que hay que cambiar. Encender una luz, abrir las ventanas y plantar flores en las macetas fosilizadas que vaguean entre las almenas. Limpiar las habitaciones y limpiar de polvo y esqueletos de lamias las alformbras y los anaqueles.

Pero nunca hago nada. Bebo para olvidar que tengo verguenza de beber.

Nuevos proyectos

Algo se mueve en el plano profesional número 2. radioAmedida va al garete, abandonada a manos usurpadoras y advenedizas. Algo huele a podrido en Dinamarca. Añoro, extraño un canal donde poder eschuchar ésa mi música triste. Creo que voy a arrostrar una nueva emisora web, donde poder escuchar lo que me apetezca. Se mueven la máquinas de aquéllos que tienen algo que decir. El mundo está desquiciado ¡Qué desgracia la mía el haber nacido para enmendarlo!

Ismael Serrano y Barcelona

Hoy es de nuevo un día de esos en los que no sé qué poner. Venía oyendo a Isamel Serrano, en su canción "Ahora", que básicamente...
...dice "Ahora que nos hemos hecho viejos". Habla un poco de los lugares míticos a los que viajamos, de los que huímos o a los que quisimos huír, que el tiempo ha lamido y desgastado y ahora están extenuados, translúcidos, sombras de lo que eran y de lo que en su tiempo significaron.
Recuero mi primer viaje a Barcelona, para el bautizo de mi primo (que ahora tiene 26 ó 27 años). La familia Trap en un Land Rover corto, por aquellas carreteras. 9 horas de viaje agotador, enervante (enervante es que debilita, aunque ahora esta academia ha aceptado la acepción bastarda). Luego Barcelona fue un sueño, un mundo irreal y utópico que el tiempo y experiencia se ha encargado de demoler concienzudamente. Qué se le va a hacer. Ahora es una mera ilusión, pero hace tiempo fue otro de mis sueños.

P.D. De esta canción me encanta esa frase: se cayeron mis alas y yo no me rendí. Así hay que seguir, luchando mientras quede vida, aunque la esperanza haya huído de nuestros corazones.


Ahora que la adolescencia es un septiembre lejano,
humo de cerveza en un portal, un verano inacabado.
Algunos años en la facultad de ciencias,
papeles escritos, ron de Cuba, hojas de hierba,
un tren dormido en una vía muerta,
la luz de la ventana azul que siempre estaba abierta.

Ahora que quedan tan lejos las playas de Corfú,
las estaciones de trenes de Praga, Hamburgo o Estambul,
los viajes que trajeron a otros vistiendo nuestros cuerpos,
la luz de una cafetería, los amores conversos.

Ahora que te cansas y las piscinas cierran,
y apura el último baño la luz de las estrellas.
Ahora que regreso a los lugares a donde quise huir
y nadie me espera allí.
Ahora que casi llego a fin de mes,
que amo a una mujer.

Que amo a una mujer.

Ahora que pago las facturas, que me besé en La Habana,
que sueño con Lacandona, que ya no escribo cartas,
que cumplimos más añós que promesas,
que se hunden nuestros corazones como la vieja Venecia,
que llego tarde a los cines y al fin del planeta,
que alquilo un pequeño piso en un castillo de arena.

Ahora que duelen las resacas y cortan como una navaja.
Ahora que nadie nos saluda por los bares de Malasaña,
que pido auxilio, besos y comida por teléfono,
que fumo flores y lloro a veces mientras duermo.
Ahora que tiemblo como un niño abandonado.
Ahora que viejos amigos nos han traicionado.

Ahora es el momento de volver a empezar, que empiece el carnaval,
la orgía en el Palacio de Invierno, de banderas y besos.
Se cayeron mis alas y yo no me rendí,
así que ven aquí,
brindemos que hoy es siempre todavía,
que nunca me gustaron las despedidas.

Disco: La traición de Wendy
Estreno: junio de 2001
Letra: Ismael Serrano y Daniel Serrano
Música: Ismael Serrano

lunes, 20 de diciembre de 2004

Reverte (II)

Por Arturo Pérez reverte, publicado en El semanal el día ...
19-25 de diciembre de 2004, número 895.

