Tareas pendientes
Se acaba mi día laboral, día en el que no he hecho nada, me he limitado a dejarlo languidecer lenta, despidadamente bajo este sol de verano implacable mientras yo lo veía morir desde mi desordenada habitación con aire acondicionado.
Tengo varias cosillas que hacer. Me quedan unas cuantas vidas, esta vez vividas, que consignar en esta bitácora. Tambiñen quedan unas cuantas promesas interiores para este mes de agosto que temo plasmar aquí, porque luego no suelen cumplirse y me siento cada vez más culpable. Tengo una capacidad interna limitada para asuntos de culpabilidad y la tengo al límite de saturación. También tengo que escribir. Escribir, escribir, Eldorado siempre está más allá, más allá...
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