viernes, 24 de diciembre de 2004

Hoy la vi. Hoy no estaba previsto que apareciese una nueva entrada en esta bitácora. Pero Nochebuena dista mucho ...
...de ser sólo una noche, y todavía más de ser buena. Y de nuevo la desazón y la tristeza se han enseñoreado de mi alma. Sí, hoy la vi. La vida es triste y de vez en cuando la vez cara a cara y añoras lo que fue y lo que pudo haber sido.


Quizá algún día cuente todo lo que almecena mi corazón en polvorientos anaqueles, quizá algún día sea capaz de ordenar todos mis sueños, catalogados minuciosamente como fracasos, quimeras, posibles y éxitos. Aunque duele cuando el sabor de la victoria es agridulce.


Hoy la vi, y aunque no lo supe luego no pude dormir, yo creía que podía después comprendí que si ahora estoy así es porque hoy la vi.
Aparece un nuevo libro en la bitácora del navegante. Hoy, en la nochebuena de 2004, tiene su persona asignada. Mi mayor problema es que la mujer de mi vida aún no tien el suyo.


O sí, que es lo peor.

jueves, 23 de diciembre de 2004

"Fue recogiendo lentamente todo aquello que durante 12 años había formado parte de su vida. Eran tan sólo...
...unas magras cajas que destilaban amargura por las costuras. Las despedidas, o más bien las partidas, nunca significan demasiado. Como tampoco lo significan las arribadas a nuevas tierras, las caricias en nuevos cuerpos, los denuedos en nuevos trabajos. Siempre es ese mismo sabor azogado del miedo llenando de mercurio la garganta, una nerviosa sensación de incertidumbre, de inseguridad, de dependencia. Ambas son dos expresiones diferentes de una misma rendición ante la realidad que nos avasalla.

Aquella caja fue la última. Sin decir adiós, abandonó el edificio con la caja en sus brazos como un indefenso retoño y se sumergió con resolución entre la marabunta de la acera hacia el aparcamiento.

Nunca llegó al coche, y jamás nadie volvió a verlo."

Fragmento de "La extraña desaparición de Robert Teleman",
obra apócrifa y anónima, siglo XXI


miércoles, 22 de diciembre de 2004

Se acercan las navidades...

...y es muy posible que no escriba mucho más hasta el año que viene. Así que, como cantan en mi tierra, allá va la despedida:
Tan sólo hemos pasado juntos (yo, yo mismo y nadie más) un par de meses. Como se ve, estoy quemado, muy quemado. No sé si con motivos o no. Esta universidad y el gobierno popular me traicionaron, y no se lo perdono, no lo perdonaré nunca. A ninguno de los dos. Estoy intentando solucionarlo, pero a veces por mala suerte y a veces por negligencia, todo va manga por hombro. Estoy intentando montar empresas para financiarme, y la primera que monto el socio me sale rana (no sin aviso), y estoy desesperado por venderla, funcionando a la perfección. Ahora estoy con 4 desubicados más. nos llamamos la Brigada Orca y al menos tenemos ganas de pelear. En esta puta universidad no hago más que intentar publicar (que no investigar) para ser funcionario. A eso nos arrinconan en este puto país.

Pero lo tengo claro. Las únicas batallas que pierdes son aquéllas en las que dejas de pelear.

Feliz navidad.

martes, 21 de diciembre de 2004

Esta es una vieja historia

Cada vez que salgo a la calle los fantasmas me asaltan. Me rodean, ululan en mis oídos y me sacan sus lenguas de trapo transparentes. Es lo que tiene vivir en un agujero, vivir en el dolor, vivir en esas escaleras que no dejan de bajar, nunca, hacia abismos jamás hollados.

Entonces me doy cuenta de lo cerca que estoy del punto de partida, de lo vano y futil y banal y trivial y estéril que es vivir en negro. De que uno no es mejor ni peor que la media de banalidades que pululan en este zoo, y que todo pierde su sentido.

A veces pienso que hay que cambiar. Encender una luz, abrir las ventanas y plantar flores en las macetas fosilizadas que vaguean entre las almenas. Limpiar las habitaciones y limpiar de polvo y esqueletos de lamias las alformbras y los anaqueles.

Pero nunca hago nada. Bebo para olvidar que tengo verguenza de beber.

Nuevos proyectos

Algo se mueve en el plano profesional número 2. radioAmedida va al garete, abandonada a manos usurpadoras y advenedizas. Algo huele a podrido en Dinamarca. Añoro, extraño un canal donde poder eschuchar ésa mi música triste. Creo que voy a arrostrar una nueva emisora web, donde poder escuchar lo que me apetezca. Se mueven la máquinas de aquéllos que tienen algo que decir. El mundo está desquiciado ¡Qué desgracia la mía el haber nacido para enmendarlo!

Ismael Serrano y Barcelona

Hoy es de nuevo un día de esos en los que no sé qué poner. Venía oyendo a Isamel Serrano, en su canción "Ahora", que básicamente...
...dice "Ahora que nos hemos hecho viejos". Habla un poco de los lugares míticos a los que viajamos, de los que huímos o a los que quisimos huír, que el tiempo ha lamido y desgastado y ahora están extenuados, translúcidos, sombras de lo que eran y de lo que en su tiempo significaron.
Recuero mi primer viaje a Barcelona, para el bautizo de mi primo (que ahora tiene 26 ó 27 años). La familia Trap en un Land Rover corto, por aquellas carreteras. 9 horas de viaje agotador, enervante (enervante es que debilita, aunque ahora esta academia ha aceptado la acepción bastarda). Luego Barcelona fue un sueño, un mundo irreal y utópico que el tiempo y experiencia se ha encargado de demoler concienzudamente. Qué se le va a hacer. Ahora es una mera ilusión, pero hace tiempo fue otro de mis sueños.

P.D. De esta canción me encanta esa frase: se cayeron mis alas y yo no me rendí. Así hay que seguir, luchando mientras quede vida, aunque la esperanza haya huído de nuestros corazones.


Ahora que la adolescencia es un septiembre lejano,
humo de cerveza en un portal, un verano inacabado.
Algunos años en la facultad de ciencias,
papeles escritos, ron de Cuba, hojas de hierba,
un tren dormido en una vía muerta,
la luz de la ventana azul que siempre estaba abierta.

Ahora que quedan tan lejos las playas de Corfú,
las estaciones de trenes de Praga, Hamburgo o Estambul,
los viajes que trajeron a otros vistiendo nuestros cuerpos,
la luz de una cafetería, los amores conversos.

Ahora que te cansas y las piscinas cierran,
y apura el último baño la luz de las estrellas.
Ahora que regreso a los lugares a donde quise huir
y nadie me espera allí.
Ahora que casi llego a fin de mes,
que amo a una mujer.

Que amo a una mujer.

Ahora que pago las facturas, que me besé en La Habana,
que sueño con Lacandona, que ya no escribo cartas,
que cumplimos más añós que promesas,
que se hunden nuestros corazones como la vieja Venecia,
que llego tarde a los cines y al fin del planeta,
que alquilo un pequeño piso en un castillo de arena.

Ahora que duelen las resacas y cortan como una navaja.
Ahora que nadie nos saluda por los bares de Malasaña,
que pido auxilio, besos y comida por teléfono,
que fumo flores y lloro a veces mientras duermo.
Ahora que tiemblo como un niño abandonado.
Ahora que viejos amigos nos han traicionado.

Ahora es el momento de volver a empezar, que empiece el carnaval,
la orgía en el Palacio de Invierno, de banderas y besos.
Se cayeron mis alas y yo no me rendí,
así que ven aquí,
brindemos que hoy es siempre todavía,
que nunca me gustaron las despedidas.

Disco: La traición de Wendy
Estreno: junio de 2001
Letra: Ismael Serrano y Daniel Serrano
Música: Ismael Serrano

lunes, 20 de diciembre de 2004

Reverte (II)

Por Arturo Pérez reverte, publicado en El semanal el día ...
19-25 de diciembre de 2004, número 895.

Esa plaga de langosta


Estaba el otro día viendo la tele y salió lo de la langosta en Canarias, con los bichos posándose en un sembrado y dejándolo hecho cisco al largarse. Entonces me puse a hacer analogías. Igualito que los políticos de aquí, concluí. Lo que tocan lo hacen polvo. Todo vale para ese estómago voraz que pone cuanto existe al servicio de su ambición, de sus ajustes de cuentas, de su bajeza moral. De esa España virtual que se han inventado, ajenísima a nada que tenga que ver con la España real, pero que nos imponen día tras día, porque ése es su miserable oficio y su negocio. Y claro: asunto que pasa por tales manos, asunto deslegitimado, sin crédito, sucio para siempre. Y como la política se alimenta de sí misma, el apetito es insaciable. Queman cartuchos sin respetar nada ni a nadie, dispuestos a cargarse lo que sea con tal de aguantar una semana más. Y cómo se odian, oigan. No se mandan pistoleros unos a otros porque no pueden. Y encima se creen originales, los malas bestias. Si fueran capaces de leer, sabrían que todo cuanto hacen se hizo ya. Desde Viriato, o así. Pero es que, excepto dos o tres, no saben ni quién fue Viriato. Y así nos va. Ésa es nuestra desgracia: los políticos. La plaga de langosta. La perra historia de España.

Échenle un vistazo al patio. Lo que tocan lo ensucian, lo desmantelan, lo aniquilan. Cómo lo han puesto todo en los últimos diez o quince años, y cómo lo siguen dejando, impasible el ademán, según las necesidades del enjuague puntual, pan para hoy y hambre para mañana, yo me quedo tuerto pero a ti te dejo ciego por la gloria de mi madre. Todo sirve como arma política arrojadiza. Su injerencia en la Justicia, por ejemplo. Tela. Toda esa manipulación partidista. Toda esa infamia. Han conseguido que ahora veas una toga y unas puñetas y te hagas cruces. En cuanto a la Educación, o Enseñanza, o como se llame, qué les voy a contar. Con el concurso de ministros y consejeros autonómicos de toda condición y pelaje, entre Logses, Lous, Locus y puta que las parió, esos irresponsables aprendices de brujo han metido a las últimas generaciones de españoles en una maraña de frustración pseudoeducativa, en un callejón de donde ya no los saca ni Cristo que baje y se haga cargo.

Y qué me dicen del deporte: las selecciones de mis huevos, con todo político periférico echando carreras para hacerse una foto con la que arañar media docena de votos guarros. O fíjense en la Constitución, convertida en bebedero de patos. O en las Fuerzas Armadas, ahora llamadas de Paz y Buen Rollito, porque a ver de qué otra forma se las puede llamar tal como están, desmanteladas como no se habían visto desde el día siguiente a la batalla de Guadalete. De servicios de información, para qué hablar: los del Ceneí van por ahí con máscaras del pato Donald. Interior, ya ven: convertido en Exterior, de puro diáfano y transparente. Y como la necesidad de algo para roer es vital en política, ahora le toca el turno a la Guardia Civil dinamitera, y todos se apresuran a llenarla de mierda, unos por vocación y otros por precaución, sin que a los de abajo se les deje hablar, y sin que los de arriba, generales beneméritos que trincan estrellas del pesebre, abran la boca para defender a su gente.