Esa plaga de langosta


Estaba el otro día viendo la tele y salió lo de la langosta en Canarias, con los bichos posándose en un sembrado y dejándolo hecho cisco al largarse. Entonces me puse a hacer analogías. Igualito que los políticos de aquí, concluí. Lo que tocan lo hacen polvo. Todo vale para ese estómago voraz que pone cuanto existe al servicio de su ambición, de sus ajustes de cuentas, de su bajeza moral. De esa España virtual que se han inventado, ajenísima a nada que tenga que ver con la España real, pero que nos imponen día tras día, porque ése es su miserable oficio y su negocio. Y claro: asunto que pasa por tales manos, asunto deslegitimado, sin crédito, sucio para siempre. Y como la política se alimenta de sí misma, el apetito es insaciable. Queman cartuchos sin respetar nada ni a nadie, dispuestos a cargarse lo que sea con tal de aguantar una semana más. Y cómo se odian, oigan. No se mandan pistoleros unos a otros porque no pueden. Y encima se creen originales, los malas bestias. Si fueran capaces de leer, sabrían que todo cuanto hacen se hizo ya. Desde Viriato, o así. Pero es que, excepto dos o tres, no saben ni quién fue Viriato. Y así nos va. Ésa es nuestra desgracia: los políticos. La plaga de langosta. La perra historia de España.

Échenle un vistazo al patio. Lo que tocan lo ensucian, lo desmantelan, lo aniquilan. Cómo lo han puesto todo en los últimos diez o quince años, y cómo lo siguen dejando, impasible el ademán, según las necesidades del enjuague puntual, pan para hoy y hambre para mañana, yo me quedo tuerto pero a ti te dejo ciego por la gloria de mi madre. Todo sirve como arma política arrojadiza. Su injerencia en la Justicia, por ejemplo. Tela. Toda esa manipulación partidista. Toda esa infamia. Han conseguido que ahora veas una toga y unas puñetas y te hagas cruces. En cuanto a la Educación, o Enseñanza, o como se llame, qué les voy a contar. Con el concurso de ministros y consejeros autonómicos de toda condición y pelaje, entre Logses, Lous, Locus y puta que las parió, esos irresponsables aprendices de brujo han metido a las últimas generaciones de españoles en una maraña de frustración pseudoeducativa, en un callejón de donde ya no los saca ni Cristo que baje y se haga cargo.

Y qué me dicen del deporte: las selecciones de mis huevos, con todo político periférico echando carreras para hacerse una foto con la que arañar media docena de votos guarros. O fíjense en la Constitución, convertida en bebedero de patos. O en las Fuerzas Armadas, ahora llamadas de Paz y Buen Rollito, porque a ver de qué otra forma se las puede llamar tal como están, desmanteladas como no se habían visto desde el día siguiente a la batalla de Guadalete. De servicios de información, para qué hablar: los del Ceneí van por ahí con máscaras del pato Donald. Interior, ya ven: convertido en Exterior, de puro diáfano y transparente. Y como la necesidad de algo para roer es vital en política, ahora le toca el turno a la Guardia Civil dinamitera, y todos se apresuran a llenarla de mierda, unos por vocación y otros por precaución, sin que a los de abajo se les deje hablar, y sin que los de arriba, generales beneméritos que trincan estrellas del pesebre, abran la boca para defender a su gente.

Podríamos seguir enumerando hasta la náusea: el toro de Osborne, las lenguas autonómicas, la idea de nación documentada en Cervantes, la bandera del siglo XVIII, la palabra España. Todo es materia depredable. Como la monarquía, que ahora tiene más flancos jugosos para hincar el diente. O la república, si la hubiera: ya se cargaron dos. O la política exterior, que pasa de mamársela a George Bush por una palmadita en la espalda, a hacer el payaso gratis y por la cara. Hasta el Diccionario de la Real Academia, obra magna sin igual en las otras lenguas cultas, imperfecto precisamente por su rica grandeza, es insultado ahora porque las feministas radicales, alentadas por políticos tiñalpas que se acojonan ante la dictadura de las minorías, pretenden cambiar en dos días, ajustándola a su demagogia imbécil, una lengua que lleva fraguándose, desde el latín y el griego, casi treinta siglos. Pero lo peor es cuando los ves en el Congreso y la Congresa expresándose con ese verbo inculto, esa ausencia de sintaxis y esa desabrida poca vergüenza, y te preguntas cómo se atreven. Cómo es posible que estas langostas bajunas, analfabetas, se atrevan a devastar una España que ni aman, ni comprenden.

