miércoles, 11 de enero de 2006

Aparcamiento

Trabajo en una universidad que está perfectamente a la altura de este país. Un campus caótico donde el aparcamiento va despareciendo, supongo que debido a algún manual de buen orden, a ese sentimiento general de hacer lo políticamente correcto, que al final acaba dejándote sin sitio para aparcar y rodeado de imbecilidades supinas o de jardines abandonados de la mano de Dios. Perennemente en obras, como si de Madrid se tratara, este campus agoniza. Quien se encarga de regular el acceso no lo hace, y al final este es un caos dejado al libre albedrío de los conductores. Que en un país civilizado no sería problema: el sistema se autoregula. Pero aquí esto es el que más pueda, capador. Coches en las aceras, un desdén por las normas de civismo...El problema es que a todos nos parece normal. O inevitable. El mundo, España está así, así que sigamos jugando sucio, que ésas son las reglas y quien las sigue triunfa, concitando la admiración y la envidia del resto de la barbarie. Nadie piensa que esto podía ser mejor, que esto puede cambiar y que es nuestro deber intentarlo, es nuestra obligación hacer las cosas bien, cada día un poco mejor. Ser mejores en todo . Porque la estrategia óptima para que una sociedad sobreviva no es la que beneficia al individuo, sino la que beneficia al grupo. Pero aquí, cada perro se lame su pijo. Desde hace mucho años. ¿Para qué vamos a cambiar?

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