En fin
A veces los días te empiezan a pesar, y no es que pesen los días sino las penas y los errores. Como de costumbre, esta universidad, de hoy para mañana, me exige que le comunique si quiero que en septiembre mi plaza salga a concurso público. Como pago a los 12 años de servicios prestados, esta universidad saca una plaza de contrato (que no de funcionario) a concurso público, para que todo el mundo pueda acceder a ella. Me exige, para un triste contrato de 5 años, la defensa de mi curriculum , un proyecto docente y la exposición de un tema a sorteo ante un tribunal de 5 personas, no todas ellas amigas.
Había una frase que no recuerdo de latín de segundo, que decía que siempre veías a las personas más desgraciadas en las situaciones más apuradas. Por un contrato por el que cobraré menos que en la empresa privada tengo que poner mi plaza a la venta pública y en manos de un tribunal que no siempre tiene por qué ser justo.
Todo esto ya empieza a pesar. Un poco en confidencia, tras 6 años en esta universidad eché mis cuentas y mis riesgos. Para el 2004, tras 7 años y medio de contrato, sería titular. Eso significaba un buen sueldo (no sé lo que cobra un titular, puede que unos 1800 o 2000 euros) y algo de tranquilidad de espíritu. Entonces me dedicaría a investigar hasta eso de los 45 años, en donde internamente colgaría los hábitos y me dedicaría un poco a mí mismo. Pero todo salió mal, y aquí estoy aún sin plaza fija, teniendo que asegurar día tras día este tan ingrato entorno de trabajo.
Así que ya todo empieza a importarme un carajo. Mi puesto de trabajo, vamos. Sigo intentando hacer las cosas bien, por pundonor, pero me da igual que me tiren, me da igual irme. Estoy bastanto harto.
Quizá hoy por eso, por la incertidumbre, por no saber cuánto hay de mala suerte y cuánto de error, de negligencia, se me ha hecho un nudo en el estómago cuando de nuevo hay que saltar otra vez sin red. Tanto esfuerzo, tanta ilusión empeñada para tan poco. Nada vale la pena. Y menos esto.
Hoy no puedo dar clase. Voy a pasar las encuestas.
2 comentarios:
Animo vaquero!
En la vida un curro de mierda no lo es todo.
Tu verás, el que la lleva la entiende.
vaya... y yo que pretendía hacer algo parecido con mi vida...
me refiero a lo de ser investigador y, en el peor de los casos, docente. Viene bien que me bajen de la rama y me despierten del sueño. Alicia, sal del espejo. ¿Y qué pensar del país de hermanos, padrinos primos y cuñados; de facturas en B, C y medio A; de Tierras Míticas; y de un larguísimo etc?
Ánimo y haz lo que debas.
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