Podríamos seguir enumerando hasta la náusea: el toro de Osborne, las lenguas autonómicas, la idea de nación documentada en Cervantes, la bandera del siglo XVIII, la palabra España. Todo es materia depredable. Como la monarquía, que ahora tiene más flancos jugosos para hincar el diente. O la república, si la hubiera: ya se cargaron dos. O la política exterior, que pasa de mamársela a George Bush por una palmadita en la espalda, a hacer el payaso gratis y por la cara. Hasta el Diccionario de la Real Academia, obra magna sin igual en las otras lenguas cultas, imperfecto precisamente por su rica grandeza, es insultado ahora porque las feministas radicales, alentadas por políticos tiñalpas que se acojonan ante la dictadura de las minorías, pretenden cambiar en dos días, ajustándola a su demagogia imbécil, una lengua que lleva fraguándose, desde el latín y el griego, casi treinta siglos. Pero lo peor es cuando los ves en el Congreso y la Congresa expresándose con ese verbo inculto, esa ausencia de sintaxis y esa desabrida poca vergüenza, y te preguntas cómo se atreven. Cómo es posible que estas langostas bajunas, analfabetas, se atrevan a devastar una España que ni aman, ni comprenden.

Reverte (I)

El viernes estaba yo hablando precisamente de esto. El hecho de venir de una familia de sordos, amén de mi...
baja extracción social, hace que hable a voz en grito en cualquier lugar. Y sin pelos en la lengua. El tanganillo de güisqui que un miembro de la Brigada Orca me arreó ayudó al asunto. De esa forma, andé poniendo verdes a los políticos (nacionales) al lado de una mesa de trabajadores del muy noble, leal y heróico ayuntamiento de Segorbe. Sólo recuerdo sus caras de pasmo, estupor y estupefacción, mientras 4 borrachos con pedete lúcido disertaban acerca de cómo los políticos habían llevado, estaban llevando este puto país al sumidero.
No recuerdo mucho lo que dije esa noche, pero Reverte lo dijo mejor. Copio, sin su permiso, lo que piensa la parte de España que piensa acerca de los políticos.

viernes, 17 de diciembre de 2004

Indecisión

Hoy no sé acerca de qué escribir...
...Ayer fue un puto día de perros. Noche toledana de recuerdos. Podría escribir sobre eso. O sobre aquella vez que arié bandera con deshonor ante la vida. Anteayer vi a un hijo de la gran puta que me trajo amargos recuerdos. Lamento no haberle partido la cara. O escribir acerca de lo que piensa Javier Marías acerca de esos narcisistas que sólo saben escribir acerca de sus desgracias, como si eso no le pasase a nadie más (esto me dio qué pensar durante mucho, mucho rato). O el último libro que me he leído, Cabo Trafalgar de Reverte, donde nos recuerda que la realidad y la historia no pueden, no deben olvidarse impunemente.

Pero hoy no voy a contar nada. Me quedo con Roy Hobbs, Robert Redford en la película "El mejor", cuando le dice al entrenador, Pop: "He tardado 16 años en llegar hasta aquí. No puedo dejarlo ahora".

Yo tampoco.

A pasar buen fin de semana.

miércoles, 15 de diciembre de 2004

Me va la vida en ello

Me asalta esa canción a menudo. Quizá la letra no tenga mucho que ver, pero la frase...
...La frase me taladra los sentidos fiera, porque está muy claro que en el futuro me la jugaré una vez más, que estoy en franca desventaja y que veo dolor y sufrimiento y zozobra. Me va la vida en ello, tengo que intentarlo.

ME VA LA VIDA EN ELLO

Luis Eduardo Aute

Cierto que huí de los fastos y los oropeles,
y que jamás puse en venta ninguna quimera.
Siempre evité ser un súbdito de los laureles
porque vivir era un vértigo y no una carrera.
Pero, quiero que me digas, amor,
que no todo fue naufragar
por haber creído que amar
era el verbo más bello ,dímelo,
me va la vida en ello.
Cierto que no prescindí de ningún laberinto
que amenazara con un callejón sin salida
Ante otro "más de lo mismo" creí en lo distinto
porque vivir era búsqueda y no una guarida.
Pero, quiero que me digas, amor,
que no todo fue naufragar
por haber creído que amar
era el verbo más bello ,dímelo,
me va la vida en ello.
Cierto que cuando aprendí que la vida iba en serio,
quise quemarla de prisa jugando con fuego.
Y me abrasé defendiendo mi propio criterio
porque vivir era más que unas reglas en juego.
Pero, quiero que me digas, amor,
que no todo fue naufragar
por haber creído que amar
era el verbo más bello ,dímelo,
me va la vida en ello.

martes, 14 de diciembre de 2004

Quién nos ve

Pues nadie. Hoy por hoy estoy (me dan ganas de decir estamos) escribiendo para nadie. Para mí mismo...
...No por ello voy a dejar de escribir. Creo que no hago esto para que me lea nadie. Lo hago por mí. Seguiré en la brecha. Ya lo dije ayer. Hay que aguantar el tir&oacte;n. Eso es lo más fácil.

C U

lunes, 13 de diciembre de 2004

259602

Ése es el número que aparece en el cuantakilómetros de mi coche. 259602...
...259602 golpes que cada día hemos ido recibiendo. Pese a ello, el coche aún va bien, aún se defiende con diginidad y me lleva y me trae. No sé si porque es un tipo duro o simplemente porque no le queda más remedio que aguantar. Aguantar el tirón. No tiene mucho mérito aguantar el tirón, aguantar nada. El ser humano es capaz de aguantar lo indecible sin demasiado esfuerzo. Instinto, simplemente. Lo que cuenta es tirar adelante.


Pero volvamos a ese número. Significa 3250 horas dentro del coche, 135 días de mis 7 últimos años de vida, 4 meses y medio dentro del coche, como si entrara ahora en el mismo y saliese en mayo... 17500 litros de gas-oil, 11000 euros en combustible en los últimos 7 años.

¡Cuánto esfuerzo para tan poco, para tan mísero señor! ¿verdad?

He cerrado ya mis puertas
ya despedí a mis papas
hoy me marcho
y no se cuando volveré a regresar
no me esperes mas
no os quiero ver mas

Huyo porque estoy cansado
agobiado de actividad
busco un sitio donde nadie me controle
y este en paz
no me esperéis mas
no os quiero ver mas

He bajado las escaleras
y ya estaba en el portal
y he pensado que donde estoy
no es donde quise llegar
pero puedo cambiar
lo voy a cambiar

Y aquí estoy como un esclavo
pero otra mentalidad
aguantando el tirón
que me ha tocado aguantar
pero puedo cambiar
lo voy a cambiar

Celtas Cortos. "Aguantando el tirón"

jueves, 9 de diciembre de 2004

La caseta de los camineros

No me he olvidado, ni he arriado mi bandera. Simplemente ha habido congresos,...
...puentes, días lánguidos que hemos dejado pasar. Pero seguimos en la brecha, un año más viejo, una raya más para el tigre.
Todos los días, cuando vengo a trabajar, tomo una carretera comarcal de las de antes, sin arcenes, dos carriles y un tráfico infernal. Llevo 4 años pasando todos los días. Ahora, el ayuntamiento de Burjasot ha decidido doblar la carretera y hacerla de 2 carriles para cada sentido. No es que el sentido común se haya impuesto y decidan hacer las cosas bien; más bien la especulación urbanística. Se ha construido mucho por allí, hay unos megacines y necesitan buenos accesos para vender.
¿Y por qué cuento este rollo? Porque a la orilla de esa carretera, en el último tramo que queda por doblar, hay una caseta de camineros. Casa, porque ya tiene algo de entidad. Estaba abandonada, desde aquellos tiempos en que la red de carreteras se mantenía por familias y gente que vivía en esas casas y conservaba las carreteras en perfecto estado de revista. Trozos de la historia reciente de España. Nuestras carreteras están aún plagadas de esas casas de peones camineros. Subsisten las que han quedado en vías que no se han ampliado, por desvíos, desidia u olvido. Y queda ésta. Sigue ahí, manteniendo su derecho a existir sobre 500 metros de carretera. Ya le han derribado el jardín trasero y el delantero (¿cómo se llamará ese terreno que hay ante la casa?). Pero la casa permanece allí, impasible el ademán.
Le queda poco de vida, me temo. Ciertamente es una casa algo inútil, y entorpece el progreso, como dirían muchos.
Pero duele. Duele como se borra la historia, la pequeña y consuetudinaria, y el esfuerzo de mucha gente durante muchos años, gente desconocida que con tanto esfuerzo, quizá vano, llevó este desgraciado país adelante.
Hoy va por la caseta de los camineros. Que el que tuvo, retuvo.

martes, 30 de noviembre de 2004

Insultos

Desde que mi mundo es mi mundo (o desde que existe esta inicua universidad) soporto una sere de insultos...
...sistemáticos con estoicismo, pero nadie me obliga a que los acepte, o a que los justifique.

Mi mala elección de señor hizo que, hace tres años, esta vil y menguada, ruin y cobarde, etc. etc. me dejara a la luna de Valencia. No había suficiente dinero para estabilizar a un profesor con 5 años y medio de servicio. No obstante, todas las semanas me llegan folletos, libros, invitaciones, prospectos, panfletos publicaciones, revistas, carteles calendarios, cedés y demás objetos promocionando las bondades de esta universidad, cursos de canto, jornadas para la defensa de la homosexualidad del jilguero aborigen o concursos de piragüismo. O subir al Everest, si se tercia.

No, si dinero no hay, pero para tontadas...Luego quieren agradecimiento.

Por ese precio, sólo tienen mis servicios, Que, como dije, la lealtad y el agradecimiento es algo que no se compra, sino se otorga.

Tarde o temprano, Dios da en sus clavos. Voy por un casco.

Tocando fondo

Hay caídas que duran una vida. Pienso que, en la mayoría de las veces, es algo inevitable. En un planeta macilento, moribundo, con 8000 millones de personas, no hay sitio...
para todos.

No me refiero a espacio físico, me refiero a la ley de los grandes números. Sólo cabe un porcentaje de famosos, de ricos, de exitosos, de genios, de suertudos...El resto, por muy bueno que sea o por muchas cualidades que posea, se ve relegado por el azar (y algo más) a la sentina del planeta. A esa masa pegajosa que se proclama mundo.

Pues nada. Ahí estamos. Sólo nos está permitido alcanzar las más altas cotas de la miseria. Peleamos por migajas, pero, al fin y al cabo, hay que pelear por algo. Mejor morir peleando que morir.

Puede que sea importante darse cuenta de esto. Darse cuenta de que uno va cuesta abajo en la rodada, y que puede hacer algo para parar. O no. Que nuestro destino puede ser rodar y rodar. Nadie sabe.

Me estoy cansando de caer. Cansando de no llegar donde me había propuesto. Quizá despierto la envidia en quien me ve desde fuera, pero yo no estoy contento.

Y últimamente he decidido detenerme, estabilizarme y dar un par de pasos en otra dirección. Está claro que así no puedo seguir. Esto va a llevar esfuerzo y constancia, algo de lo que carecemos los perezosos. Pero prefiero morir luchando.

Qué difícil es, cuando todo baja, no bajar también

lunes, 29 de noviembre de 2004

Culpable (Everwood)

Me declaro culpable. Bien es cierto que, en mi vida social, siempre ando un poco cruzando el filo de la navaja. Alego razones prácticas, es más fácil pedir perdón...
..que permiso. Pero hoy no me refiero a eso.

Me refiero a esos muertos mal enterrados con los que convivimos todos. Y digo mal enterrados porque, aunque indudablemente los mataste (los matamos, que cada uno mata a los suyos, y pobre del que no lo hace, porque ellos, a la postre, acaban matándote), al final vuelven, siempre en los peores momentos, lacerándote grises y ávidos de tu negra sangre. Yo no sé por qué ahora, en estos tiempos inciertos, está tan mal muertos. Yo no sé, mi gran duda es ésa, si en otros tiempos también ocurría. Supongo que sí, eso se averigua leyendo. Aunque no había tantos. Antes, cuando el mundo se vestía por los pies, daba tiempo a meditar, a macerar, a enterrar, a justificar, a convivir con los fantasmas de tus muertos. Ahora, en esta sociedad prefabricada, ilusoria, indolente, donde todo es inmutable y perfecto y el mundo real es un tren que se aleja en lontananza, todo ya pierde sentido. Hasta los muertos. Hasta los vivos.

