Es curioso. En la intimidad, cuando tengo algo de tiempo para reflexionar, son muchas las ideas que surgen para ser consignadas adecuadamente en esta bitácora. Pero el momento de la verdad llega y mi mente se queda en blanco. Hoy es el día de la Esperanza, fiesta grande, y estoy yo en la universidad terminando últimos trabajos antes que de nuevo vuelva la monotonía a enseñorearse de mi vida.
Pero qué se le va a hacer. Esperaremos a las musas.
miércoles, 30 de agosto de 2006
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