miércoles, 30 de agosto de 2006

Es curioso. En la intimidad, cuando tengo algo de tiempo para reflexionar, son muchas las ideas que surgen para ser consignadas adecuadamente en esta bitácora. Pero el momento de la verdad llega y mi mente se queda en blanco. Hoy es el día de la Esperanza, fiesta grande, y estoy yo en la universidad terminando últimos trabajos antes que de nuevo vuelva la monotonía a enseñorearse de mi vida.

Pero qué se le va a hacer. Esperaremos a las musas.

jueves, 24 de agosto de 2006

Agosto de 2006

Una miniescapada a la universidad, a atorar vías de agua. Un mes patético que nada ha hecho por mí ni por nadie sino ahondar en el derrumbe.

Lega septiembre y se abrirán varios frentes esperados, no por ello menos dolorosos: la plaza, las clases, el currículum...

Y el mundo sigue rodando, injusto e inicuo, impasible el ademán. Recordar el Líbano, las ganancias de los bancos que crecen y crecen, este país que hiede y supera mi umbral del dolor, como algunas mujeres lo hacen y no precisamente con su olor. A este país le falta mucho, pero que mucho por hacer. Pero a lo visto aquí nadie tiene ganas ya de nada. Es comprensible.

En septiembre retomamos el pulso. hasta entonces, larga vida.

Agosto de 2006

Una miniescapada a la universidad, a atorar vías de agua. Un mes patético que nada ha hecho por mí ni por nadie sino ahondar en el derrumbe.

Lega septiembre y se abrirán varios frentes esperados, no por ello menos dolorosos: la plaza, las clases, el currículum...

Y el mundo sigue rodando, injusto e inicuo, impasible el ademán. Recordar el Líbano, las ganancias de los bancos que crecen y crecen, este país que hiede y supera mi umbral del dolor, como algunas mujeres lo hacen y no precisamente con su olor. A este país le falta mucho, pero que mucho por hacer. Pero a lo visto aquí nadie tiene ganas ya de nada. Es comprensible.

En septiembre retomamos el pulso. hasta entonces, larga vida.