Hay muchos tipos de muertos, ya me entienden. No me refiero a muertos físicos, aunque ésos también valen. Me refiero a sueños, quimeras, amigos y conocidos que cayeron a tu lado, quizá por tu culpa, quizá no; amores, odios, pasiones desatadas en el ignoto océano de los corazones desfallecidos. También errores. Errores de esos que en las noches titilan suave, metálicamente, mientras desgarran tu costado. Errores minúsculos, nimios, garrafales, capitales, pecados originales y veniales.

Ayer me asaltaron sueños. Sueños a los que en su día renuncié, asumiendo que el error estaba en mi interior, que viajaba conmigo tan oneroso bagaje. Acepté el hecho de que mis sueños eran inalcanzables, o se alcanzaban con costes inasumibles, o eran montruos, vástagos del sueño de la razón.

Pero no he dejado de estremecerme cuando contemplo alguna imagen, algún libro, algún rostro que me hace añorarlos. Renuncié a muchos, demasiados de ellos; ahora ya son físicamente inasequibles. La nieve, la soledad, las historias y aventuras que jamás llevaré, principalmente por cobardía.

Los muertos mal muertos, los sueños enterrados, todos causan dolor. Yo, en mi caso particular, fijé un umbral de dolor que podía soportar, una cantidad y calidad de muertos que podía albergar en mi cementerio interior. Convivo con ese dolor, que te consume a tus espaldas fiero y sordo. Aunque hay noches, hay días, hay años, que tu organismo está débil, o es la tristeza, o son los recuerdos; o simplemente paseas por tu cementerio, por el cementerio de todos, y ves todos los sueños que has ajusticiado, y adviertes que conoces a mucha, demasiada gente en las lápidas. Entonces el umbral de dolor se supera, se embotan los sentidos, los instrumentos, la vida toda.

Ayer vi Everwood en la tele. Aún no he aprendido a enterrar bien a mis muertos.

P.D.:Culpable también es el título de una canción de Los Secretos

miércoles, 24 de noviembre de 2004

Día de transición

Bienvenido a otro día insulso de mi triste vida. Hoy no ha pasado nada, salvo el tiempo de azogue que nos corroe las entrañas. Reuniones, tareas y afanes que no han llevado a nada durante esta mañana.
Ni una sola idea seria, sólo esa sempiterna, perenne, ubicua y omnipresente sensación de no hacer nunca nada, de estar a la deriva en un infinito océano sin sistemas de referencia; bogas y bogas y el horizonte es siempre el mismo.

Me pregunto si arribaré alguna vez a algún puerto

martes, 23 de noviembre de 2004

Dónde estábais

Dónde estábais

P.D.: Parece que lo de la radio se va a arreglar, si no a arreglar, al menos terminará. Seguiremos informando.

Dónde estabais dónde estabais
En los malos tiempos
Cuando ni gritando conseguí
Hacerme oir la voz
(Dónde estabas)
Dímelo como el resto
(Vamos dímelo)
Olvidas con facilidad...

130 noches recordé
Tu cara de angel
130 dias lamenté
No poder oir tu voz
(Dónde estabas)
Dímelo como el resto
(Vamos dímelo)
Olvidas con facilidad...

Ahora es fácil todo es fácil
Me basta un susurro
Para que de mi mano comais
Como haría un perro fiel
(Dónde estabas)
Dímelo como el resto
(Vamos dímelo)
Olvidas con facilidad...

(La unión)

Solidaridad

Si es que lo ponen a huevos, como diría Reverte. Esta vez ha sido el correo electrónico. Me escribe alguien de esta ínclita universidad, pidiendo su apoyo a una...
...profesora que, según él, en las pasadas elecciones, tuvo un problema por ejercer su libertad de expresión y ahora se las ve en un juzgado. La solidaridad bien entendida. Me echo mano al bolsillo y compruebo que mi fiel navaja sigue allí. "No me abras sin razón ni me cierres sin honor". Solidaridad.

Cuando esos "progres" universitarios llaman a la solidaridad me asaltan muchos, demasiados, viejos fantasmas. Recuerdo hace 3 años, en plena vorágine LOU, cuando esos progres, junto con los sindicatos y el equipo rectoral, sembraron de iniquidad, de defección esta santa casa. Sólo el solitario es solidario, dijo alguien; no tiene sentido, salvo la eufonía, la sorpresa de esa suerte de greguería agazapada.

No deseo el mal para nadie, como regla general. aunque no niego que hay gente que merece castigo, y que no todo el mundo es respetable, y que hay gente a la que le pegaría un tiro y me quedaría más ancho que largo. Pues como decía, a esa mujer no le deseo ningún mal; juicios tengas y que los ganes. Pero eso de la solidaridad me la trae al más riguroso fresco. Que cada palo aguante su vela. Porque ya hace tiempo que mi palo ha tenido que aguantar tempestades, de las de un par, de esas que te dejan desarbolado y descorazonado y agotado y renegado y resentido y vencido y desfallecido; y mucha solidaridad y muchas gaitas y en esos momentos te quedas más solo que la una. Con todos esos progres enciendiendo los putos mecheritos y diciendo paz y amor mientras a ti te dan las tuyas y las de un bombero. En esos momentos estás solo. Si me apuran, sólo acuden cuatro despernegados como tú, que alguna vez te llaman amigo y que están ahí, aunque sea a regañadientes.

Así que por mí a esa buena señora le pueden ir dando. Que a fin de cuentas, todos tenemos lo que nos buscamos y nos merecemos. Incluso yo, Incluso tú

lunes, 22 de noviembre de 2004

Hoy la vi

Esta semana pasada estuve en Barcelona. Barcelona tenía una magia especial, una magia que se deshilvanó......poco a poco, hace 7 años, de una forma lamentable y triste. Allí vivía, vive una mujer, Carlota, de la que guardo muy buenos recuerdos. Hace 7, 8 años que no la veo. Cometí errores con ella, errores de esos que no terminas de pagarlos nunca, errores que causaron mucho dolor en demasiado frentes. Heridas abiertas, que no cerraron, que no cerrarán nunca, que en noches insomnes relumbran con una luz macilenta, mortecina, ajada, dolorosa.

Muchas veces pienso en llamarla, simplemente para preguntarle cómo le va. Pero todo esto ya no tiene sentido, al menos en mi parecer. Abrir viejas heridas no es agradable. Y no a mí, con el alma hecha jirones y surcada de abruptas cicatrices, sino a ella. Creo que no debo.

No obstante, en Barcelona, paseando por el barrio gótico, tenía una esperanza contradictoria de verla por casualidad y poder preguntarle: ¿qué tal te va?

Estuve una tarde interrogando caras entre la multitud sin conocer a nadie.

Fue mejor así. Mucho mejor. Pero aún sigo preguntándome que es, que fue de ella. Porque me siento culpable.

"Hoy la vi"


Hoy la vi,
la nostalgia y la tristeza sulen coincidir.
Se rompieron mis esquemas,
después comprendí
que si ahora estoy así
es por que hoy la vi.

Y aunque no lo siento
luego no pude dormir,
y las puertas del recuerdo cedieron al fin
y aquel miedo que sentía hoy vuelvo a sentir.

Hoy la vi,
han llovido quince años que sobreviví
yo creía que sabía y nunca aprendí
que si ahora estoy así es por que hoy la vi

Hoy la vi,
y aunque no lo siento luego no pude dormir
yo creia que sabía y nunca aprendí
que si ahora estoy así es por que hoy la vi.

Quisimos incluir la última canción compuesta por Enrique Urquijo. Había dos posibilidades, que la cantase yo o utilizar la voz de Enrique que había sido registrada en una maqueta. Hoy en día, hay aparatos domésticos que ofrecen la calidad suficiente. Nos gustó tanto que está tal cual la había grabado. Nos parecía bien como parte de su legado... Es una canción que había compuesto unos quince días antes de su muerte.(Álvaro Urquijo)

jueves, 18 de noviembre de 2004

En Barcelona

Estoy en la habitación del hotel, en las playas de Barcino, junto al mar, como don Quijote. Ayer fue una noche larga; hoy el hotel y Barcelona se han reconciliado conmigo. Hasta ahora, nunca me había gustado esta ciudad, según Pili por prejuicios; anoche, ...su visión desde el coche me hizo volver a recordar viejos sueños, antiguas heridas, de ésas que nunca, nunca cierran, y que anoche brillaron con mucha fiereza.

No tengo muchas ganas, ni mucho tiempo, pero me mantengo en pie. Sigo muy, muy desenfocado, necesito centrarme, ahora con caracter de urgencia. Algo no va bien en mi cabeza. No sé si es la radio, mi desmedida ambición, la falta de vacaciones, el ambiente profesional enrarecido o el miedo, que se huele a distancia.

En fin. Nos vemos. Hasta siempre, Barcelona.

miércoles, 17 de noviembre de 2004

Totalmente perdido

Ahora sí. Llevo dos semanas largas en las que soy totalmente incapaz de ordenar y controlar mi cabeza. Parece que esté completamente loco, un demente que olvida absolutamente todo y que no se fija...
... en detalle alguno. Empieza a preocuparme. Ya no sé si será el alemán ese, Alzheimer, o es que llevo demasiados tajos a la vez, demasiadas preocupaciones, demasiado para Gálvez. Pero esta vez no puedo soltar lastre, me va la vida en ello. Además, hoy me voy a Barcelona. Hubo un tiempo, mejor obviamente, en que esto era motivo de alegría; hoy es una raya más para el tigre que todos llevamos dentro, tigre tan cargado que a veces se hunde bajo su propio camuflaje. Si acabamos de volver de Santiago...

Santiago. Ciudad universitaria, bella y subyugante. Allí volví a encontrarme con fantasmas de sueños que cayeron en el pasado, con esa vida que tanto soñé, y que algunas noches rememoro, soñándola voluntariamente, buscando a la Maga de Cortázar entre el humo de los cafés y los cantantes con guitarras afiladas como lenguas.

Dejarlo todo. Empezar de cero. Perseguir un sueño. Lo hice una vez y lo estoy pagando todavía, hay errores que nos lleva toda una vida pagarlos. Aún así, volvería a hacerlo.

Lo dicho, se me va la cabeza de forma preocupante.

martes, 16 de noviembre de 2004

Se me va la cabeza...

Ya no sé lo que iba a escribir, tenía un mensaje tan bonito esta mañana, y el estrés y la ansiedad han podido con él.

lunes, 15 de noviembre de 2004

Vuelta a casa

Noviembre es un mes de viajes, de congresos, de una paulatina vuelta a los tiempos de clases, a las noches tempranas y al frío que antecede al invierno. He vuelto de Santiago de Compostela, ...
...he pasado 4, 5 días en una tierra de ensueño. Lástima que no apareciera la lluvia en Santiago, pero no estuvo mal.
El congreso, como siempre, no hace más que evidenciar mis virtudes y mis carencias, pocas las primeras y muchas las últimas, pero el tiempo sigue pasando y yo sigo igual, demostrando que sólo son capaces de cambiar las grandes personas.
A veces me daban, me dan en general, ganas de quedarme en un sitio de los que aparecen en mis sueños, como Santiago, y empezar de cero, otra nueva vida, enfocándola de un modo totalmente diferente. Soy demasiado cobarde para eso; ya tuve posibilidades de hacerlo y nunca lo hice. Pero siempre me da por soñar.

miércoles, 10 de noviembre de 2004

Hasta el lunes

Hoy me voy a Santiago de Compostela. Motivos laborales, pero no me hace demasiada ilusión. Al final, siempre que acabo yendo de viaje, por mucho que me paguen los gastos, me cuesta más que si me quedo en casa. Soy tonto....
...

