jueves, 30 de agosto de 2007


SMS enviado por Angel desde Inverness, a las 9 y media de la noche, mientras yo tocaba las campanas en la procesión de la Esperanza.

Será cabrón.


Ver cómo ir desde Segorbe hasta Inverness en coche

martes, 28 de agosto de 2007

Whisky sin hielo

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Mientras escucho a Quique González, no puedo dejar de añorar mi GlenFiddich sin hielo a sorbos cortos, amargos, de Torrevieja (vacaciones sin hombres, encima). La tele escupe teletiendas en todas las cadenas, y yo me enfrento al miedo de reconocer mis errores. La certeza de saberse solo, la certeza de saberse equivocado, la certeza inenarrable de saberse solo y equivocado, abocado a una carrera cuesta arriba en la que sólo queda apretar los dientes y seguir adelante, luchar y luchar contra los errores que pagas y pagas y sigues pagando y nunca vencen, nunca los puedes vencer, cruel ironía.

Cada vez me apetecen más los universos paralelos, no haber sido tan cobarde y navegar por otro mar sólo para poder desear éste en el que estoy. Pero ya es tarde, siempre he hecho tarde en mi vida. Siempre, no sabéis lo que pesa eso en noches de GlenFiddich y Quique González, en noches de casas tomadas y dormir en la calle, a la serena.

Un viejo deseo, una vieja ilusión, mil puertas que se alejan un poco más esta noche y que te hacen desear aquellas que nunca abriste, la certeza de que todo se viene abajo y no queda más que rechinar los puños, apretar los dientes y bajar la cabeza como un toro triste, pelear hasta que ya no puedas más.

Siempre llegué a los sitios por caminos errados, y me está pasando factura.

lunes, 27 de agosto de 2007

Especulación


Vengo de Zaragoza, por obligación, no por devoción. Así que han sido unos 900 km. de Radio5 Todo Noticias, mi único vicio legal al volante. Y me he enterado de un rifirrafe entre la ministra de vivienda y Super Espe acerca de una ley para evitar la especulación, que según unos y otros invade competenecias o no. Aparte de si son galgos o podencos, escondiendo bajo la discusión rencillas políticas entre ellas, que no intereses de los ciudadanos, me pregunto:

  • ¿Detener la especulación ahora, que el mercado de la vivienda se va a desplomar?
  • ¿Detener la especulación ahora, que no se puede especular debido a los altos precios del dinero y de los pisos?
  • ¿Detener la especulación ahora, que los especuladores ya se han hecho ricos?
  • ¿Detener la especulación ahora, que toda España está cogida por los huevos?
  • ¿Detener la especulación ahora, que se ha agotado la leche en esa teta de la vaca?

Esto se pasa de castaño oscuro. Al final va a haber que salir a la calle y poner a los políticos en su sitio: mirando a Triana al final de una cuerda de esparto. Hijos de la gran puta. La muy hideputa puta que los parió.

domingo, 26 de agosto de 2007

Ahora que la rociada arrecia y no queda sino guarecerse en el fondo de la trinchera, en tus universos paralelos donde triunfas y eres feliz, donde todo se construye a tu medida y todo está en su sitio, impoluto e inmaculado; ahora que los suelos se abisman bajo tus pies en tus sueños, mientras en la vigilia sólo queda aferrarte a lo poco que tienes y a lo poco que lo valoras, a todo lo que el hábito lame hasta darle suavidad satisfactoria, no queda sino batirse. Otra vez y otra vez, siempre aprestándose para combate sin fe ni esperanza, tirando sólo de oficio, oficio de tinieblas, para tratar de llegar a la siguiente aurora. Quizá por eso hemos llegado donde hemos llegado.

Mujeres competentes (II)

La definición de una mujer competente parece obvia a simple vista. Todo empezó con la definición de madre competente: aquélla que, tras su maternidad, todavía se conserva apetitosa. La definición se hace extensiva hacia cualquier tía buena. Quién no ha tenido su propia definición, crítica y críptica, de una mujer cañón.
Pero esta definición que comparto con Óscar, yo la amplío, personal y particularmente, bajo mi propia responsabilidad. Una mujer competente sería aquella que, cada uno de los días que te quedan, te haga sentirte como si fuera el primero, que tirase de ti y te sorprendiera y vivieras en una eterna montaña rusa. Pero me ha llevado muchos años y varios errores darme cuenta de que esa mujer no existe.

Que cualquier mujer, por competente que sea, es incapaz de resistir la cotidianeidad, todo lo que hábito lame hasta darle suavidad satisfactoria. Que el día a día desmonta a los grandes hombres, y es muy fácil e inocente quedarse sólo con las impresiones sesgadas, intermitentes y acomodaticias, e ignorar la realidad de que nada es lo que parece.

Conozco alguna mujer que, en momentos de delirio, tendría la etiqueta de competente. Y que, quizá, aceptando habitar un universo paralelo, podría darme ciertos atisbos de felicidad. Pero tengo la absoluta certeza de que es una ilusión, de que no soportaría el paso irrefragable de la vida sobre nuestras cabezas, sobre nosotros mismos. Que me vería al cabo del tiempo buscando mujeres competentes, o la definición que hubiese surgido en ese universo paralelo, con el mismo desfallecimiento.

Así que mejor quedarse como estás, y pelear por lo que tienes en este momento, con la certeza de que tú mismo, en un universo paralelo, te estás envidiando a ti mismo por lo que tienes en éste.

viernes, 17 de agosto de 2007

Mujeres competentes (I)

(Para degustar en la oscuridad, esperando la segunda parte)

viernes, 10 de agosto de 2007