Reverte (I)

El viernes estaba yo hablando precisamente de esto. El hecho de venir de una familia de sordos, amén de mi...
baja extracción social, hace que hable a voz en grito en cualquier lugar. Y sin pelos en la lengua. El tanganillo de güisqui que un miembro de la Brigada Orca me arreó ayudó al asunto. De esa forma, andé poniendo verdes a los políticos (nacionales) al lado de una mesa de trabajadores del muy noble, leal y heróico ayuntamiento de Segorbe. Sólo recuerdo sus caras de pasmo, estupor y estupefacción, mientras 4 borrachos con pedete lúcido disertaban acerca de cómo los políticos habían llevado, estaban llevando este puto país al sumidero.
No recuerdo mucho lo que dije esa noche, pero Reverte lo dijo mejor. Copio, sin su permiso, lo que piensa la parte de España que piensa acerca de los políticos.

viernes, 17 de diciembre de 2004

Indecisión

Hoy no sé acerca de qué escribir...
...Ayer fue un puto día de perros. Noche toledana de recuerdos. Podría escribir sobre eso. O sobre aquella vez que arié bandera con deshonor ante la vida. Anteayer vi a un hijo de la gran puta que me trajo amargos recuerdos. Lamento no haberle partido la cara. O escribir acerca de lo que piensa Javier Marías acerca de esos narcisistas que sólo saben escribir acerca de sus desgracias, como si eso no le pasase a nadie más (esto me dio qué pensar durante mucho, mucho rato). O el último libro que me he leído, Cabo Trafalgar de Reverte, donde nos recuerda que la realidad y la historia no pueden, no deben olvidarse impunemente.

Pero hoy no voy a contar nada. Me quedo con Roy Hobbs, Robert Redford en la película "El mejor", cuando le dice al entrenador, Pop: "He tardado 16 años en llegar hasta aquí. No puedo dejarlo ahora".

Yo tampoco.

A pasar buen fin de semana.

miércoles, 15 de diciembre de 2004

Me va la vida en ello

Me asalta esa canción a menudo. Quizá la letra no tenga mucho que ver, pero la frase...
...La frase me taladra los sentidos fiera, porque está muy claro que en el futuro me la jugaré una vez más, que estoy en franca desventaja y que veo dolor y sufrimiento y zozobra. Me va la vida en ello, tengo que intentarlo.

ME VA LA VIDA EN ELLO

Luis Eduardo Aute

Cierto que huí de los fastos y los oropeles,
y que jamás puse en venta ninguna quimera.
Siempre evité ser un súbdito de los laureles
porque vivir era un vértigo y no una carrera.
Pero, quiero que me digas, amor,
que no todo fue naufragar
por haber creído que amar
era el verbo más bello ,dímelo,
me va la vida en ello.
Cierto que no prescindí de ningún laberinto
que amenazara con un callejón sin salida
Ante otro "más de lo mismo" creí en lo distinto
porque vivir era búsqueda y no una guarida.
Pero, quiero que me digas, amor,
que no todo fue naufragar
por haber creído que amar
era el verbo más bello ,dímelo,
me va la vida en ello.
Cierto que cuando aprendí que la vida iba en serio,
quise quemarla de prisa jugando con fuego.
Y me abrasé defendiendo mi propio criterio
porque vivir era más que unas reglas en juego.
Pero, quiero que me digas, amor,
que no todo fue naufragar
por haber creído que amar
era el verbo más bello ,dímelo,
me va la vida en ello.

martes, 14 de diciembre de 2004

Quién nos ve

Pues nadie. Hoy por hoy estoy (me dan ganas de decir estamos) escribiendo para nadie. Para mí mismo...
...No por ello voy a dejar de escribir. Creo que no hago esto para que me lea nadie. Lo hago por mí. Seguiré en la brecha. Ya lo dije ayer. Hay que aguantar el tir&oacte;n. Eso es lo más fácil.

