jueves, 18 de noviembre de 2004

En Barcelona

Estoy en la habitación del hotel, en las playas de Barcino, junto al mar, como don Quijote. Ayer fue una noche larga; hoy el hotel y Barcelona se han reconciliado conmigo. Hasta ahora, nunca me había gustado esta ciudad, según Pili por prejuicios; anoche, ...su visión desde el coche me hizo volver a recordar viejos sueños, antiguas heridas, de ésas que nunca, nunca cierran, y que anoche brillaron con mucha fiereza.

No tengo muchas ganas, ni mucho tiempo, pero me mantengo en pie. Sigo muy, muy desenfocado, necesito centrarme, ahora con caracter de urgencia. Algo no va bien en mi cabeza. No sé si es la radio, mi desmedida ambición, la falta de vacaciones, el ambiente profesional enrarecido o el miedo, que se huele a distancia.

En fin. Nos vemos. Hasta siempre, Barcelona.

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