Cuerpo y alma
Terminan las vacaciones. Es triste. No es triste que terminen, lo triste es que yo poquísimas veces en esta vida tengo vacaciones... Para ello suelo necesitar soledad, espacios abiertos y tiempo que ir desgranando, malgastando, caminando lentamente hacia una fuente. Esta vida en sociedad me niega estos lujos. Y, aunque no os lo creáis, llevo casi 36 años que mi mente no descansa, que no encuentro sosiego ni paz. ¿Difícil de creer? Necesito salirme de las convenciones sociales y ser un lobo por una temporada. Al menos en estas vacaciones mi cuerpo ha descansado algo.
...Puedo pasarme días sin ir a trabajar, pero yo jamás estoy de vacaciones porque mi mente no descansa. A veces, ni siquiera mi cuerpo. Por eso, yo, ser antisocial y misántropo, jamás descanso porque mi alma no encuentra la paz.
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