Con respecto de mi declaración de intenciones, ya voy incumpliendo cierto términos. Habrá que estar más atento.

Y hoy tengo la cabeza un poco vacía. Los viajes no me sientan nada. Sigo con mis pensamientos, de que estoy en un fracaso tras otro. Quizá esto no le parezca tal a quien ve los toros desde la barrera, pero para mí, que aspiraba a algunas cosas indeterminadas, esto me sabe a derrota y a fracaso. Sólo sé que donde estoy no es donde quería estar. A lo mejor es porque estoy en Ítaca.

Si os habéis dado cuenta, ya no hablo de la radio. Sigue ahí, como Chechenia, una guerra enquistada, en estado estacionario. Sigo haciendo mis movimientos, pero ahora estoy, de manera intencionada, en compás de espera. No obstante, sé de buena tinta que esto no va a acabar bien.

martes, 9 de noviembre de 2004

Quien siembra vientos...

Hoy iba a empezar hablando de cómo las derrotas hacen a los hombres fuertes si no los matan (o si no son unos irresponsables inveterados como yo), pero ......una noticia en El Mundo ha hecho que cambie de idea.

Obviamente pensar únicamente en los votos trae consecuencias como ésta. Y otras peores, a las que nos vamos a ver abocados en unos 15 ó 20 años.

Hay por ahí un físico, Antonio Fernández Rañada, que como todos los físicos es un poco quijote, y lleva una casi baldía quimera a cabo: solucionar este problema que hay con la ciencia (y la educación, que realmente es la base de un país) en España.

Desde hace muchos años se ha venido abandonando la educación en España. Siempre por motivos políticos, partidistas y nacionalistas se ha hecho prevalecer los mismos ante las personas, ante la realidad y ante el bien común. La cosa ha empeorado sensiblemente, y ahora somos las personas más incultas de Europa. ¿Por qué? Porque la educación en un tema cuyos resultados se ven a 25 ó 50 años vista, así que no dan votos a corto plazo; porque un pueblo ignorante se manipula mejor, y porque la política se ha degradado hasta dejar en ella las heces de la sociedad. Así nos luce el pelo.

¿Y qué importancia tiene la educación, si los más felices son los ignorantes? Pues sí, si pensamos así váyase a ver otra página. Pensemos en países maduros y responsables, cuyo nivel de vida está mucho más alto que aquí. Francia o Alemania. Ellos invirtieron en educación, y formaron a gente que se viste por los pies, que se deja de zarandajas y se dedica a hacer las cosas bien porque lo han mamado desde la escuela, y tienen una base sólida. Y tienen una cultura. A un porcentaje de éstos les da por investigar, y el gobierno , que también es gente culta y honrada, les apoya. Y a otros les da por trabajar, y a otros por pintar, y a otros por dedicarse a la vida contemplativa. Todos tienen cabida porque todos entienden y comprenden a los demás. Los que investigan permiten que se inventen cosas, los ingenieros las fabrican y el país es más rico. Al ser más rico se vive mejor y la vida sube; los sueldos se hacen demasiado altos y no es rentable producir ahí. Así que sacan la producción a países tercermundistas, como España. Pero ellos siguen investigando, exportando tecnología, recogiendo beneficios de esas empresas que han llevado fuera. Siguen conservando su nivel de vida porque tienen la sartén por el mango.

En Villabotijos, España, el clima nos ha hecho un flaco favor. Nos ha hecho irresponsables, despreocupados y aventureros. Cuando empezaron las inyecciones de capital en forma de empresas extranjeras buscando mano de obra barata, o ayudas de la UE, en lugar de invertirlas en crear una sociedad culta y formada que permitiera crear un motor económico, nos dedicamos, gracias a la amplitud de mira de los políticos, a seguir yendo a remolque de los países grandes con la pandereta, las palmas y la bota de vino. Pero esa inyección de dinero ha hecho que los sueldos y la vida suban, y el remolque se ha hecho pesado. Los países inversores se van a Marruecos, Turquía o Indonesia porque es más barato, están como España hace 25 años. Y el remolque se queda ahí, sin motor, gracias a esa clarividencia de los políticos. Algo similar va a a pasar, está pasando con el turismo.

O sea, que se acercan tiempos duros. O remodelamos la educación y lo hacemos de forma inteligente (imposible en España por definición axiomática), o nos vamos al carajo y nos van a dar las nuestras y las de un bombero.

¿La solución? Cambiar la mentalidad y a los políticos. Comprender que la educación y la ciencia son el futuro de un país, son la médula de la economía y la sociedad. hacer un pacto de estado, como lo han hecho para lo que les interesa, acerca de la educación y la investigación a 50 años vista, y seguir caminando despacio con paso firme hacia el futuro.

Pero eso, en España, es imposible. Definitivamente, si pudiera me iba a otro país.

lunes, 8 de noviembre de 2004

Saludos

El viernes no pude conectarme en todo el día, así que perdí todas las ideas que tenía para entonces. Tengo claro que debo cambiar mi actitud, o al menos mi comportamiento, ya que la actitud derrotista la veo más difícil de cambiar. Voy a lanzar una declaración de intenciones, a ver si salgo de esta caverna.

Declaración de intenciones


  1. No perder tanto el tiempo en tonterías como ésta. Como máximo, una hora al día.
  2. Leer una hora acerca de cosas no relacionadas con mi trabajo.
  3. Leer una hora acerca de cosas nuevas relacionadas con mi trabajo.
  4. Aprovechar el tiempo.


¿ lo cumpliré?

miércoles, 3 de noviembre de 2004

Se acabó el colchón

Ahora retomamos de nuevo el pulso que nos hace latir con más o menos fuerza. Hoy es un día triste, como casi todos. El mundo podía ir a mejor, pero no lo hará: parece que Bush seguirá al frente de la Casa Blanca. Definitivamente, no hay vida inteligente en el universo.

Entre las cosas que siguen mal, mi fabulosa radioAmedida sigue en manos usurpadoras, con mi consentimiento. Ha caído la música personal del navegante, y parece que esto no es sino el principio. Espero que el tiempo, o Dios, o quien sea ponga a cada cual en su sitio.

Y yo sigo completamente desmotivado, desenfocado como dije tiempo ha. Pensando en las musarañas, en la mona de Pascua, sin objetivos. Tengo que hacer un examen de conciencia y empezar a poner orden. Me estoy tracionando, y eso lo puedo pagar caro. Veremos cómo salir de ésta. Creo que mañana o pasado (porque mañana tengo médico) habrá una declaración de intenciones.

Siempre he sido un lobo solitario. Ahora estoy que muerdo.

martes, 2 de noviembre de 2004

21 de mayo de 2004. "ZP"

Pueden pensar (la verdad es que importa un bledo) que con estos rollos de la igualdad, justicia y libertad soy un izquierdista revolucionario. Nada más lejos de la realidad.

Cuando gobernaban los sociatas, quise que ganara el PP y acabara con la corrupción. Cuando ganaron, quise que sacara la mayoría absoluta para que los catalanes dejaran de ningunearlo, cuando gano el PP con mayoría absoluta, quise que ganara el PSOE.

Contradicción.

Creo que es de dominio público que un político honrado es una contradicción en términos. Ninguno entra ahí por el bien de sus semejantes, sino por medrar a costa del sudor y el esfuerzo de otros. Si entra alguien de buena voluntad, el sistema se encarga de corromperlo o destruirlo.

De todas formas, hay algo en ZP que me da esperanza. No me considero socialista, pero ha devuelto algo de ilusión, cordura y sentido común al gobierno.

Lo bueno dura poco, y es inevitable que empiecen cuesta abajo en la rodada y la caguen y acaben siendo como todos, los de antes y los de ahora, que acaben siendo como siempre son.

Me equivoqué una vez. Si de verdad quieres saber cómo es un hombre, dale poder.

Quizá esta vez ZP nos sorprenda.

Quizá algún día en algún lugar, algo salga bien. Me va haciendo falta.

P.D.: El lápiz es más poderoso que el puto huevo

jueves, 28 de octubre de 2004

21 de mayo de 2004. "Juan Nadie"

De vez en cuando uno busca consuelo a toda costa; cada día cuesta más encontrarlo. Pese a mi odio a toda clase de religión, no dejo de reconocer que es asidero y tabla de salvación cuando las desgracias arrecian. Conozco a muchas personas a las que sólo la fé (sí, con acento, ¿qué pasa?) les ayuda a sobrellevar esta perra vida

Dios me libre de aferrarme a religión alguna; aunque algunas veces necesito una buena dosis de soledad, un fuego crepitando a la diestra mientras, sentado en una silla con un vaso de vino en la mano, con mirada extática y entre penumbras, paso recuento a las heridas y los errores y de nuevo la bajada a los abismos antaño hollados surta efecto como inefable catarsis.

Pero lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible. Viernes, 8 de la tarde, ya hace 12 horas desde que llegué a este deprimente despacho; recién acabadas mis prácticas mientras todos los demás están en actos protocolarios, con egregios próceres ahítos de vanidad y pugnando por salir en la foto. Otro leño de hipocresía a la hoguera de las vanidades.

Tengo claro que soy un resentido, un rencoroso y un vengativo; ya dije que trabajo por dinero, como cualquier puta o mercenario que se precie, pero no me negarán que todo esto es apacentarse de viento, O, como diría Reverte, "cogérsela con papel de fumar".

También tengo claro que he perdido el norte, sin aguja de marear, y falto de carena voy achicando agua mientras a duras penas capeo temporales o presento batalla. Me queda el parco, ilusorio consuelo, de que al menos sé lo que me pasa, y de que es cuestión de tiempo el que un día me levante por la mañana y ponga remedio a todo esto.

Y aún así a veces tengo la debilidad de tener esperanza. De soñar. Si no conocen a Frank Capra, déjenme decirle que fue un sensiblero director de cine, que bordó de las más primorosas telas de la historia del cine. De memoria, que cada vez falla más por culpa de esta bilis agria y verdosa y de mis espumarajos de rabia por la boca, hay que ver "Caballero sin espada", "Qué bello es vivir", "Un gangster para un milagro" o "Juan Nadie".

Permítanme que les destripe Juan Nadie: una periodista espabilada a quien su jefe ha decidido echar del periódico inventa en la desesperación una carta, atribuída a Juan Nadie (John Doe), que dice que va a suicidarse en Nochebuena, ya que este mundo corrupto y deleznable no vale la pena. El revuelo que causa es mayúsculo. Obviamente, esa exclusiva le permite conservar el puesto de trabajo, pero hay que buscar un hombre de paja que interprete el papel. Al final encuentran un mendigo, fracasado y hastiado y asqueado de la vida, que interpreta el papel de conciencia social.

Pero poco a poco se da cuenta de que vive el papel, de que el mundo es injusto por culpa de unos pocos y de que esta sentina a la que llamamos Tierra sería un poco mejor con sólo poner algo de nuestra parte. Y lo dice. Y el pueblo (falaz ilusión) despierta y se moviliza y aparecen infinidad de clubes de Juan Nadie que deciden hacer este puto mundo un lugar un poco más amable. Pero eso no conviene al poder, corrupto e inicuo. Y cae a los infiernos de la manera más atroz. El resto, véanlo ustedes mismos.

