miércoles, 24 de noviembre de 2004

Día de transición

Bienvenido a otro día insulso de mi triste vida. Hoy no ha pasado nada, salvo el tiempo de azogue que nos corroe las entrañas. Reuniones, tareas y afanes que no han llevado a nada durante esta mañana.
Ni una sola idea seria, sólo esa sempiterna, perenne, ubicua y omnipresente sensación de no hacer nunca nada, de estar a la deriva en un infinito océano sin sistemas de referencia; bogas y bogas y el horizonte es siempre el mismo.

Me pregunto si arribaré alguna vez a algún puerto

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