lunes, 26 de marzo de 2007

Kavafis

Fue un poeta griego, con grandes influencias anglosajonas (de hecho pasó parte de su vida en Liverpool). Absolutamente desencantado con la vida, tiene poemas maravillosos y desgarradores con los que un sempiterno desencantado no tiene más que coincidir, aunque sólo sea de vez en cuando.
Uno de mis favoritos es el de Ítaca (Ithaki), debidamente consignado en este blog. Pero un paso más allá está el de mi anterior entrada (I polis). La descorazonadora idea de que el fracaso, la mala suerte, trasciende fronteras y se contagia de todo aquello que la persona toca. El fracaso es un estado personal, es un estado de ánimo. Como Alaska.

Deseo irme, abandonar esta tierra triste y desgraciada, pero tengo miedo. Tengo miedo a que arrastre conmigo la tristeza y la desgracia.

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