A veces me da por soñar, soñar que un Juan Nadie va al Congreso de los Diputados o a la televisión, y habla en nombre de los 40 millones de Juan Nadies que poblamos esta maltrecha, desagradecida, fratricida tierra. Y dice verdades como puños, que golpean los enormes caparazones sin corazón de políticos y prohombres; inútil golpe. Pero el resonar de esa campana de odio y egoísmo despierta uno a uno a todos los Juan Nadie, y como una única conciencia salen a pedir cuentas a esos usureros de la vida, y exigen responsabilidades, e imparten a cada cual su dulce némesis. E instauran un gobierno del sentido común y de la justicia, y damos, de una vez por todas, un par de pasos adelante en la historia.

A veces me da por soñar.

Nos vemos

martes, 26 de octubre de 2004

15 de marzo de 2004. "Investigar en (Vivir en, Morir en...) España"

Tengo muy claro que África empieza en los Pirineos. Decía el tío Eduardo que "España es el país más rico del mundo; con lo que roban, y nunca se acaba". Es más: vamos adelante.

No obstante estoy condenado a vivir en España. y aunque nunca creí que lo diría, y lo digo de corazón, cada día me dan más ganas de irme a vivir a algún país nórdico, lejano, serio y civilizado. Es que estoy hasta los huevos, ¿sabe usted?

En esta pobre piel de toro a mí me dio por seguir mi vocación en un país mediocre y dedicarme a investigar.

Pero luego están todos esos jerifaltes, politicastros y gobernantes (con b de burros), a los que se les llena la boca (¿he dicho boca? Quería decir bolsillos) con todas esas palabras y esos planes quinquenales y esas inversiones en investigación y lo buenos y cojonudos que somos y cómo recuperamos todos cerebros perdidos y se les hace la entrepierna mantequilla.

Y la realidad, en la que yo, pobre y triste profesor de universidad me veo inmerso cada día, es otra. Instalaciones viejas y deficientes, investigadores trabajando 50 y 60 horas semanales (mientras otros investigadores trabajan 5 y 6 semanales: total, es sólo un orden de magnitud), sin dinero, mientras la burocracia les ahoga y hace que se pierda dinero y recursos que vuelven al estado por la parte de atrás, mientras se roba a manos llenas desde arriba, y desde abajo se mendiga y se lucha como se puede. Donde se investiga para publicar, para que no te tiren, y no se publica porque se ha investigado, donde no hay planes de investigación básica, donde no hay investigación a largo plazo. El ejército de Pancho Villa, vamos.

No es que arrime el ascua a mi sardina, que no soy de esos (todavía: que Dios no me dé, pero que me ponga donde haya). Pero un país que no investiga y sanea su cerebro está condenado a depender tecnológica y económicamente del exterior, está condenado a sufrir los vaivenes de las crisis de la manera más amarga y está condenado a ser un pelele del mundo. Spain is different! Lasciate ogni speranza vopi ch'entrate! debía ser la frase que pusiera a las puertas de la universidad. Para estudiantes y para investigadores.

No hay nadie que entienda, y eso es un problema de incultura, que la ciencia es la base de la economía de un país. Y no es algo que se arregle de hoy para mañana. Las potencias mundiales llevan desde la segunda Guerra Mundial invirtiendo en gente que busca el sexo de los ángeles; quizá eso no sea rentable a cuatro años vista, que es el horizonte mezquino que se ponen los políticos. Pero con seriedad, dos dedos de frente y constancia la investigación revierte en la industria, y todo empieza a tirar adelante.

Nunca iremos a ningún sitio. Yo lo tengo claro. Y ahí asumo mi parte de culpa e incompetencia, sobradamente demostrada. Si valiese algo, que no lo valgo, no estaría donde estoy.

Un saludo

lunes, 25 de octubre de 2004

15 de marzo de 2004. "RTVE"

Ya hacía tiempo que no me ponía a esto. Las tres siguientes historias (RTVE, Investigar en España y Juan Nadie) están pensadas desde hace mucho tiempo. La última (ZP), se debe a la victoria de Zapatero en las elecciones. Pero vamos a lo que vamos, que el tiempo apremia.

Hace algún tiempo estaba yo viendo una película en TVE1. Empezó a eso de las 10, y me acostaba a la una y media de la noche, con los ojos como platos y un cabreo del 12 porque al otro día tenía que venir a trabajar.

Y el cabreo venía porque no cabía (ni cabe) en mi cabeza que una cadena de televisión pública, con dinero de todo este lupanar que se llama España, masacre indiscriminadamente con publicidad a los sufridos contribuyentes que quieren un rato de solaz y esparcimiento. Y manda testículos que, a la vez, y en cadenas privadas que económicamente se mantienen ellas solas (a mi corto entender), las películas acabaran antes, con menos anuncios. Algo huele a podrido en Dinamarca (Hamlet)

Pero entonces piensas algo más, sólo un poco. Y es que a mí me la trae totalmente al fresco el que la televsión esté manipulada y sesgada y no se pueda ver un telediario objetivo e imparcial: son los inconvenientes de vivir en África. Y eso debía exigírsele como mínimo a una televisión decente de un país decente, aunque no se da ningún caso. Y digo que me trae al fresco porque considero que tengo madurez o irresponsabilidad o cuajo para no ver en esa cadena nada que tenga que ver con la opinión de las personas. La utilizo sólo para ver algo que me haga olvidar que somos la primera potencia africana.


Pero ver cómo siembran las películas de publicidad sin medida, cómo esparcen la telebasura hasta el infinito y más allá, cómo contratan series excelentes (y carísimas) que relegan al olvido o al ostracismo en horas intempestivas (Urgencias, Doctor en Alaska, Dos metros bajo tierra, Everwood y sigue la lista), hace que se me caiga el alma a los pies. O de como invierten cantidades astronómicas en series o programas deleznables (Ana y los 7, Paco y Veva) o estropean buenas ideas (como la de Historia de España) con argumentos aburridos, partidistas y miserables. Cada vez que pienso en RTVE, o en esta universidad a la que aprecio en su justa medida, me vienen a la mente las palabras de Alonso Quijano el bueno al vizcaíno (si no recuerdo mal); " Ruin y cobarde, vil y menguado, mezquino y miserable, la muy hideputa puta que te parió"

Un saludo

jueves, 21 de octubre de 2004

Robin Hood

Saludos. Como veréis, estoy rehuyendo de mis obligaciones, y ahora sólo me sustento de antiguas entradas. Mi estado general es el de siempre: descentrado.

Estoy pensando en crear una galería de imágenes para entretener al personal. Algo no inmediato, así que voy poniendo algunas que encuentro o recuerdo. Aquí está Robin Hood
.

12 de febrero de 2004. "Tristeza"

Estoy en mi casa, escuchando a Labordeta y a Serrat. Quizá por eso el asalto de la tristeza ha sido incontenible, y ha tomado poco a poco todo lo que me rodea. Seguro que es eso. Llevo unos días algo perdido (ya quedamos que estaba descentrado y desmotivado). Llevo unos días peleando por montar una empresa y establecer una cabeza de puente en otro lado, ya que esta universidad menguada ya no puede ofrecer apenas nada, y mucho menos motivar. Supongo que es cosa de tiempo, pero estoy echando tiempo y fuerzas y caudal en preparar una vía de huída. Debe de ser la vida; hasta ahora apenas si tenía vislumbre de ella. LLevo dos meses bregando entre abogados, asesores, notarios, empresarios, banqueros, políticos y demás gente de baja estofa y peor condición. Me doy cuenta de que, por regla general, como denominador común, suelen ser gente egoísta, altanera y más corta que la manga de un chaleco. Me he dado cuenta de que este país no va a ningún sitio con esta actitud. Jamás había visto mayor falta de cultura, civismo e inteligencia. En fin. Lo digo muchas veces: no me molesta que me tomen el pelo, pero me cabrea mucho que se crean que soy imbécil. Pues eso, que aquí estoy, embarcado en una empresa que, a quien se lo cuento, no me lo dice pero cree que estoy condenado al fracaso (tampoco lo cuento todo); allá donde voy me encuentro con inútiles apoltronados que sólo piensan en su beneficio y que te chupan la sangre mientras tienes que ir revisando sus pasos porque ni saben lo que hacen ni les importa; también me encuentro con gente que me torpedea a mis espaldas y me trata con desprecio, dándome por acabado aun antes de empezar.

Esta tierra es Aragón, eso canta ahora Labordeta. Y como buen aragonés soy cabezón y empeñado, y voy a volver victorioso de África o moriré en el intento. Cada vez me lleva más la rabia de este país cainita y menguado, desde sus instituciones hasta sus más humildes gentes. Estamos abocados al fracaso más grande, a la incultura más vergonzosa y aún así seguimos engreídos y altaneros, indolentes y displicentes.

Muchas veces, cada vez más, me dan ganas de tomar mi mula, mi hembra y mi arreo y seguir el camino del pueblo hebreo, que esta tierra está enferma y no esperes mañana lo que no te dio ayer (Pueblo Blanco, de Serrat). Irme a un lugar del norte de Europa, con gente culta, civilizada y responsable que sabe al menos dónde está su mano derecha. Aunque dudo de que me acepten.

Pronto os contaré en qué consiste mi invento, mi fallido intento de ser socio capitalista, y cómo va.

Hasta entonces, seguiremos luchando como podamos: tarde, mal y nunca.

Un saludo

martes, 19 de octubre de 2004

27 de enero de 2004. "Descentrado o desmotivado "

Robo algo de mi escaso tiempo al trabajo, parte fácil, y a las preocupaciones que me asaetean, algo más complejo. Repaso la conversación con un buen amigo que trata de compadecerme y animarme a no rendirme en esta guerra que tan maltrechos nos tiene.

Al final convinimos en eso: que estaba descentrado y desmotivado. Aunque es inevitable que acudan a mi mente multitud de palabras que comienzan por de-: decepcionado, desmoralizado, desubicado, defeccionado, deslocalizado, desfocalizado, destrozado, desfallecido, descorazonado.

Sé muchas cosas. Sé que todo esto sólo se puede cambiar desde dentro, pero en estos momentos no me veo con fuerzas o ánimos suficiente para sumergirme en esa sentina y bregar a su nivel, rodeado de excrementos y fétidos y malolientes seres. Mis sentimientos son ahora acabar con ellos a cualquier precio, sin piedad, a sangre y fuego, causando todo el dolor que soy capaz de imaginar.

También sé que así no se llega muy lejos, y siguen activas unas cuantas normas básicas que permiten la subsistencia, mientras vamos cauterizando las heridas. Heridas que no cierran nunca, que brillan en la oscuridad. Seguimos buscando razones para seguir adelante en este viaje, a bordo de este barco renqueante y apedazado que a duras penas se mantiene a flote y del que dudamos que aguante muchas tormentas más. Tan sólo esas cuatro normas básicas que garantizan la supervivencia: cargar, apuntar, disparar y cubrir la espalda. Por ahora no hay nada más.

Viajo en solitario, intentando encontrar en la rutina un asidero para llegar al otro día, intentando recopilar todas las razones en un montón con masa suficiente para comenzar una nueva era. Pero lo recalco de nuevo: viajo en solitario. He abandonado cualquier compromiso con aquellos que nos traicionaron, que rompieron ese acuerdo moral que nos ligaba. Somos simplemente mercenarios que vendemos nuestros servicios al mejor postor. He renunciado a cualquier expresión social o democrática con personas y entidades que carecen de honor. Tan sólo mantengo aquéllas a las que me ligan deudas de honor o amistad, que se han ganado a pulso durante años cuajados de batallas.

