Agosto de 2006
Una miniescapada a la universidad, a atorar vías de agua. Un mes patético que nada ha hecho por mí ni por nadie sino ahondar en el derrumbe.
Lega septiembre y se abrirán varios frentes esperados, no por ello menos dolorosos: la plaza, las clases, el currículum...
Y el mundo sigue rodando, injusto e inicuo, impasible el ademán. Recordar el Líbano, las ganancias de los bancos que crecen y crecen, este país que hiede y supera mi umbral del dolor, como algunas mujeres lo hacen y no precisamente con su olor. A este país le falta mucho, pero que mucho por hacer. Pero a lo visto aquí nadie tiene ganas ya de nada. Es comprensible.
En septiembre retomamos el pulso. hasta entonces, larga vida.
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