martes, 21 de diciembre de 2004

Ismael Serrano y Barcelona

Hoy es de nuevo un día de esos en los que no sé qué poner. Venía oyendo a Isamel Serrano, en su canción "Ahora", que básicamente...
...dice "Ahora que nos hemos hecho viejos". Habla un poco de los lugares míticos a los que viajamos, de los que huímos o a los que quisimos huír, que el tiempo ha lamido y desgastado y ahora están extenuados, translúcidos, sombras de lo que eran y de lo que en su tiempo significaron.
Recuero mi primer viaje a Barcelona, para el bautizo de mi primo (que ahora tiene 26 ó 27 años). La familia Trap en un Land Rover corto, por aquellas carreteras. 9 horas de viaje agotador, enervante (enervante es que debilita, aunque ahora esta academia ha aceptado la acepción bastarda). Luego Barcelona fue un sueño, un mundo irreal y utópico que el tiempo y experiencia se ha encargado de demoler concienzudamente. Qué se le va a hacer. Ahora es una mera ilusión, pero hace tiempo fue otro de mis sueños.

P.D. De esta canción me encanta esa frase: se cayeron mis alas y yo no me rendí. Así hay que seguir, luchando mientras quede vida, aunque la esperanza haya huído de nuestros corazones.


Ahora que la adolescencia es un septiembre lejano,
humo de cerveza en un portal, un verano inacabado.
Algunos años en la facultad de ciencias,
papeles escritos, ron de Cuba, hojas de hierba,
un tren dormido en una vía muerta,
la luz de la ventana azul que siempre estaba abierta.

Ahora que quedan tan lejos las playas de Corfú,
las estaciones de trenes de Praga, Hamburgo o Estambul,
los viajes que trajeron a otros vistiendo nuestros cuerpos,
la luz de una cafetería, los amores conversos.

Ahora que te cansas y las piscinas cierran,
y apura el último baño la luz de las estrellas.
Ahora que regreso a los lugares a donde quise huir
y nadie me espera allí.
Ahora que casi llego a fin de mes,
que amo a una mujer.

Que amo a una mujer.

Ahora que pago las facturas, que me besé en La Habana,
que sueño con Lacandona, que ya no escribo cartas,
que cumplimos más añós que promesas,
que se hunden nuestros corazones como la vieja Venecia,
que llego tarde a los cines y al fin del planeta,
que alquilo un pequeño piso en un castillo de arena.

Ahora que duelen las resacas y cortan como una navaja.
Ahora que nadie nos saluda por los bares de Malasaña,
que pido auxilio, besos y comida por teléfono,
que fumo flores y lloro a veces mientras duermo.
Ahora que tiemblo como un niño abandonado.
Ahora que viejos amigos nos han traicionado.

Ahora es el momento de volver a empezar, que empiece el carnaval,
la orgía en el Palacio de Invierno, de banderas y besos.
Se cayeron mis alas y yo no me rendí,
así que ven aquí,
brindemos que hoy es siempre todavía,
que nunca me gustaron las despedidas.

Disco: La traición de Wendy
Estreno: junio de 2001
Letra: Ismael Serrano y Daniel Serrano
Música: Ismael Serrano

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