Estamos a la espera de que cierren las heridas; estamos simplemente manteniéndonos a flote, cerrando vías de agua, reparando el velamen y las cubiertas y la artillería y refugiándonos en la rutina y la monotonía, a la espera de que el tiempo cierre las heridas. En ese momento, espero, estaremos dispuestos a tomar la iniciativa y a comenzar de nuevo una conquista titánica de las Ítacas. Hasta entonces, sólo nos limitamos a defendernos con la mayor rabia y rencor posible.

Algún día, en algún lugar, algo saldrá bien.

lunes, 18 de octubre de 2004

Recupero anotaciones de mi cuaderno de bitácora. Pronto se perderán, como lágrimas en la lluvia, así que las consigno aquí, con la esperanza de que pervivan. Como veis, en un año han cambiado muy poco las cosas. Como de costumbre, si algo han hecho ha sido empeorar.

23 enero 2004 Comienza una nueva etapa

Gracias por venir. Acomodaos. Hoy comenzamos a escribir este cuaderno de bitácora, en el que iremos consignando los acaeceres de este nefasto viaje. La primera pregunta es saber cuánto aguantaremos, en todos los frentes. Tras el grave daño sufrido en nuestras últimas batallas nos hemos recluido en lo más ignoto de estos mares que son la vida, a encontrar fuerzas para vengarnos. No habrá piedad, pues no la tuvieron con nosotros.

Así que eso haremos. Escribiremos día a día los avatares de este desgraciado viaje, pues siempre se ve a los hombres de más baja condición en las más desgraciadas situaciones, y rebuscaremos poco a poco fuerzas para seguir.

No garantizo nada, pues la traición y la defección pudo más que yo, y ahora la esperanza no existe. Sólo queda el buen hacer mercenario, unas cuantas reglas que nos permitieron poner a salvo lo justo y ahora sobrevivir con cierta dignidad.

Mercenario. Al fin ha salido esa palabra, que a mí siempre me ha gustado. Me considero un mercenario, y lo soy más desde la traición. Todos somos mercenarios en la vida, incluso somos prostitutas a veces: todos vendemos nuestros servicios a cambio de una soldada, de un salario. El honor y el deber son cualidades que uno otorga, a modo personal, y que estrictamente se pueden vender pero no comprar; hay que ganarlas en la vida, y uno las brinda a quien cree que lo merece o lo necesita, o ambas cosas. Igual ocurre con el respeto. Ahora, tras la traición y la defección, tan sólo presto servicios: han perdido mi respeto y su honor. El mío lo guardo junto con tres palmos de acero para cobrarme una vieja deuda. Deuda de honor, por supuesto.

Hablo de una manera críptica, de manera intencionada. La historia verdadera, real, existe y está escondida en algún lugar, lejos de aquí; saldrá a la luz cuando sea el momento. Hasta entonces, conténtense vuesas mercedes con estas glosas literarias que remedan la vida de pobre manera y paupérrima industria, y disfrutemos de estas charlas a la luz de los hachones y al vaivén del ponto.

A Dios vais.

jueves, 14 de octubre de 2004

Bienvenidos...

...a los que os incorporáis desde mi página personal. Ahora adandonamos tan mal señor y viajamos por libre en blogger.com

Gracias por la visita. Pasen vuesas mercedes y tomen asiento, en torno al fuego del hogar. Empezamos.

Tic tac...

El reloj simplemente anda y yo me dejo llevar por el tiempo. Nada de lo que llevo entre manos ha avanzado lo más mínimo. Hoy me ha tocado bregar en el sinsentido de esta universidad por enésima vez.

Poco que contar, con la esperanza bajo mínimos y la interfaz dura con el mundo. Instinto de protección, de supervivencia. Cuando las cosas van peor que mal, cierro la interfaz amigable/amistosa con el usuario y dedico mi sistema operativo interno RafaOS 35.10 a salvar los muebles. Sin aparentemente motivos de peso, llevo así desde que empezó septiembre. Como los lobos, como los animales salvajes, algo en mi organismo barrunta el peligro...

Echa en falta poner fotos. Para ello empezaré a hacerlas con mi flamante cámara digital. Hay que animar al personal.

miércoles, 13 de octubre de 2004

No hay tregua

Efectivamente. El perro del hortelano ni come ni deja comer. No le puedo vender la empresa a mi actual socio y, según él, ex-amigo, pero tampoco me deja comprar. Me toca pelear de nuevo por algo en lo que he perdido la ilusión, así que apelo al oficio que en su día aprendí.

Me tacha de traidor. Sé que no lo hace con mala fe, pero creo que es incapaz de darse cuanta de sus errores, cegado por la avaricia. Mala suerte. La vida es así, todo el mundo me previno de que esto ocurriría y no lo quise ver. Pero pago el precio. A fin de cuentas, todos tenemos nuestro Nemesis, y tendremos nuestro merecimiento. Sólo espero que sea justo.

En esta guerra, ahora ya declarada, veo dolor, mucho dolor.

Jerry Maguire

Ayer volví a ver esta película de nuevo. No fue nada premeditado (algo a lo que recurro en horas bajas). Simplemente pasaba por allí y nos encontramos. La película y la historia son excelentes. De todas formas, parece que la moraleja es que hagas lo que debes y todo te irá bien en esta vida. Lamentablemente, esto es una cruel mentira. Es muy poético y bucólico todo esto del corazón, los buenos sentimientos y el humanismo, pero a la hora de la verdad, la vida es dura como el sol del verano. En mi vida, he tenido tantos éxitos como fracasos, o incluso más de los últimos. Y el hacer las cosas bien no garantiza absolutamente nada. Lo queramos o no, estamos condenados a la ley de los grandes números, y en esta sociedad no hay sitio para demasiados triunfadores. Es el azar el que muchas veces encumbra a quien lo merece, de entre tantos que lo merecen, o incluso a quien no. El derrumbre es simplemente el complementario.


De esta forma, la esperanza se viene abajo a la cuarta o quinta embestida de la vida. Yo solía decir que había vendido la esperanza, la conciencia y los sentimientos para reparar todos los daños sufridos en aquellos combates. Son todo heridas, cicatrices que surcan el alma de una manera casi indecente. Según qué noches, legiones de fantasmas, de muertos no enterrados, de errores y de derrotas encadenan mi soñar, como dice Gardel. Noches de esas en que oyes todas las horas del campanario mientras cierras los ojos y recuerdas con dolor o rabia ese pasado.


Al final va quedando un poso, entremezclando cinismo y experiencia. A mí por lo menos me queda una especie de manual de instrucciones para tiempos difíciles, escrito por la vida en las murallas que guardan mi maltrecho corazón. Oficio, lo he llamado a veces. Son sólo cuatro o cinco normas, cuatro o cinco reglas que garantizan que te mantendrás a flote en lo peor de la tormenta. Hasta ahora han servido, pero nadie en su sano juicio garantiza que funcionen siempre; hay situaciones desconocidas que no perdonan, nunca.

Uno al cabo termina definiendo unos pocos refugios, indestructibles, donde guarecerse en caso de problemas. "Las instrucciones de Vizzini para casos como éste eran precisas: Volver al principio. Volver al principio y empezar de nuevo" (La princesa prometida). Siempre hay que salvaguardar un lugar para volver. Éste es nuestro refugio.

Postdata: Hoy tiene que responder mi "socio" a mi requerimiento de que venda la empresa o compre mi parte. Son tres meses de tensión y decepción que acabaron por cegarme. Entonando el mea culpa (aparte de que no debí nunca asociarme con él), creo que debí tener algo más de mano izquierda y haber conseguido hacer valer mi idea con suavidad, ya que se hace más lamiendo que mordiendo. Pero no sé, lo reconozco. Una de mis normas de supervivencia diría algo así: Hacer siempre lo justo. Si es posible, con suavidad, pero ante todo, hacer lo justo.

viernes, 8 de octubre de 2004

Hostilidades

Ya os comenté que formé una buena empresa con un mal socio. Lo que comienza mal, difícilmente puede acabar de otra forma que no sea peor.

En su día concebí, ideé meticulosamente y, al final, junto con ese socio, monté una emisora de radio en mi pueblo. Las condiciones iniciales eran: él trabaja y cobra, yo superviso y no hago nada ni cobro, que bastantes líos tengo en esta santa casa. Salimos como un puro cohete, sorprendiendo a propios y a extraños y funcionando a la perfección. Pero hubo un problema: desde mi punto de vista, él se dedicaba a hacer lo que le venía en gana y a cobrar, y a mí me tocó dedicarme a trabajar duro para que las cosas fueran como yo creía que debían ir y a desfacer los entuertos que mi escudero me facía.

Obviamente todo tiene un límite. Me sentí utilizado y no escuchado, mientras él seguía a la suya: a cobrar y a hacer lo que le daba la gana. Para eso, o me quedo solo o me voy. Las conversaciones y discusiones no dieron fruto alguno.

Le planteé que o entraba gente y le ayudaba o yo le vendía la empresa y me iba. Yo llamaría a este momento "comienzo de las escaramuzas". Según mi molesta impresión, este tío hundía la empresa, so pena de que yo estuviera como denodado cancerbero controlando y supervisando todos sus movimientos. Las condiciones iniciales habían cambiado.

Pero el perro del hortelano ni come ni deja comer. La avaricia descomunal, el egoísmo desmedido le hizo pretender seguir cobrando impunemente mientras yo seguía en la sombra controlando los hilos a coste cero. Incluso llamó a su mamá, para que el chantaje emocional surtiera efecto. Se rompió la cuerda.

Hoy comienzan oficialmente las hostilidades. Por mi parte, existe "casus belli". Ahora he decidido venderle la empresa, a él o al mejor postor. O comprar, pero su egoísmo lo enceguece y no le deja, a mi juicio, ver la realidad. Va a ser el rosario de la aurora. Lo veo desde lejos.


Me duele mucho un par de cosas. En primer lugar me equivoqué largamente. Todo ha sido por mi culpa, por creer que él cambiaría y se portaría como un empresario responsable. Por no embarcarme en empresas sólo con aquéllos que tienen lo mismo que perder que yo. Además, un idea que parí, que llevé a cabo y que logré me toca dejarla en manos que, a buen seguro, la hundirán en un tiempo record. Duele que tengas una buena idea y un inútil te la hunda. Por tu propia culpa. Y encima me tratan de traidor, por no mantener el statu quo para que él siga cobrando y se arregle la vida mientras yo coordino todo el cotarro y reparo las vías de agua que me abre cada dos por tres.


Desde aquí le pronostico que va a caer con todo el equipo. Me duele, porque se carga mi sueño y el suyo, y desde aquí digo que él sería incapaz de haberlo montado por sí solo. Y saco un consejo: a medias ni con la mujer.

Gracias por escuchar. necesito hablar con alguien. Y esto no ha hecho más que empezar. Estoy hecho a tragos amrgos, así que uno más...

miércoles, 6 de octubre de 2004

Problemas

Dichoso el problema que viene solo. Mi aventura empresarial se complica, debida a una negligente elección de socio. De todas formas, el egoísmo, la soberbia y la avaricia suelen romper, y quien destapa la caja de los truenos corre el riesgo de verse envuelto en una tormenta de tres pares.

Que así sea.

martes, 5 de octubre de 2004

La gente del alambre

No sé si alguna vez los he llamado así. Son viejos conocidos míos, viejos conocidos de muchos escritores. A veces me gustaría considerarme entre ellos. A veces creo que lo estoy. Usted, tú, que estás leyendo estas páginas, eres, casi seguro, uno de ellos.

