La Caixa
Veo poco la tele. Porque no tengo tiempo, ni cuajo, y porque me quedan unas cuantas neuronas que necesito conservar para trabajar. Así que me dedico a ver unas cuantas series más o menos deleznables y a leer un poco, cada vez menos (series: CSI, House, Mentes criminales, sin rastro. Ahora leo anécdotas de los borbonas, de Fisas, y lo peor de todo es que no sé por qué).
Ayer, viendo CSI, me pilló un intermedio con esa publicidad que me pilla en stand-by y que me resbala absolutamente. Hasta que un anuncio de la La Caixa me hizo hervir la sangre y me agrió el estómago.
Las empresas que más ganan de España produciendo menos, que en otros tiempos se llamó usura y ahora finanzas, alguien sin vergüenza ni sentimientos, presumía de lo comprometida que está con la sociedad y buscaba genete similar, para darle un premio. Aquellos solidarios que con su buen rollito y su abnegación se dedican a salvar al desgraciado, quiera o no quiera salvarse, independientemente de quién haya causado su desgracia, de 15 a 18 horas los días laborables.
Algo por otro lado muy parecido a las empresas de energía, que ahora son todas verdes y se encargan del medio ambiente.
Este país es el peor país del mundo, y sus habitantes los más necios. Súbditos del capital corrupto y de los políticos sinvergüenzas, peones que nos dejamos manipular y permitimos sus mentiras y les bailamos el agua mientras juegan con nosotros. La película de Matrix está inspirada en España, con unos seres deleznables que se empeñan en vender una realidad a medida, a su medida, una mentir machacada hasta la extenuación, métodos de Goöebels para mentir a las masas aborregadas que prefieren creer lo prefabircado a pensar, a criticar.
España es el peor país del mundo, y somos la vergüenza de Europa, como decía Reverte. Hemos perdido la perspectiva y nos dejamos llevar por estos abominables personajes.
Dios mío, que buenos vasallos seríamos si de una puta vez en la vida tuviéramos un buen señor.
Pero no nos lamentemos, la culpa es nuestra por ser incapaces de pedirles cuentas a esos facineros que nos gobiernan y exigirles decencia o echarlos a la calle de las peores maneras. Acabaremos como en Argentina.
2 comentarios:
¡sal de mi cabeza!
En el nombre de Cristo, ¡abandona el cuerpo de este tierno infante!
Publicar un comentario