C U

lunes, 13 de diciembre de 2004

259602

Ése es el número que aparece en el cuantakilómetros de mi coche. 259602...
...259602 golpes que cada día hemos ido recibiendo. Pese a ello, el coche aún va bien, aún se defiende con diginidad y me lleva y me trae. No sé si porque es un tipo duro o simplemente porque no le queda más remedio que aguantar. Aguantar el tirón. No tiene mucho mérito aguantar el tirón, aguantar nada. El ser humano es capaz de aguantar lo indecible sin demasiado esfuerzo. Instinto, simplemente. Lo que cuenta es tirar adelante.


Pero volvamos a ese número. Significa 3250 horas dentro del coche, 135 días de mis 7 últimos años de vida, 4 meses y medio dentro del coche, como si entrara ahora en el mismo y saliese en mayo... 17500 litros de gas-oil, 11000 euros en combustible en los últimos 7 años.

¡Cuánto esfuerzo para tan poco, para tan mísero señor! ¿verdad?

He cerrado ya mis puertas
ya despedí a mis papas
hoy me marcho
y no se cuando volveré a regresar
no me esperes mas
no os quiero ver mas

Huyo porque estoy cansado
agobiado de actividad
busco un sitio donde nadie me controle
y este en paz
no me esperéis mas
no os quiero ver mas

He bajado las escaleras
y ya estaba en el portal
y he pensado que donde estoy
no es donde quise llegar
pero puedo cambiar
lo voy a cambiar

Y aquí estoy como un esclavo
pero otra mentalidad
aguantando el tirón
que me ha tocado aguantar
pero puedo cambiar
lo voy a cambiar

Celtas Cortos. "Aguantando el tirón"

jueves, 9 de diciembre de 2004

La caseta de los camineros

No me he olvidado, ni he arriado mi bandera. Simplemente ha habido congresos,...
...puentes, días lánguidos que hemos dejado pasar. Pero seguimos en la brecha, un año más viejo, una raya más para el tigre.
Todos los días, cuando vengo a trabajar, tomo una carretera comarcal de las de antes, sin arcenes, dos carriles y un tráfico infernal. Llevo 4 años pasando todos los días. Ahora, el ayuntamiento de Burjasot ha decidido doblar la carretera y hacerla de 2 carriles para cada sentido. No es que el sentido común se haya impuesto y decidan hacer las cosas bien; más bien la especulación urbanística. Se ha construido mucho por allí, hay unos megacines y necesitan buenos accesos para vender.
¿Y por qué cuento este rollo? Porque a la orilla de esa carretera, en el último tramo que queda por doblar, hay una caseta de camineros. Casa, porque ya tiene algo de entidad. Estaba abandonada, desde aquellos tiempos en que la red de carreteras se mantenía por familias y gente que vivía en esas casas y conservaba las carreteras en perfecto estado de revista. Trozos de la historia reciente de España. Nuestras carreteras están aún plagadas de esas casas de peones camineros. Subsisten las que han quedado en vías que no se han ampliado, por desvíos, desidia u olvido. Y queda ésta. Sigue ahí, manteniendo su derecho a existir sobre 500 metros de carretera. Ya le han derribado el jardín trasero y el delantero (¿cómo se llamará ese terreno que hay ante la casa?). Pero la casa permanece allí, impasible el ademán.
Le queda poco de vida, me temo. Ciertamente es una casa algo inútil, y entorpece el progreso, como dirían muchos.
Pero duele. Duele como se borra la historia, la pequeña y consuetudinaria, y el esfuerzo de mucha gente durante muchos años, gente desconocida que con tanto esfuerzo, quizá vano, llevó este desgraciado país adelante.
Hoy va por la caseta de los camineros. Que el que tuvo, retuvo.