En mis ínfulas de escritor fracasado pero potencialmente brillante sueño con dedicarles una novela. Porque no nos engañemos: ellos han escrito la Historia, con mayúscula, de este puñetero planeta. No esos egregios prohombres que salen, ahora, en la televisión y parece que el mundo se rige según sus arbitrarios designios. La Historia es simplemente un reflejo a gran escala, una abstracción de las miriadas de sucesos, muchos de ellos azarosos, que protagoniza la gente del alambre.

La gente del alambre son esas personas, tan válidos como esos insignes próceres del barato que campan por el báratro, pero que simplemente por la ley de los grandes números se ven relegadas a los pequeños papeles. Y día a día se levantan y arrostran la vida con la mayor dignidad posible, haciendo que este puto mundo funcione y salvándolo con esa infinidad de actos, al parecer nimios, que sustentan este planeta. Son funambulistas de la vida, sin red, acostumbrados a mantenerse sobre el alambre bajo cualquier adversidad y a cumplir su misión de cruzar al otro lado del mismo sin desparramar sus sesos contra el suelo. Como dice Reverte, la vieja y parcheada piel del tambor, la vieja y fiel infantería que no persigue la gloria, aunque siempre se la gana y a veces la obtiene, somos los que sostienen las lanzas en la rendición de Breda. La gente humilde que día a día sale a luchar porque ése es su oficio, o su mala suerte. O porque las cosas son así y no han cambiado nada en 3000 años.

lunes, 4 de octubre de 2004

Al menos en Vietnam sabíamos quién era el enemigo...

Vietnam

Un día más

De nuevo aquí. Jueves y viernes estuve "desaparecido en combate". No pienso explicar qué significa eso (por ahora); tan sólo significa que no hay mensajes.
Han sido días intensos, con mucho trabajo. Y esta semana no va a mejorar. Hay mucho que hacer. Me he levantado a las 6, estoy medio dormido y no creo que esté muy inspirado para escribir a estas horas. Quizá más tarde.
Ahora voy a rebuscar en los cajones del olvido, para sacar algo de fuerzas y de orden y ponerme a la tarea. Delenda est Carthago, otra vez, y eso me da ánimos y fuerza, o simplemente adrenalina bombeada en las venas.
¿Cuánta gente leerá esto?
PD. Por fin me he terminado La odisea. Espero que se acaben las referencias a ésta, y veremos con cuales empiezo ahora.

miércoles, 29 de septiembre de 2004

Una nueva esperanza

De nuevo a la trinchera. De vez en cuando un rumor, una noticia o simplemente la casualidad hace que la sangre se agolpe en la venas, y la adrenalina fluya, y la desesperación nos obligue a tomar resoluciones; y el miedo aflora y se huele en el ambiente y uno se dispone a poner en juego todas sus armas, a olvidar los agravios del pasado, a abrir viejas, profundas heridas que nunca terminaron, nunca terminarán de cerrar. Dispuestos a asumir aquellos sufrimientos que tanto nos atormentaron en el pasado. Vamos a abrir otro frente, aquél del cual nos retiramos tras amarga derrota. Por una vez en la vida, vamos a hacer las cosas bien. Comienza otra nueva batalla.

A veces escribo solamente para animarme, yo solo entiendo lo que escribo, y trato de darme ánimo, son asideros que engarzo para cuando el mundo se abra bajo mis pies. Mi negra historia a la que me refiero fue cuando la LOU cercenó mi futuro; intenté formar parte de una plataforma de ayudantes inútil que me hizo perder toda esperanza; me presenté a dos plazas de funcionario en la Universidad Politécnica de Valencia donde tribunales corruptos les otorgaron plazas a candidatos con 10 veces menos currículum que yo (10 veces reales). Tanto fracaso y tanto desamparo en apenas un año hizo que desistiera de muchos empeños y emprendiera el camino solo, olvidando todo y renegando de todo. Sigo culpando a mi universidad y a mis dos egregios rectores, y me sigo culpando a mí. Abandoné toda lucha y me resigné a esperar un desenlace. Hoy he decidido volver a la lucha académica y administrativa y presentarme a acreditaciones y habilitaciones. Va a ser duro, consume mucho tiempo y trabajo, aunque eso no me importa. Lo peor es que consume mucha ilusión y esperanza, hasta el punto de hacer desfallecer el corazón, y eso lo pago muy caro. No me gusta perder, y en tres años he perdido muchas batallas a un precio muy alto.

Ahora apenas si queda esperanza ni ilusión. Queda rencor, venganza, dolor, sangre. Queda un oficio, un saber hacer, un pundonor de esos que te obliga a luchar aunque te sepas muerto (en mi última oposición bastarda perdí hasta eso). Queda una cabeza que va a llevar al corazón adormecido de nuevo hasta el final, hasta que lleguemos o volvamos a nuestra cálida trinchera a curar heridas otra vez. Hasta Ulises, cuando tan cerca estaba de Ítaca, vencido por el sueño, la codicia hizo sucumbir a sus hombres y desataron el odre que contenía los vientos, volviendo a Eolia, donde Éolo lo maldijo. Tan cerca de Ítaca y ver cómo se escapa de entre tus dedos. No será mi primera vez.

Me aterra sufrir otra vez, fracasar otra vez cuando tanto empeño y esfuerzo puse, y cuando los hombres, y no mis merecimientos, me llevaron al fracaso. Será muy duro caer en este intento, pero ya va siendo hora de jugársela otra vez.

Me voy a mi trinchera. Lo voy a intentar. Y si caigo, al menos sabré que caí mientras me dirigía hacia Ítaca.

Son tiempos duros para la rebelión

Ayer fui bastante breve. En realidad, estaba poco inspirado, y es que de vez en cuando aparece un día gris entre los claros y los oscuros; las transiciones son difíciles.
De nuevo sigo sintiendo esa desazón, ese roedor cansancio de no saber cuándo uno llegará. Sentirse como Ulises a la vuelta de Troya, cruzar el ponto y recalar en mil puertos donde amargos peligros acechan, e intentar superarlos a costa de sufrimiento con la inútil, vana y futil esperanza de arribar a Ítaca algún día. Incluso cuando el cadmio Tiresias nos vaticinó tan funestos augurios, seguimos con la idea, con la obsesión de llegar a Ítaca.

Como de costumbre, les di matarile a las vacas.

martes, 28 de septiembre de 2004

En esta derruida casa desde siempre habitó la tristeza.

lunes, 27 de septiembre de 2004

Prisas

Hoy es un día de transición. El viernes fue fiesta (no me pongáis falta) por la apertura del curso. Cada año me pregunto más y más qué hay que celebrar. Hoy tengo una tesis y me piro volando. Apenas si tengo tiempo para poner lo que pienso aquí. Sigo estando totalmente desenfocado y mi cabeza o mi cerebro o ese amasijo de serrín y aceite de motor está totalmente ido.

Por cierto, el Gobierno del PSOE dice que va a mejorar la educación y la investigación. No me creo nada, pero por si acaso voy a echar la primitiva. No sé si me entendéis, que Dios dijo hermanos pero no primos (¿Os habéis fijado que aún sigo poniendo Dios con mayúscula? Hay que ver lo que se imprime la cultura cuando eres niño).

jueves, 23 de septiembre de 2004

You can't depend on your eyes when your imagination is out of focus

La cita es de Mark Twain. No la he traducido porque no encuentro las palabras adecuadas.

Ayer tarde, casi noche, esa cita tomó al asalto mi cerebro y me mantuvo en vilo media noche. No la recordaba exactamente así, sólo la he recordado cuando la he buscado esta misma mañana. Supongo que, al menos la cita que yo recordaba ayer noche, reflejaba un estado en el que me encuentro sumido hace ya varios años. No sé si ha sido mi arribada a Ítaca, que la he encontrado pobre y harapienta y se lo reprocho incesantemente. A veces dudo, y creo que en realidad el error está en mí, y no soy más que un mero usurpador, un advenedizo que ha llegado por suerte o por empeño, pero sin merecimiento, y ahora las cosas van cayendo por gravedad a sus posiciones de equilibrio.

O quizá haya sido simplemente porque sí, ya que en la vida ocurren demasiadas cosas, tal vez todas, por arte del azar o de la suerte o por la ausencia de ésta. La cuestión es que he perdido la perspectiva. Estoy descentrado y desmotivado, no sé si pagando las deudas que contraje hace tiempo, pagando los errores que cometí en el curso de mi vida.

Tambié, como Bilbo, me siento como un poco de mantequilla que se ha extendido demasiado sobre la tostada. Hay que hacer algo. Pero es muy difícil cuando uno no encuentra la paz interior, el sosiego ni la felicidad. Cuando todas las mañanas se asoma tímidamente desde su trinchera, agarra el fusil y empieza la metódica tarea de defender tu posición. No avanzar, ni tomar aquella colina ni ganar la batalla. Simplemente aguantar el tirón sostener tu posición, arrostrar con oficio (porque a estas alturas es lo único que queda) todos y cada unos de los embates cotidianos con la mayor dignidad posible.

Necesito un descanso. Pero no físico. Necesito soledad, tiempo, libros, música y alguna película. Beber un sorbo de agua de Lete y estar un mes sanando el espíritu, a ver si de una puñetera vez encuentro mi Norte. porque, al fin y al cabo, parece que es lo que he perdido.

miércoles, 22 de septiembre de 2004

Defección (Ayudantes II) 10/09/2002

Tengo 33 años, y soy doctor en físicas, profesor ayudante de universidad. Todos los días me levanto a eso de las 7 de la mañana, y hago 60 Km. para llegar a mi puesto de trabajo. Llego a las 8 de la mañana, y hacia las 8 de la tarde pienso que ya es hora de tomarse un descanso. Con un poco de suerte, a las nueve de la noche estoy en casa. Por todo eso cobro 1030 euros al mes. Y gracias, ya que, de los 8 años que llevo en esa universidad, sólo he cobrado durante 5, y menos de lo que cobro ahora. De los otros tres, mejor no hablar.

También tengo una hermosa y rubicunda hipoteca de 600 euros que me va a acompañar hasta la jubilación, aunque por suerte mi esposa (soy recién casado) ha encontrado trabajo hace dos meses y me ayuda un poco, aunque por ello tan sólo tengamos los domingos para nosotros.

Cuando estoy en la facultad doy mis clases (que, por cierto, siempre me tocan asignaturas nuevas y horarios intempestivos, miré usted qué curioso), investigo cuando puedo y me encargo del día a día de la vida departamental. Supongo que, por eso, tengo unos cuantos libros, algunos artículos, comunicaciones a congresos, y hasta soy investigador principal en un proyecto. Hay gente que lo cree fruto de la casualidad o el enchufismo. Impresionante, amiguete.

No sé qué más contarles de mi vida (mi abuela, ésa si que les contaría mil maravillas mías) y, aunque les parezca chocante, exagerado o sorprendente, no soy un caso aislado: somos muchos los ayudantes que están en situaciones atípicas, sorprendentes y desconocidas. Me atrevería a decir que cada ayudante de cada universidad española está en una situación similar; ya sabe, cada persona un mundo.

