martes, 8 de marzo de 2005

Necesito que algo salga bien

Además, con carácter de urgencia. Esta travesía...
...en el desierto está durando ya demasiado. Noto como me fallan las fuerzas, cada vez más menguadas. Hasta lo que en un tiempo parecieron aciertos se tornan hoy en errores garrafales, en muertos mañ enterrados que salen de vez en cuando a cobrarse sus diezmos.
No sé lo que les parece desde fuera, pero para mí esto tiene un regusto amargo a derrota. Uno empieza a preguntarse si tanta mala suerte es posible, o plausible; si estoy achacando esto a la voluble Fortuna cuando en realidad soy yo el único culpable de esta debacle. Algo habré hecho mal. Empiezo a plantearme si estoy equivocado de cabo a rabo, si llevo 18 largos años cominando en la dirección equivocada, y el camino se ha acabado y yo sigo ciego en mi terco empeño. Quizá sea eso. O quizá sea la prueba del conquistador, o morir de sed a la vista de las palmeras.

Por eso digo que necesito que algo salga bien, que algo confirme que este camino no es peor que ningún otro. Necesito esa señal para seguir caminando, no una señal divina ni de fe, sino una señal de que no todo lo hago mal.

Me faltan las fuerzas, y esta vez estoy muy muy cansado. Más que nunca.

2 comentarios:

F_L_I_N_T dijo...

Seguro que sin mucha imaginación ves a Gandalf al lado tuyo diciendo que ni el más sabio conoce todos los caminos.
Es cierto, a nosotros tan solo nos queda actuar...y esperar.
O contentarnos pensando en que dentro de poco el año 3000.

En este camino, hallarás oscuridad, pero no vas solo.

mada dijo...

Flint (Michigan), hay en ti mucha más de lo que uno espera, como diría Gandalf de los medianos. Cierto es que caminamos en tiempos oscuros, y nada nos queda sino pelear con honor y anhelar la victoria. Pero son tiempos demasiados oscuros, y caminar entre tinieblas por renglones torcidos son tareas hercúleas que acaban por derribar los más altos muros que guardan nuestros corazones.
Aún así, fijémonos en Ulises, a quien las penurias y los hados adversos jamás separaron de su camino a Ítaca.

Sus y a ellos