lunes, 14 de noviembre de 2005


Hoy es un lunes de nuevo, un lunes de verdad, de los que dan pistoletazo de salida a semanas interminables que acaban con toda la esperanza habida y por haber. Al menos llueve, llueve de una manera salvaje que me reconforta, que me da nuevas esperanzas de que la tormenta acabe con este país mezquino y todo vuelva a empezar.
La mañana pasa, ha pasado rápida y de manera poco productiva, y sigo atascado en todos los frentes, personal, profesional 1 y 2...
Hay que redoblar los esfuerzos por centrarse, por sacar toda esa basura que nos sepulta, que constriñe todos nuestros movimientos, toda nuestra actitud. Simplemente hay que acabar lo que llevamos entre manos, sacar la cabeza y fijarse nuevas metas.
Encima la nueva LOU va a caer como una apisonadora. Dichoso el mal que viene solo. Estoy empezando a pensar dónde huir para hacer una estancia. Tantos años aquí, mal o bien peleados, y todavía uno sigue teniendo que batirse en palestras bastante desagradables. Tendré que hacer una estancia en el extranjero, porque eso es lo que consideran importante para que uno sea un buen profesor. Ahora todo cambia, y me pillan los cambios en una situación personal que no pone las cosas sino mucho más complicadas, y ahora afecta a más de uno.
Y para terminar, no me va la calefacción del coche, lo que implica que en días lluviosos, como estos maravillosos días que me toca vivir, se empañan los cristales y no veo ni torta.

Segorbe, heavy rain, 12º.

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