Ahora, en el cruce de disparos entre la universidad española y el gobierno he caído, junto a muchos ayudantes. Bajas colaterales. He oído que somos corruptos, vagos, endógamos, incompetentes y mil cosas más. Bueno, para gustos colores; ni que decir tiene que yo no pienso lo mismo. Pienso, eso sí, que hay que cambiar las cosas, que hay que cambiar la universidad. Si me apuran, hay que cambiar algo en toda la administración. Claro, hay que hacerlo con inteligencia. Pero el problema es que inteligencia y política son una contradicción en términos. Así que el resultado es este inmenso lupanar en que se ha convertido, de septiembre acá, la universidad española. Como de costumbre, el "no iremos a hacernos daño" ha desembocado en la expiación de los pecados de la universidad por parte de pocarropa: toda esa carne de cañón transitoria y prescindible llamada ayudantes, becarios, asociados y demás precarios sin sombra y sin espejo. Esa masa pegajosa y gris que día a día lavaba los trapos sucios de muchas universidades españolas. Si está claro, oiga. Si hay algún culpable de la endogamia, de la corrupción, de la crisis económica de las universidades, de la mediocridad de la docencia, esos son los de abajo. Qué se han creído, se van a enterar de la dura mano de la justicia, se va a acabar todo de un plumazo. Los de arriba (ustedes ya me entienden) se dedican a lo suyo: limpian, fijan y dan esplendor. La universidad española se ha quedado arreglada. Como para un foto. No se me mueva. Clic.

Muy a mi pesar, tengo que reconocer que la tarea del gobierno en este asunto ha sido un trabajo de orfebrería fina, un ejercicio impecable de arte áulico y sibilino. Si no fuera porque hay una realidad cotidiana, diría que han sido hasta inteligentes. Le digo de corazón (soy apolítico y de ciencias), que ya pueden contarles milongas pamperas acerca de cómo ésta crea una universidad moderna, europea, de calidad, democrática y transparente. Y además huele bien. La verdad pura y dura, y se lo pongo por escrito donde ustedes me pidan, es que esta ley sirve para dos cosas: ahorrarse dinero público en la universidad pública (aunque sea a costa de hundirla) y quitarle poder político. Así que comenzaron las labores de zapa y minado filtrando en los medios de comunicación las definiciones de endogamia, corrupción y el nido de vagos y maleantes en lo que hipotéticamente se había convertido la universidad española ("Cuando creo una plaza de funcionario sólo obtengo 100 descontentos y un desagradecido", Luis XVI). En este país cainita, artista en eso de lapidar al vecino por la espalda, eso es mano de santo, oiga. Como le digo. Y una vez con el apoyo tácito del pueblo logrado, se mete una ley con calzador que no toque a los intocables (¡hasta ahí podíamos llegar!), les subimos un poco el sueldo para que no molesten, les damos palo a los de abajo (que es equivalente a cortar las raíces de la universidad, no vaya a ser que crezca), y favorecemos la diáspora de los universitarios y la injerencia en sus órganos de gobierno. Déjese macerar a fuego lento 10 añitos y verá qué universidad pública nos sale. Europea total.

Y lo más sorprendente de todo, señoras y señores, es que no me importa demasiado. Mire, sinceramente, me hubiera importado mucho si mi objetivo en esta universidad hubiera sido ser funcionario a toda costa. Entonces sí hubiera sido un gran palo para mí. Pero el quid de la cuestión está en que la gran mayoría de ayudantes y becarios están aquí por una palabra olvidada por muchos hace tiempo: vocación. En este país, si alguien quiere investigar, sólo queda la universidad, la amarga travesía del desierto universitario. Así que somos gente hecha a la cuerda floja, a la precariedad, a la injusticia, a la ilusión y a la esperanza. Somos la vieja piel de tambor, remendada y parcheada, sobre la que resuenan los tambores de la orgullosa universidad (gracias, Reverte). Pero, qué se le va a hacer, la música suena y, nos guste o no, hay que bailarla. A pesar de que a mí me han desmontado un poco la vida, no me preocupa demasiado. A fin de cuentas soy efímero, prescindible. Me considero un francotirador mercenario que lleva demasiadas horas de vuelo en esta guerra como para no salir de ésta. Y si caigo, siempre me queda volver al pueblo a cultivar las tierras en las que mi padre perdió su juventud. Ah, es que esto no se lo había contado: soy el mayor de seis hermanos, hijo de labradores en una tierra olvidada por no ver el mar, y el único que estudió. Como ven, enchufismo total. Tenía los padrinos a montones, sabe usted. Como todo ayudante que se precie.

Me duelen varias cosas, no obstante. Lo que más me duele es que se desmonte con total impunidad la universidad pública española, de una forma ruin, menguada, rastrera y cobarde. Y somos los primeros, pero no creo que los últimos. Luego irán por la sanidad, por la justicia. Al final, no lo dude, irán a por usted, que lee tranquilamente el periódico en su mesa. Aunque será inútil que grite pidiendo ayuda: ya estará solo; los demás cayeron hace tiempo. Inconvenientes de dejar que la injusticia se reparta impunemente..

Hay una palabra para todo esto, para describir lo que han hecho universidades y gobierno con la chusma de a pie universitaria: defección. Esto es todo, señores. La clase ha terminado. Les espero mañana, a la misma hora.

Ayudantes (I)

Ayudantes (II) lo escribí hace ahora dos años, en plena vorágine LOU. Ayer, mientras instalaba el SP2 de WindowsXP, lo encontré vagando en las carpetas del ordenador, y me trajo amargos recuerdos. Quería haberlo publicado en un periódico, y con ese fin lo escribí; ahí quedó todo. Por cierto, todo lo que ahí expreso sigue siendo igual, dos años después.

Hoy he soñado con Escocia. Mi otro yo sigue queriendo huir de este país. Tenemos el país que nos merecemos, un país de corruptos, incultos, ineptos, ladrones y sinvergüenzas. Quiero irme a un lugar donde la gente no sea así por definición. Venía escuchando hoy a Carlos Herrera y su panoplia de comentaristas con esa pátina de cultura y filosofía, y al final he tenido que quitar la radio por no vomitar dentro del coche. En este país de iletrados que se la cogen con papel de fumar para mear colonia, de personas políticamente correctas diciendo sandeces como ruejos de molino, necesitamos cada vez más gente que sepa qué es la vida, por vivida o por leída, que conozca nuestra historia, nuestras miserias y la condición humana. Cuando todo esto se hunda, no esperemos que esos próceres de la patria, prez del país y del mundo, nos saquen las castañas del fuego. No saben ni su mano derecha, y no los quiero a mi lado cuando haya que apretar el gatillo. Y si no se hunde, peor. Cuando llegue a viejo (si llego por voluntad propia, porque mis planes son irme a la vía del tren cuando sea un estorbo), ¿se imagina ustedes estos hideputas niñitos de ahora gobernado este lupanar? África empieza en los Pirineos.

martes, 21 de septiembre de 2004

My mist covered mountains

De manera parecida empieza la canción de Dire Straits "Brothers in arms". Esta fue la primera, y por ahora única, salida que hicimos por los montes de mi pueblo. Estoy buscando a alguien con quen institucionalizar las salidas y hacerlo todos los fines de semana. Me apetece ir solo, pero mi esposa no me deja (con buen criterio). Siempre he sido un lobo solitario, que necesita de vez en cuando inyecciones de melancolía y soledad para no herir a los humanos.


lunes, 20 de septiembre de 2004

Los secretos

He llegado hace un rato. Esta mañana ha muerto la fuente de alimentación del servidor de música de mi emisora de radio, y ha habido algo de nervios hasta que a las 9 menos cuarto lo he reparado. Luego claro, quedan 65 km. hasta llegar a mi trabajo, 45 minutos a 110 km/h que dan tiempo de oír algo de música.
Vengo oyendo a "Los secretos". Algo recurrente. Tengo casi todos sus discos (salvo los primeros, imposibles de encontrar ahora), y me machaco con ellos cuando la tristeza me asedia. Hoy oía el último disco, un directo sin el desaparecido Enrique, repasando canciones nuevas y viejas. Y alguna de estas últimas se ha ido infiltrando más y más en mi ajado corazón, en mi agujereado cerebro, y ha hecho aflorar viejos sueños y recuerdos de mis 18, 20 años, cuando soñaba con las calles de Madrid mojadas por la noche, con las mujeres, entonces jóvenes, que nunca conocí, y revivir todas las historias de desamor a las que cantaban Los Secretos. Nunca cumplí esos sueños, como muchos otros, pero hoy me ha asaltado la terrible certidumbre de que jamás se cumplirán. De que nunca tendré 18 años de nuevo; de que, aunque la vida me llevara a Madrid y me permitiera recorrer sus calles mojadas por la noche, ya no podré sentir de verdad ese temblor de esperar en la oscuridad a que salga tu chica del portal mientras susurras: "No me falles".
Brindo por los viejos sueños. Nunca se cumplieron, pero fueron buenos sueños.

viernes, 17 de septiembre de 2004

Lo de apagar fuegos ( o a medias ni con la mujer)

Poco a poco desgranaremos esta perra vida que me toca vivir (inciso: esta vida es perra y puta para todos, incluídos descerebrados y zampabollos como políticos o famosos. Sólo que para ellos es perra a otro nivel, y no se preocupan del coche que no puedo cambiar o de la hipoteca que me hace llegar justo a fin de mes. Y aún puede empeorar. Pero hoy no estoy demasiado triste, sino dormido en demasía, y no creo que sea borde). A lo que iba. Esta vil, ruin, menguada, mezquina y cobarde universidad para la que trabajo (desde que lo leí en El Quijote, vi que era la descripción perfecta de este lupanar), pues a lo que iba, que me voy, esta universidad ha hecho que no llegue a fin de mes y que me tenga que buscar la vida por métodos no convencionales. Desde mi sórdida madriguera parí una idea: montar una emisora de radio. Pero estaba solo, y necesitaba gente que la llevara mientras yo cumplía con mis obligaciones laborales. Cogí el peor socio que existe, y ahora él cobra un sueldo de la emisora mientras yo acudo a la universidad, hago mi trabajo y luego voy a la emisora a desfacer los entuertos de la joya de la corona. Y como es socio al 50%, pues hace lo que le da la gana (lo haría igual si no lo fuera, ya que, al parecer, sus oídos no están conectados a su cerebro, o éste no existe). Si es que soy tonto. Igual un día lo grabo con cámara oculta y hago un reality show de premio Oscar. Que tengo testigos que lo confirman...

jueves, 16 de septiembre de 2004

Surrealista

La vida real siempre supera a la ficción. No puedo contarlo, pero podría salir perfectamente en una película casposa de Almodóvar. Quizá algún día. Hoy tengo el coche en el taller, así que apago fuegos desde mi casa. El día que te cansas es el día que pierdes, y yo estoy muy, muy cansado.

miércoles, 15 de septiembre de 2004

Mi historia

Una buena excusa para empezar, hoy y tarde, mi primer apunte en esta bitácora de la derrota. Soy un físico fracasado, nacido hace 35 años en un pueblo de interior. Tuve mucha suerte: nada me ha sido fácil, y ni siquiera lo sigue siendo ahora. Tuve la grandísima suerte de apostar mis sueños a una universidad ruin, cobarde, mezquina y menguada y todo se ha ido viniendo abajo. Todo eso (y muchas cosas más que no cuento) simplemente han creado un trasfondo de amargura y cinismo y venganza y mil cosas más. Me escapo con la lectura, la escritura y la lucha diaria contra todas mis derrotas, y sigo conservando mis sueños, aunque cada vez menos.

Este blog (¿no existirá una maldita traducción al español?) será un diario de lo que pasa por mi cabeza día a día. No es muy interesante, pero ahora no hay nada más. La tristeza está azotando todo mi ser y son ya demasiados frentes abiertos en esta puta batalla.

Hasta mañana.

martes, 14 de septiembre de 2004

Empezamos...

Este es nuestro primer día. Que no sea el último

Ya hacía tiempo que le dábamos vueltas a esto. Empezamos nuestra lista de blogs, esperando ser capaces de llemar cada día un maldito pensamiento. Va por ustedes.