martes, 19 de abril de 2005

Iniquidad (2, el primero lo perdí)

Al final no llegué a comentarlo como prometí, aunque en mi descargo debo reconocer...
...que la semana pasada fue dura.
Si me seguís, sabéis que fui víctima de defección por parte de esta UV en la que trabajo y a la que le devolveré los favores que me hizo punto por punto, religiosamente. Creo que esa defección fue, simplemente, iniquidad, no tratar por igual a todo el mundo, que a fin de cuentas es lo que significa.

No hay que confundirla con la injusticia. La injusticia da a todo el mundo menos de lo que se merece; la iniquidad da a unos lo que se merecen, a otros menos y, a otros, más.

Como sistemas sociales, considero que la injusticia es más propia de las dictaduras, en las que una minoría sojuzga a la mayoría. Pero esa minoría es consciente de su debilidad global, es consciente de que su poder es coyuntural, y depende de lo cohesionada que esté la oligarquía dominante. Por eso resisten, se ayudan entre ellos, no les queda más remedio que ser una piña, a las duras y a las maduras.

La iniquidad es más social, menos refinada. Es el puro amiguismo, y lo vemos patente en los regímenes democráticos corruptos, como España, o la UV.

Se advierte que en la política las prácticas cainitas, caníbales, traidoras y defeccionantes (¿?) están siempre en la palestra. La iniquidad se practica con los amigos o conocidos, pero la amistad en estos tiempos es una mercancía con poco valor. Por tanto, el que favorece la iniquidad está labrando su propia tumba a manos de los beneficiados (aunque los perjudicados tienen ganas de desmembrarlo (a)levemente). No es necesaria la cohesión para sobrevivir, es la ley de la jungla que tanto impera en la política. Hoy por ti, mañana te jodo.

En donde yo trabajo, universidad democrática y progresista de pro, se practican desde antaño esas prácticas inicuas, y la caída se va adivinando, lenta, invisible sólo a quien no quiere ver. La otra universidad, la aquí inombrable UPV, funciona como una dictadura. Pero funciona.

Y a veces uno, principios aparte, lo que necesita es llegar a fin de mes, con injusticia o iniquidad, la que más pague.

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