sábado, 9 de junio de 2007

Hay veces que uno se desmoraliza. No es que sea el más listo ni el más guapo, y podría hacerlo todo muchísimo mejor. Pero te das cuenta de que otros, simplemente por lamer culos, patear pasillos y hacer la pelota, llegan mucho más lejos que tú, mucho antes y con mucho menos esfuerzo. Y encima siempre están mejor considerados que tú.

Y os juro que lo intento. Que intento hacerlo razonablemente, ver las maravillas del mundo sin derramar el aceite de mi cucharilla, caminar en la cuerda floja con mis aleatorias excursiones al otro lado. Pero cada vez estoy más atrás, con menos fuerza, con menos motivación.

Es curioso, porque cuando le va la vida en ello, cuando de verdad hay que sacar castañas del fuego, todos esos figuras buscan a gente normal, resuelta y eficiente, que hagan su labor, su trabajo sucio sin descollar y luego desparezcan. Señor Lobo.

Uno no puede dejar de pensar si en realidad no está equivocado, y hay que anteponer el egoísmo antes de todo porque el resto del mundo será egoísta contigo, como decía Maquiavelo.

PD. Tengo una comunión familiar próxima, donde los nuevos ricos imponen su ley. Y todo lo dicho arriba se aplica perfectamente a la familia, qué triste.

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